Filosofía Y Estética De La Libertad

Marcuse y Schiller

Forma, Sujeto y Ser Político

La educación estética del hombre le parece a Schiller el indispensable fundamento de la Educación Moral. La razón moral exige que el acto sea puro y libre, es decir, impulsado por el mero respeto a la ley. La naturaleza del hombre, como uno de tantos objetos del mundo sensible, exige inevitablemente que el acto sea producido por los impulsos y tendencias naturales.

Federico Schiller

Fue poeta, dramaturgo, historiador y filósofo. Una de sus obras más importantes fue la Educación Estética del Hombre. Schiller, pretende superar las contradicciones generadas por Kant, asumiendo una nueva postura respecto de la realidad. Es decir, Schiller, planteará una nueva noción de Estado del ser humano y esto es que el hombre pondera y armoniza su materia física y su ideal; tal estado es el estético. Ésta síntesis de realidad e idealidad, de naturaleza y de libertad, es la belleza.

En el ser humano moran o habitan tres espacios muy importantes que le hacen entrar en juego con el todo, éstos son tres grandes instintos: a) El sensible, que le lleva a apoderarse de la materia. b) El ideal, que le lleva a conocer la forma pura. c) El estético, que le lleva a jugar, esto es, a desligar de la materia su apariencia y a contemplarla pura y simplemente.

El instinto de juego es lo que produce la belleza y cuando el ser humano se ha educado estéticamente ha conquistado la libertad necesaria para realizar su esencia moral. Para Schiller, el Ideal que la Revolución Francesa había propuesto sobre reformar la idea del Estado es un evento que únicamente puede tomar alcance cuando el ser humano se haya capacitado para ella. Es decir, tal Ideal aún sería irrealizable si el ser humano aún no ha sabido conquistar su humanidad estética. En éste tratado se dan todos los rasgos característicos de la mentalidad de Schiller: 1) Amor poderoso a la libertad. 2) Hondo sentido civil y humano. 3) Vuelo de la imaginación poética. 4) Profunda Aprehensión de los Problemas Filosóficos.

De Marx a Schiller

El concepto de juego figura de manera destacada en las Cartas sobre la Educación Estética del hombre de Schiller.

El viejo Marcuse, describe la esencia fenomenológica del trabajo como modalidad de la praxis, el trabajo es un componente esencial de la autorrealización humana, pero ésta es una concepción anterior, hecho que genera aún un poco de ruido, pues se supone que debió siempre cuestionar el hecho de que Marx, habla más bien de abolición del trabajo, eso es al estilo de Heidegger. En términos que recuerdan su anterior perspectiva heideggeriano-marxista. “En el trabajo sucede algo con el hombre y con la objetificación de tal manera que el resutlado es una unidad esencia de hombre y objetificación: el hombre se objetifica a sí mismo y el objeto deviene suyo, deviene un objeto humano.” Pág. 231. Muy al estilo de Marx sobre el fetichismo de las mercancías. Es decir, traspasa tanto la noción que termina haciéndose esclavo pero del objeto en contraposición a ser libre a través del objeto. Con el trabajo sucede algo con el ser humano, es meramente heideggeriao, pues parte de una extensión del sujeto y de su esencia, es decir lo que le hace existir, pero es una falsa consciencia. Se nota una clara contradicción en el pensamiento del autor.

Marcuse tratará irónicamente éste tema en sus primeros escritos pero quedará delineada de forma distinta en los textos posteriores. Sin embargo, su tema acá en cuestión es el tema del juego. “El hombre sólo juega cuando es hombre en el pleno sentido de la palabra, y sólo es plenamente hombre cuando juega.” Pág. 232. Es decir, el juego es la libertad de realizar y crear espacios.

Marcuse llegó a observar el trabajo como un reino de la necesidad; no se llega al reino de la Libertad por medio del trabajo sino que aquél se encuentra más allá de éste. Se trataba de una revisión del marxismo que superaba los términos de la ortodoxia marxista y anticipaba la política libidinal de la década de 1960. Se desliga una importante consecuencia entre la teoría, la forma y la pureza. Schiller introdujo su idea del “impulso hacia el juego”. En la esfera estética las leyes de la belleza están al servicio de la libertad y no de la necesidad. “La razón exige, por razones trascendentales, que haya una asociación entre el impulso formal y el material, es decir, un impulso hacia el juego, porque solamente la unión de realidad y forma, d contingencia y de necesidad, de pasividad y de libertad, la cual realiza la idea de humanidad. El hombre es sólo serio con lo agradable, lo bueno, lo perfecto, pero con la Belleza juega.” Pág. 233.

Schiller

El objeto es la belleza, es el arte

El concepto de juego figura de manera destacada en las Cartas sobre la Educación Estética del Hombre . Shiller nos muestra una frase muy hermosa: “El hombre sólo juega cuando es hombre en el pleno sentido de la palabra, y sólo es plenamente hombre cuando juega.” Con los argumentos dados por Immanuel Kant, Shiller forjó su idea sobre el impulso hacia el juego. En la esfera estética, las leyes de la belleza están al servicio de la libertad y no de la necesidad. Es decir, para Schiller la razón exige, por razones trascendentales, que haya una asociación entre el impulso formal y el material, es decir, un impulso hacia el juego, porque solamente la unión de realidad y de forma, de contingencia y de necesidad, de pasividad y de libertad, la que realiza la idea de humanidad. El ser humano dice Shiller,

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