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Evaluación de Metafísica


Enviado por   •  17 de Agosto de 2021  •  Exámen  •  3.591 Palabras (15 Páginas)  •  81 Visitas

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Evaluación de Metafísica

3ro. De Filosofía – Año 2017

Estudiante: P.,Florencia

Fecha de entrega: 2/08/2017

  1. Explicar brevemente la teoría de la sustancia aristotélica, y en función de ello, responder por qué el ser se inscribe en el ámbito apofántico, con carácter analógico.
  2. Explicar los argumentos heideggerianos en la relación a la nada. ¿Por qué la teoría de Heidegger seria opuesta a la de Aristóteles, en relación a la diferencia ontológica entre el ser y el ente?
  3. Explicar la teoría de Spinoza en función del concepto de inmanencia relativo a las nociones de sustancia, atributos y modos. ¿Cuáles son las diferencias entre la teoría spinozeana de la sustancia y la de Aristóteles? ¿En qué sentido ambas posiciones implican dos modos distintos de pensar una ética?
  4. A) Explicar el esquema conceptual por el que Descartes afirma la legitimidad del enunciado “Pienso luego Existo”.

B) ¿Por qué según Granobles no funciona como implicación lógica pero tampoco es legítimo como acto performativo? ¿Cuál es la conclusión de Granobles y de Villoro?

  1. Explicar la concepción del sujeto en Lacan. ¿Por qué la teoría lacaniana sería una recusación del cogito cartesiano?

1)La teoría de la sustancia Aristotélica plantea un conocimiento del Ser distinto del que postulaba Platón. De hecho, Para Aristóteles el Ser subyace en la realidad de los Entes, y por eso ve innecesaria la división de la realidad en dos planos.

El Ser al encontrarse contenido dentro de un Ente, puede decirse de muchas maneras. Por eso, la ciencia que estudiará al Ente se la conocerá como filosofía primera (Metafísica). Gracias a ésta, podemos conocer al Ser en sus tres dimensiones: Onto (estudio del Ente)-Teo (estudio del fundamento del ser)- Logia (estudio del ser en el plano discursivo). Todas ellas se encuentran entrelazadas, pero permiten estudiar al ser y reducirlo a dos maneras fundamentales:

El ser en si, llamado Sustancia Primera, que es un tipo de ser independiente, que por ser lo que es, es capaz de presentarse a si mismo y es por él que podemos conocer algo. Siempre será sujeto y nunca predicado.

El ser en otro, son las diversas formas de ser de un ente, son su predicado y no hacen a la esencia de nada, sino que la complementa. Por ende, hace que los entes se distingan entre si. Estas maneras de ser en otro son llamadas accidentes y siempre referirán al ser en si.

La sustancia a su vez puede subdividirse en dos categorías más: La Forma y la Materia. Ambas son un compuesto de ser en si que siempre se darán simultáneamente.

La materia por si sola no es nada concreto, es indeterminada, y sigue predicando de lo primordial. Es lo que permite a algo ser llamado ente. Por eso necesita de la forma, porque es por ella que la materia se organiza, se determina. La forma es el que, de la cosa, lo que la hace ser y de alguna manera es la esencia del ente, lo que le da su universalidad. Aristóteles la llamará Sustancia Segunda.

Los conceptos de Materia y Forma nos permiten explicar el cambio, tienen en cuenta al devenir de los entes, y analizarlos por fuera de la perspectiva estática. Dicho cambio a su vez tiene sus causas para efectuarse. Las Causas son 4: Formal, Material, Eficiente y Final. Todas ellas definen a un ente, y demuestran que las cosas tienden a la excelencia, mas allá de la fragilidad de su equilibrio.

Con la fundamentación del cambio en todos los entes de la realidad, postula una jerarquización de la naturaleza, que va desde la materia indeterminada hasta el primer motor inmóvil, vislumbrando en ese trayecto de mayor a menor el orden de la realidad, demostrando como el movimiento que posea cada grupo define su posición en la escala. Por eso cada grupo de esta escala jerárquica pertenece a un género universal, pero con su diferenciación especifica.

El género equivaldría a la universalidad de los entes, es decir, al ser en si o lo Uno, en caracteres trascendentales; mientras que la especificidad (especie) respondería a la forma, a la esencia del ente, lo que lo hace ser lo que es, dotándolo de diferenciación.

Por eso, el ser se inscribe en el ámbito apofántico porque el Ser (para Aristóteles) es una palabra, que adquiere su identidad y se define por un factor externo, es decir, por la similitud de los entes, es encontrar al Ser en todos ellos, la causa de los mismos. Este carácter analógico hace que lo transcendental pueda generarse solo desde el lenguaje, por lo tanto, el ser puede encontrarse patente en la realidad solo cuando es mencionado desde el discurso, y es el propio discurso el encargado de mantener la jerarquía natural. ¿Por qué? Porque el discurso también tiene una estructura semántica en donde el sujeto siempre hará referencia a una sustancia. Por eso el ser se dice de muchas maneras, pero es diciéndolo que podemos reconocerlo como trascendente. Si esto no fuera así, no existía la jerarquía ni el orden de lo natural.

2)Los argumentos de Heidegger en relación a la Nada parte desde su concepción acerca de lo que es la metafísica. El estudiarla implica para este autor que se pueda estudiar la totalidad desde dentro como parte de la disciplina, y es desde este punto que podemos preguntarnos por la existencia.

Este examinar la existencia pudo darse gracias a que como seres humanos tendimos a entender y comprender al ente en su determinación fundamental, su esencia. Pero esta sujeción al ente hace que nos preguntemos, que hay detrás de este, que hay por fuera de él, y que hay mas allá del mismo.

Investigar el ente, dejando de lado su otra cara, la Nada, es otorgarle el carácter de “existente”, o, mejor dicho, validando la Nada como tal. Pero dejando de lado cualquier juego lingüístico, la preocupación de Heidegger recae en que, al querer señalar a un ente, estamos trayendo junto con él a la Nada, y como consecuencia, puede caer en una contradicción desde su concepción en el lenguaje.

Si queremos saber sobre la Nada, debemos dejar de lado por un momento su referencia lingüística para poder abarcarla sin “atentar” contra ella. Entonces, ¿Cómo es posible saber sobre la Nada? El autor responderá que la Nada ya está dada, y que podremos problematizarla justamente por esto, si está dada, la conocemos, y si la conocemos nos podemos preguntar: ¿por qué se manifiesta en nuestro lenguaje cotidiano, así como un síntoma se manifiesta en un cuerpo?

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