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Genealogia De La Moral


Enviado por   •  4 de Marzo de 2013  •  1.786 Palabras (8 Páginas)  •  355 Visitas

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“GENEALOGIA DE LA MORAL”

“Cada uno es el mas extraño a si mismo”; respecto de nosotros mismos, no somos de eso que buscan el conocimiento.

Tratado primero: “Bien y Mal”, “Bueno y Malo”

Nosotros tenemos necesidad de una crítica de valores morales, y el valor de estos valores debe ser puesto en tela de juicio; por eso debemos conocer las condiciones y los medios que les han dado nacimiento, en el seno de los cuales se han desarrollado y deformado.

El valor de estos valores se considera como dado, como real, por encima de toda disputa y ciegamente se le atribuía a lo bueno un valor superior a lo malo, superior en el sentido de progreso, de utilidad, de influencia fecunda por lo que se refiere al desarrollo del hombre en general.

Filósofos antiguos mencionaban: Las acciones no egoístas han sido alabadas y tendidas por buenas por aquellos a quien era prodigadas, a quienes eran útiles.

Origen de la palabra Bueno; se refiere a la declinación de las evaluaciones aristocráticas, es cuando la antitesis de egoísta y desinteresado se apodera de la conciencia humana.

La utilidad del acto no- egoísta experiencia cotidiana de todos los tiempos, debería de gravarse en la conciencia en caracteres cada vez más claros.

Heriberto Spencer ha presentado o relacionado el concepto bueno y el concepto útil y oportuno o bien inútil o inoportuno. Según esta teoria, es bueno todo lo que en todo tiempo se ha revelado como útil; por esto, esta cosa buena y útil puede pretender al titulo de “valor de primer rango” de “valor esencial”.

Todas se derivan de una misma “transformación de idea”, que siempre idea es distinción de nobleza en el sentido del rango social, es la idea madre de donde nace y se desarrolla la idea de lo bueno.

Palabra alemana Schelecht (malo), en su origen, designaba al hombre sencillo, al hombre de vulgo, sin equivoco y sin mirada oblicua, únicamente en oposición con el hombre noble.

En la época de los treinta años, este sentido se desvío de su fuente y se convirtió en lo que hoy se usa.

El latín Malus, podría haberse designado el hombre vulgar por su color oscuro y sobre todo por sus cabellos negros.

El contraste entre puro e impuro, sirve por primera vez a la distinción de castas y allí también se desarrollo mas tarde una diferencia entre bueno y malo.

Los hombres de alta alcurnia tenían el sentimiento de que eran los felices, no tenían necesidad de construir artificialmente su felicidad comparándose con sus enemigos, asimismo en su calidad de hombres completos, rebosantes de vigor, por consiguiente necesariamente activos, no sabían separar la felicidad de la acción; entre ellos, la actividad era necesariamente puesta en cuenta de la felicidad.

Mientras el hombre vive lleno de confianza y de franqueza para consigo mismo, su alma bizca, su espíritu, ama los rincones, los fuegos fatuos y las puertas secretas.

El resentimiento, termina siendo mas prudente que cualquiera otra razón aristocrática, y honrara la prudencia una condición de existencia de primer orden mientras que entre los hombres de distinción la prudencia toma fácilmente un matiz de lujo y refinamiento.

El que no ha conocido estos buenos, sino como enemigos no ha conocido ciertamente mas que enemigos malos, pues estos mismos hombres que, inter pares, están tan severamente mantenidos en los justos limites por las costumbres, por la veneración, por el uso, por la gratitud y aun mas por la vigilancia mutua y la envidia, y que , por otra parte, en sus relaciones reciprocas se muestran tan ingeniosos por todo lo que se refiere a las consideraciones, al imperio sobre si mismo, a la delicadeza , estas fueron de su circulo.

El sentido de toda cultura es domesticar, la fiera humana, para hacer de ella, por medio de la educación, un animal domestico y civilizado,

Exigir de la fuerza que no se manifieste como tal fuerza, , que no sea voluntad de dominación, es tan insensato como exigir de la debilidad que se manifieste como fuerza. Una determinada cantidad de fuerza responde exactamente a la misma cantidad de instinto.

Cuando los oprimidos, los pisoteados, los esclavizados, bajo su imperio de la astucia vindicativa dicen: “Seamos lo contrario de los malos, es decir buenos.

Nosotros los débiles, somos decididamente débiles, por consiguiente haremos bien en no hacer todo aquello para lo cual no tengamos bastante fuerza. Pero esta amarga comprobación, esta prudencia de cualidad muy inferior que posee el mismo insecto, gracias a esta falsa moneda, ha tomado la exterioridad de la virtud que sabe asperar, que renuncia y se calla como si la debilidad del débil fuera una realización libre.

Los dos valores opuestos bueno y malo, bien y mal, se han entregado a este mundo, hoy día nos hacen falta aun sitios en que la lucha se prosigue con suertes diversas, el segundo valor ha subido cada vez más alto, se ha hecho cada vez mas espiritual.

El bien de la mayoría y el de la minoría son dos criterios de evaluación absolutamente opuestos.

Tratado segundo: “La falta; la mala conciencia y las cosas parecidas”

El olvido no es solamente

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