Filosofía de la Historia . Kant (Ideas para una historia universal en clave cosmopolita, 1994)
LuisAcosta1994Ensayo12 de Noviembre de 2017
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Filosofía de la Historia
Luis Acosta
07 – 02 – 2017
Ensayo Final
La historia de un pueblo, su medio ecológico y el tipo de relaciones entre las personas, son algunas de las variables que dan cuenta la cosmovisión particular del mundo. Sin embargo, esto no quiere decir que cada grupo humano ha estado aislado o que es único, puesto que existen profundas influencias e interrelaciones entre las sociedades.
A este respecto, varios de estos encuentros culturales no siempre han prescindido del conflicto. Las sociedades al enfrentarse con otras se reconocen y reafirman dentro de su mismo grupo con su cosmovisión particular que a más de unificar de manera interna, aparta y diferencia al grupo de los demás. Sin embargo, los conflictos surgen cuando se asume estas diferencias como categóricamente antagónicas y se establece una valoración jerarquizada de las distintas formas culturales.
En un afán por entender ésta realidad los métodos cualitativos de recolección de información han sido usados por las ciencias sociales y se han ido desarrollándose y modificando a la par de las distintas disciplinas investigativas.
En este ensayo lo que se pretende es comparar la forma de concebir la alteridad presente en el pensamiento y relato histórico en lo que respecta a los valores etnocéntricos presentes en todos los grupos humanos. Ésto tomando a Hegel y Kant al respecto de la tradición moderna europea, y en la concepción de la historia planteada por los historiadores hindúes. Se hará una breve reflexión acerca de la subalternidad, propuesta por los historiadores Chakrabarty y Guha. El análisis abracará una mirada teórica e histórica acerca de la ésta y su relación con la forma en que está construido el relato científico.
Asimismo, para apoyar el análisis se tomara las propuestas de las investigadoras Joan Scott y Donna Haraway al respecto del etnocentrismo en la ciencia. Y la propuesta desde la epistemología del sur, en su calidad de propuesta alterna a la concepción occidental del pensamiento científico. En este sentido, las voces alternas y diversas constituyen, al momento de ser visibilizadas, en una forma de resistencia a lo dominante.
El punto de inicio de la reflexión sobre el pensamiento histórico universal de la de la mano de Immanuel Kant (Ideas para una historia universal en clave cosmopolita, 1994), quien, al respecto de las relaciones humanas, propone una suerte de antagonismo de los seres humanos. El cual se puede tomar como la tendencia de éstos a vivir en comunidad, situación que se acentúa su condición de hombre.
Concomitantemente, el ser humano tiene una inclinación a la individualización, lo que lo lleva a aislarse y a esperar la misma respuesta de sus pares. Ésto hace que se cree una disputa entre individuos y entre el individuo y la comunidad. Entonces, este antagonismo sirve como impulso para vencer la inercia y llevar a cabo el desarrollo de las disposiciones de la Naturaleza. En este sentido, se presenta una insociable sociabilidad funge como motor del cambio en el desarrollo de la humanidad.
Es posible establecer que Kant (Ideas para una historia universal en clave cosmopolita, 1994) parte de la idea que el plan oculto de la naturaleza es el hilo conductor de la historia humana, tomando a las acciones humanas como parte de un sistema ordenado. En este sentido, se plantea que las disposiciones de la naturaleza son de carácter teleológicas y por lo tanto están destinadas a desarrollase. Este desarrollo se da a partir de la perfectibilidad a través del uso de la razón humana, mismo que es de carácter generacional y no individual.
Aquí, la razón es el fundamento de la libertad humana ya que esta hace posible su supervivencia, como si la Naturaleza le hubiese otorgado ésta al ser humano para que sea capaz de seguir su plan. Lo que lleva a la necesidad de la generación de un orden legal de las disposiciones, mismo al cual se puede llegar a través del desarrollo motivado por la insociable sociabilidad.
Por otro lado, Kant (Ideas para una historia universal en clave cosmopolita, 1994) establece la existencia de una voluntad universalmente implica la imposición de ésta por parte de un señor superior sobre la libertad del sujeto, en busca de que cada cual pueda ser más libre. Ésto a través de una experiencia ejercitada a lo largo de un dilatado transitar por el mundo, de una naturaleza de una constitución posible y de una buena voluntad dispuesta a aceptar dicha constitución.
Posteriormente, se dice que la Naturaleza plantea un reto: la instauración de una sociedad civil que administre universalmente el derecho. Ésto sólo puede darse en la coacción de la sociedad civil a través del autodisciplinamiento de la especie. Lo cual se debe a que la insociabilidad de los seres humanos los obliga restringirse y al mismo tiempo los incentiva a buscar el desarrollo de las disposiciones de la Naturaleza.
Finalmente, sólo después de sucesivos conflictos se puede llegar hasta un estado elevado de perfeccionamiento, donde las disposiciones de la Naturaleza se hayan desarrollado plenamente y se pueda ver consumado el destino de la tierra.
Otro autor que aborda el tema del análisis del pensamiento histórico y el decurso de la misma es Georg Wilhelm Hegel (Introducción general. Capítulo 3. El curso de la Historia universal, 2001), quien establece que el tiempo contiene una determinación negativa, dado que hace posible una existencia contraria al acontecimiento, es decir, es la referencia al no ser. Aquí, las variaciones del espíritu humano acontecen en el tiempo, dado que cada una de ellas es la trasfiguración de la anterior. De esta forma, la historia universal es el desenvolvimiento, la explicitación del espíritu en el tiempo. Siendo en las variaciones del espíritu donde está contenido el progreso.
Se puntualiza que los pueblos, en su condición de formas espirituales, también son determinados por la variabilidad y el progreso (como la formación de conciencia). En este sentido, el cambio determinado por la variación tiene lugar en el concepto, el cual termina por ser rectificado. Entonces, la especie o el pueblo como tal no hace ningún progreso, sino que es espíritu donde toda trasformación o variación es progreso.
En progresión de lo simple a lo complejo, Hegel propone que lo único digno y propio de la consideración filosófica es recoger la historia ahí donde la racionalidad empieza a aparecer y no donde todavía en una posibilidad en sí misma. Aquí, es menester la existencia de un Estado donde la razón de paso a la conciencia, a la voluntad y a la acción.
Es en la narración histórica se comprende simultáneamente con los hechos y acontecimientos propiamente históricos, esto entre individuos contenidos en familias o tribus. Sin embargo, es el Estado es el que por primera vez da un contenido, que no sólo es apropiado a la prosa de la historia, sino que la engendra. Ésto es posible dado que el Estado exige preceptos, leyes y decisiones generales y válidas para la generalidad, y por consiguiente, crea no sólo la narración, sino el interés de los hechos y acontecimientos inteligibles, determinados y perdurables en sus resultados. Finalmente, Hegel puntualiza la existencia del Estado con sus leyes y costumbres racionales, constituye un presente imperfecto e incompleto, que necesita la conciencia del pasado para integrar su inteligencia.
Siguiendo la propuesta de Hegel (Introducción general. Capítulo 3. El curso de la Historia universal, 2001), la historia universal aparece contenida en una serie de faces que tienen como fin la realización del espíritu, a través de la toma de conciencia de su libertad. Así, en el primer estadio de desarrollo del espíritu, nace la diferenciación entre sujeto y objeto. Éste se diferencia de la naturaleza y el ser humano se da cuenta de su capacidad de actual sobre ella. En un estadio posterior, la libertad empieza a actual sobre las sociedades, y son llevadas a encuentro las voluntades personales y generales. Finalmente, es cuando el pensamiento entra en un estado donde es capaz de pensarse a sí mismo donde se puede hablar de un espíritu absoluto.
De esta forma, la historia viene a ser la evolución del espíritu en el transcurso hacia la conciencia de su propia libertad; donde, el espíritu sólo puede transformarse en la medida en que se supere a sí mismo y a su germen contenido desde su principio y contradicción. En este sentido, el Estado se presenta como la comunión de la potencia de este espíritu, como unión entre la unidad familiar, como lo universal, y la sociedad civil, como lo particular.
De las propuestas tanto de Kant como de Hegel es posible postular que ambas se anclan en el proceso de cambio y devenir histórico del mundo occidental, donde existe una suerte de idea de cambio que tiende la complejización de sus formas en términos de orden político, social y en la forma de pensamiento.
Por lo tanto, al establecerse un proceso en términos de desarrollo y progreso implícitamente existe una fase inicial y poco desarrollada y una fase terminal y compleja. Aquí, es concordante con este relato la idea de que es sólo en esta fase compleja (Estado) del pensamiento humano sea posible que el individuo pueda construir una narrativa histórica oportuna, en cuanto a la capacidad de abarcar el nivel de complejidad que demanda la época histórica.
En conflicto en esta forma de pensamiento histórico aparece cuando se la utiliza para explicar el proceso de formación de pensamiento histórico de otros grupos en realidades disimiles. Además, es necesario puntualizar, que en esta tradición histórica, por las condiciones materiales que marcan su origen, son contenidas las voces de quienes tienes la capacidad intelectiva y material para plasmarla, acto que es excluyente en principio. Aquí, la idea de etnocentrismo cobra fuerza en el sentido que hace visible, en el quehacer reflexivo sobre las formas de pensamiento humano, ya que es a través de la referencia del propio proceso es como se conciben los procesos de los otros distintos.
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