Eticas De Felicidad
francorz9230 de Septiembre de 2014
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Módulo 2. Corrientes del pensamiento ético.
2.1 Éticas de la felicidad y la virtud
Esta perspectiva considera que la ética es una actividad reflexiva (ética pensada) que, unida a una determinada actitud vital (ética vivida), se orienta a procurarnos una vida feliz. También conocida como: Ética como sabiduría de la vida o ética de plenitud. Resaltamos que la sabiduría necesita ser ejercida; es decir necesitamos conocer, analizar y reflexionar cada una de las opciones para saber con cuál de ellas nos orientamos.
¿QUÉ ES LA FELICIDAD?
Con esta pregunta iniciamos la problematización del saber sobre la felicidad. Analizando las definiciones que nos aportan los teóricos enfrentamos un cuestionamiento: ¿La felicidad es delimitada objetivamente o la felicidad es definida por el sujeto? Si comparamos los enfoques de la filosofía antigua y moderna podemos identificar que:
a) Dominancia del enfoque objetivo en la filosofía antigua
De lo que es el ser humano (o el cosmos) por naturaleza se desprende lo que le hace feliz, lo que le plenifica.
Es decir: si quieres saber qué es felicidad primero pregúntate y define ¿Qué es ser humano? Una vez ya definido trabaja en desarrollarte como ser humano, en orientar tus potencialidades a la perfección del ser.
b) Dominancia del enfoque subjetivo en la modernidad
El ser humano es un individuo con autonomía que le permite decidir qué es la felicidad.
Es decir: la felicidad es una construcción de la voluntad, yo decido en qué consiste y elaboro un proyecto subjetivo para ser feliz.
Reconociendo además que los otros pueden tener nociones diferentes a las mías.
Vemos que estos enfoques son polos opuestos, pero ¿Se puede hacer una articulación entre estos dos enfoques objetivo y subjetivo? Si es posible por ello proponemos: Asumir los dos polos, matizándolos, de esta manera proponemos: Encontrar en la condición humana pautas de orientación a la felicidad, abiertas a una pluralidad que se ofrece a la libertad.
Detengámonos ahora en analizar la relación entre felicidad y deseos ¿Qué hacer para romper la tensión entre ellos? ¿apaciguamiento, moderación, intensidad?
Pensemos que los deseos, ligados a la felicidad, se nos muestran también una amenaza para ella. Surge así una paradoja ¿El ideal de felicidad manda al deseo o el deseo manda a la felicidad? Las respuestas que han dado los filósofos son estas tres propuestas:
Felicidad como sabiduría del desapego respecto a los bienes de este mundo, como apaciguamiento o liberación de los deseos en la acogida del instante presente. Entre ellos reconocemos a Diógenes el perro, los estoicos y, a su modo, a Spinoza y Schopenhauer.
Felicidad como moderación de los deseos con la guía de la razón. Aristóteles propone la moderación, sobre todo, en el ejercicio de los afectos, en el horizonte de realización de la excelencia de la vida virtuosa. En cambio Epicuro defiende la moderación de la satisfacción de los deseos para poder realizar su máxima satisfacción placentera, para lo que es decisivo el cálculo de las consecuencias y, en la perspectiva social los utilitaristas también pertenecen a este enfoque.
Felicidad como vida intensa, como vivencia del mayor número posible de experiencias en toda su complejidad, desde la ligereza de espíritu, la audacia y la autenticidad, esta propuesta tiene inspiración en Nietzsche.
Propuesta aristotélica
Aristóteles, en su Ética nicomáquea, comienza indicando que sobre el nombre de nuestro bien supremo todos estamos de acuerdo: todos pensamos que “vivir bien y obrar bien es lo mismo que ser feliz”. La felicidad es para el autor una meta exigida por nuestra propia naturaleza: tendemos a ella como un fin que está enraizado en nuestra esencia. Y en esto consiste ser feliz. Analicemos ahora
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