La ética de la felicidad Aristotélica

La ética de la felicidad Aristotélica

“Unos la colocan en las cosas visibles y que resaltan a los ojos, como el placer, la riqueza, los honores; mientras que otros la colocan en otra parte. Añadid a esto, que la opinión de un mismo individuo varía muchas veces sobre este punto; enfermo, cree que la felicidad es la salud; pobre, que es la riqueza; o bien cuando uno tiene conciencia de su ignorancia, se limita a admirar a los que hablan de la felicidad en términos pomposos, y trazan de ella una imagen superior a la que aquel se había formado” (Ética a Nicómaco - libro primero, capítulo II)

Estoy de acuerdo con la teoría de Aristóteles sobre la felicidad, y como esta es el fin supremo del hombre.

Aristóteles basa su ética desde un punto de vista antropológico, centrándose en el hombre y en su hacer en lo cotidiano, en su vida, la cual es pura actividad. Aristóteles dice que todo hombre busca llegar a algún fin, alguna meta, algún objetivo en su vida; Aristóteles dice que cada vez que el hombre logra llegar a algún fin, este se convierte en un medio para llegar a otro fin que se propone, entonces vemos como la vida del hombre se convierte en una cadena infinita de fines. Pero Aristóteles propone que hay un fin, que es buscado por todos, y que una vez que se obtiene no se busca nada más, este será un fin último que tendrá la característica de no poder convertirse en un nuevo medio, este fin último seria la felicidad.

El ser humano nace programado para buscar la felicidad, recalcando el hecho de que debemos buscarla ya que no sabemos en donde se encuentra hasta que nos conocemos a nosotros mismos. No se puede confundir la felicidad con cumplir nuestros deseos, y debemos ser cautelosos con nuestros deseos ya que un deseo cumplido puede ser un breve instante de felicidad, pero luego pasar a ser una eterna pena.

El pensamiento de Aristóteles propone que una acción es correcta si me hace feliz, así como que una acción es incorrecta si no me hace feliz; lo que tenemos que hacer es procurar nuestra felicidad. La ética de Aristóteles pasa a ser una ética teleológica, que pasa a considerar que una acción es correcta si como consecuencia de esta acción consigo la felicidad. Se trata de una ética que se basa en las consecuencias, sobre todo en las individuales. Entonces se analizaría la percepción de los individuos de la acción, soy yo, quien a través de mi felicidad, considero si una acción es correcta o incorrecta. En el caso de que yo sea feliz actuando de manera “mala o injusta”, según Aristóteles, el mundo se encargara de poner a cada uno en su lugar; un ejemplo será que si yo mato para ser más feliz, al final acabare detenido por la ley, entrare  en la cárcel y esta felicidad inicial acabara desapareciendo, y por eso es el auténtico bien lo que hace que yo sea feliz.

Cabe recalcar que existe una diferencia fundamental entre la concepción que tenía Sócrates sobre el bien y la que tenía Aristóteles. Según Sócrates una persona que conozca perfectamente la diferencia entre el bien y el mal siempre actuara de forma correcta. Sin embargo para Aristóteles no basta con conocer la diferencia entre el bien y el mal, sino que además hay que practicarla, esta práctica sería conocida como la virtud. La virtud de practicar día a día lo que es bueno, nos permitirá ser felices. Un ejemplo seria que un estudiante sabe que debe estudiar para pasar un examen, pero solo con saberlo no basta, tiene que practicarlo, tiene que estudiar ya que el buen estudiante es aquel que tiene el habito de ir estudiando, esto le llevara al éxito, y por lo tanto a la felicidad.

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