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HISTORIA DE LAS DOCTRINAS FILOSOFICAS .

QuaresminhaEnsayo26 de Agosto de 2016

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PEREZ POBLANO REGINA BEATRIZ

GRUPO: 660

HISTORIA DE LAS DOCTRINAS FILOSOFICAS .

En un momento dado, bajo una hora ciertamente incierta y un lugar, muy bello aunque poco conocido, por capricho de la vida, dos hombres coincidieron en una mesa, uno era un hombre conocido como David Hume y el otro se hacía llamar Immanuel Kant.

HUME: -Buenas tardes tenga usted, ¿no le molestaría si tomo asiento en el lugar que está a lado suyo?

KANT: -Por supuesto que no es molestia, adelante tome asiento.

HUME:- Muchas gracias, debo decir que este es un bello día, muy luminoso y radiante, ¿a usted no le parece así?

KANT: - Ciertamente, concuerdo con usted, de hecho, yo concurro mucho este lugar, tiene un toque que aún no descifro, pero es bastante calmado, el viento, los árboles, todo es perfecto para que se pueda meditar de cualquier cosa.

HUME: -Sin dudas, debo decir que si siento esa armonía con este lugar, y si bien concuerdo con que es perfecto para poder analizar cómodamente cualquier cosa en este lugar, no dejo de sentirme consternado por algo muy especial, que llevo más tiempo y este tiempo se me pasa sin poder concretar esto.

KANT: - ¿Y se puede saber de qué se trata? ¿Cuál es la problemática que tiene usted? Tal vez si me dice, podría ayudarlo.

HUME: -Es el conocimiento, señor, quiero explicar lo que mi opinión es.

KANT: -Pues adelante caballero, debo decir que me parece bastante interesante la oportunidad de escucharlo, así que puede comenzar cuando usted quiera.

HUME:- Primero, quiero dejar en claro que me baso en definir que el conocimiento es un conjunto de información almacenada mediante la experiencia o el aprendizaje. Se trata de la posesión de múltiples datos interrelacionados que, al ser tomados por sí solos, poseen un menor valor cualitativo.

KANT:- Comprendo, pero según esto, ¿cómo es posible el conocimiento?

HUME: - La parte clave de esto es la EXPERIENCIA, por lo que yo considero que  la única fuente posible de conocimiento es la experiencia sensible, y todo lo que escapa a esta experiencia resulta totalmente incognoscible. Este punto es muy importante: si no hay experiencia no hay conocimiento, o por lo menos desde mi particular punto de vista

KANT: - Entonces habría que reconocer y distinguir dos partes muy fundamentales, como lo son las fuentes del conocimiento, que son  la sensibilidad y el entendimiento.

HUME: - Tal vez pueda explicarme de mejor manera eso, si no le molesta.

KANT: - Claro que no es molestia, de hecho es un placer poder dialogar sobre esto. Primero debo decir que estas fuentes del conocer tienen características distintas y opuestas entre sí. La sensibilidad es pasiva, se limita a recibir impresiones, mientras que  el entendimiento es activo, consiste en que el entendimiento produce de forma espontánea ciertos conceptos sin derivarlos de la experiencia.

Para explicar mejor esto, amigo mío, debo decirte que nuestro conocimiento surge de dos fuentes fundamentales del ánimo, de las cuales la primera es la de recibir las representaciones o la receptividad de las impresiones, y la segunda, la facultad de conocer un objeto mediante esas representaciones o la espontaneidad de los conceptos; por la primera, un objeto nos es dado; por la segunda, este es pensado en relación con aquella representación.

HUME: - Yo honestamente me quedo con algunas dudas, sin embargo sigo sosteniendo que sin experiencia no hay conocimiento.

KANT:- No hay duda de que todo nuestro conocimiento comienza por la experiencia, pero aunque todo nuestro conocimiento comience con la experiencia, no por eso surge todo él de la experiencia.

HUME: - Pero eso yo no lo comparto, difiero contigo, aunque si me gustaría escuchar el resto de tu idea, para poder compartirte la mía, así que te agradecería si me puedes explicar mejor tus conceptos.

KANT: - Me parece perfecto y te lo explicare de esta manera: hay que distinguir lo a posteriori y lo a priori. Lo primero  es aquello que en el conocimiento procede de la experiencia a través de la sensación. Es lo empírico en el conocimiento. Por darse en la sensación, o intuición empírica, que es singular y fáctica, lo empírico y a posteriori en el conocimiento es, asimismo, singular y contingente, a esto se refiere lo a posteriori.

Por lo segundo que te comento amigo mío, lo a priori, es aquello que en el conocimiento no procede ni se deriva de la experiencia, sino que la antecede de alguna manera y surge independientemente de la experiencia. Al no derivarse ni proceder de la experiencia empírica, lo a priori en el conocimiento es universal y necesario en y para el conocimiento.

HUME: - Comprendo un poco hacia dónde va tu idea. Y yo te puedo opinar que para mí resulto muy importante separar las impresiones de las ideas.

KANT:- ¿A qué te refieres?

HUME: - Simple, las impresiones son el conocimiento a través de los sentidos, mientras que las ideas son las representaciones o copias de las impresiones. Son como el recuerdo de las impresiones.

KANT: - Sin embargo, no sé si en tu opinión tengas algún método de diferenciación para estos casos.  

HUME: - Por supuesto, pon atención. Hay diferentes criterios para separar las impresiones de las Ideas: Las impresiones siempre son más fuertes que las ideas, ya que las ideas son las imágenes débiles de las impresiones. Otro criterio es también muy clarificador, las impresiones siempre hacen referencia al presente, mientras que las ideas siempre hacen referencia al pasado. Tanto las ideas como las impresiones pueden ser simples y complejas.

KANT: - Para serte honesto eso me parece muy interesante.

HUME:- Y en concreto lo es. Mira, las ideas simples son percepciones débiles y oscuras. Se trata de copias de las impresiones y provienen de ellas, de hecho te puedo mencionar de ejemplos a los recuerdos, fantasías de la imaginación, etc. Son las sensaciones inmediatas y pueden tener como origen la sensación y la reflexión. Por el lado de las complejas nos referimos al espíritu que tiende naturalmente a asociar las ideas simples conformando ideas complejas. Las ideas más generales y abstractas provienen de las ideas más simples y éstas de las impresiones. Si las ideas simples que componen una idea compleja no se dan en ella en el mismo orden en que se nos dan las impresiones de las cuales provienen, la idea compleja no responde a las impresiones sino a la imaginación. En pocas palabras, las ideas complejas son las elaboradas por la mente humana al relacionar y combinar las simples. A la hora de elaborar las complejas el entendimiento es activo, mientras que respecto a las simples es pasivo.

KANT: - Sin dudas estoy comprendiendo mejor lo que tratas de decirme, sin embargo no sé si te sea útil lo siguiente que me gustaría comentarte.

HUME: - ¿a qué te refieres?

KANT: - que tal vez no hemos llegado a una idea clara de que sean las impresiones o las percepciones, logro entender un poco hasta ahora lo que tratas de decirme, sin embargo creo que sería bueno hablar sobre esos aspectos.

HUME: - Estas en lo cierto, entonces permíteme decirte que las percepciones son los elementos básicos o primigenios de la actividad del espíritu, la cual consiste precisamente en relacionarlos. Mientras tanto las impresiones son percepciones vivaces e intensas y pueden provenir de la sensación externa, también llamada simplemente "sensación" como lo es oír, ver, etc.; o de la sensación interna, también denominada "sentimiento" como desear, odiar, etc.

KANT: -  Me parece bien lo que me dices. De hecho creo que gracias a eso puedo decirte algo que yo opino y es sobre lo que yo veo como caos de impresiones.

HUME: - ¿Y a que te refieres con eso?

KANT:- mira, las impresiones constituyen la materia del conocimiento. Sin ellas el intelecto no conocería nada. Pero irrumpen en el intelecto en forma caótica y es éste quien las ordena con sus formas a priori construyendo el fenómeno. Yo opino que las impresiones sin las formas y las categorías que aporta el intelecto serían ciegas. Entonces, si bien tú reconoces que todo conocimiento comienza con la experiencia, no admites que todo conocimiento provenga de la experiencia pues el mismo sería imposible sin el aporte que hace el sujeto de sus formas a priori.

HUME: - Esto que comentas es sin duda bastante intrigante. Y haciendo un pequeño paréntesis en este punto, olvide decirte algo sobre el razonamiento, el cual es  a partir de las ideas simples, el espíritu razona y construye proposiciones e ideas complejas. Creo que es bueno mencionarlo para ayudarnos un poco.

KANT: - Y ya que nos recuerdas esto, creo que te falta algo, ¿o no lo crees?

HUME: - Tienes razón, no mencione las proposiciones de razón ni las de hecho. Las de razón son proposiciones cuya verdad depende de las mismas ideas pensadas. Permiten lograr un conocimiento verdadero porque su contenido es necesario y no contingente como las matemáticas y la lógica. Sólo en este plano es posible la demostración. Por otro lado las de hecho  no hay posibilidad de alcanzar un conocimiento cierto, demostrativo, ya que allí no hay necesidad sino contingencia y, en consecuencia, siempre lo contrario puede ser pensado sin contradicción. Sin embargo, yo sostengo que, en base a la observación regular y a la experimentación, pueden formularse pruebas que no permiten una duda razonable o probabilidades que recogen experiencias con resultados variables. De todos modos, no tenemos de las cuestiones de hecho verdadera ciencia, ya que la idea de causalidad que nos permite unir los fenómenos, explicarlos y predecirlos, no se respalda en ninguna impresión y, por tanto, halla su fundamento sólo en la imaginación y la costumbre.

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