Fundamentación trascendental del conocimiento

Fundamentación trascendental del conocimiento

Palabras clave: Experiencia Trascendental, Descripción fenomenológica, Egologia, Conciencia Intencional, Síntesis universal, temporalidad interna, Horizonte.

En las ‘Conferencias de París’ Husserl reconoce los esfuerzos de Descartes en el proyecto de fundamentar trascendentalmente el conocimiento, mediante la fijación de una evidencia apodíctica que posibilite reconstruir el saber en general, a partir de una filosofía verdaderamente rigurosa. El interés epistemológico de la Filosofía Moderna, de erigir una ‘ciencia estricta’, es retomado por el proyecto fenomenológico de Husserl, aunque con distintos matices en relación con el método; ya que amplia el campo de comprensión de lo trascendental, mediante la descripción fenomenológica del Ego puro.

La Fenomenología Husserliana se distancia del proyecto cartesiano radicalmente, en la medida en que le imprime un nuevo sentido a la consideración trascendental (análisis profundo del ego), y a su vez a la comprensión del mundo (fenómeno, no es real sino intencional).

En primer lugar, Husserl busca superar la ingenuidad de la ‘actitud natural’, en la cual damos por sentado, la creencia generalizada de considerar el mundo por sí mismo comprensible y dotado de sentido. De este modo, la conciencia empírica, toma el mundo tal y como aparece, en la totalidad de las cosas vividas, de aquellas percibidas, pero también de las recordadas, soñadas, intuidas, …; alrededor de estas, se han erigido saberes y dogmas, que recaen en el ‘objetivismo ingenuo’ sin ir más allá de la mera descripción.

A diferencia, Husserl propone una nueva actitud, que aclare el sentido y la existencia de la objetividad, una actitud fenomenológica, la cual supone de antemano dejar de lado, o poner entre paréntesis, las convicciones que se fundan en la actitud natural y que no poseen evidencia absoluta. Como ya señalo en la Lección I, dicha actitud, tiene como residuo último la esfera de la conciencia trascendental y sus respectivas cogitationes.

Hasta este punto, el descubrimiento del Ego cartesiano coincide con el ego trascendental, sin embargo, aquel sufre una transformación, en el sentido de que Husserl le da una amplitud y profundización. La conciencia trascendental es algo que se nos da de forma autentica, la tenemos como una evidencia apodíctica, de la cual toda duda queda cancelada; pero la ‘actitud fenomenológica’ no se detiene en esta evidencia, como hizo Descartes, sino que a partir de ella se consolida una nueva ciencia, que determina la naturaleza de la conciencia, la ciencia de la egologia.

De este modo, Husserl consigue fundamentar trascendentalmente el conocimiento. Mientras Descartes sólo se limito a la evidencia del propio yo como punto firme desde el cual se constituía el edificio del conocimiento; por el contrario, Husserl se dirige hacia una nueva esfera descubierta, la experiencia trascendental de la conciencia pura. Esta experiencia trascendental, es entendida como una reflexión sobre sí mismo, reducida a la esfera primordial de la conciencia. El campo de estudio de la egologia es increíblemente vasto, pues abarca los infinitos modos de conciencia, sistemas de intencionalidad; con el propósito de comprender la validez y alcances del conocimiento.

El análisis sistemático que se efectúa sobre el ego trascendental, arroja como primera característica esencial de la conciencia, su estructura intencional. Esto indica en primer lugar, que la escisión entre conciencia – mundo como un par de polos opuestos, es superada en cuanto se deja al margen, la comprensión tradicional que concibe la conciencia como una especie de receptáculo que recibe datos del exterior,

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