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IGUALDAD SOCIAL


Enviado por   •  30 de Mayo de 2013  •  3.455 Palabras (14 Páginas)  •  3.481 Visitas

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Traducción realizada por Jorge Ramos Palacio

RESUMEN

La igualdad social está muy valorada en la actual sociedad occidental y se considera uno de los principales objetivos de la política social. Generalmente se piensa que la prestación de bienestar por parte del estado es un medio apropiado para lograr dicho objetivo y, de hecho, todas las naciones occidentales son Estados de Bienestar. Todavía existen diferencias de opiniones respecto al nivel de esfuerzo requerido para alcanzar el Estado de Bienestar, en particular sobre la cuestión de si un Estado de Bienestar desarrollado produce una sociedad más igualitaria que uno cuyo Estado del Bienestar es más modesto. Este es el debate que presentamos en el documento actual sobre la disminución del Estado de Bienestar.

Este trabajo analiza si el esfuerzo por aumentar el Estado de Bienestar va realmente acompañado de una mayor igualdad social. Compara los gastos de seguridad social y la desigualdad social existente en los 23 primeros países mundiales. La desigualdad social se mide de dos formas:

Tradicionalmente, como un parámetro de diferencia sobre la escasez de recursos, especialmente los recursos socio-económicos, como la renta, la salud y la dignidad social. La comparación de la desigualdad de ingresos entre los países muestra una menor desigualdad en la mayoría de los Estados de Bienestar consolidados.

En lugar de concebir la desigualdad social como las diferencias en tales condiciones preestablecidas para el logro de una buena vida, se puede entender como la diferencia existente en la calidad de vida realmente ‘reconocida’ y se puede medir mediante las dispersiones en la satisfacción de vida (según se comprueba en los datos obtenidos en la encuesta) y mediante la dispersión en la esperanza de vida (como se observa en las estadísticas de mortalidad). Estas dos últimas medidas no están relacionadas con el esfuerzo del Estado de Bienestar: no aparecen ni en un análisis transversal ni en uno longitudinal.

Se concluye que un Estado de Bienestar consolidado implica mayor igualdad económica, pero no iguala las oportunidades para lograr una buena vida.

INTRODUCCIÓN

El ideal de la igualdad social

El ideal de la igualdad social defiende que todos los ciudadanos tengan las mismas oportunidades en la vida. La variante mínima de este ideal de ‘igualdad de oportunidades’ significa ‘competencia justa’ para los recursos escasos. Si se basa en la atribución, la desigualdad se rechaza, pero es aceptable si proviene de las diferencias en la realización. Las variantes máximas del ideal también exigen una vida decente para todos, independientemente del logro alcanzado. Ello requiere una redistribución entre el débil y el fuerte.

Desde que existen las sociedades humanas hay una gran tensión entre los ideales igualitarios y elitistas. Desde La Ilustración, el igualitarismo llegó a ser dominante en la sociedad occidental. Las desigualdades de la sociedad feudal quedaron niveladas por las revoluciones liberales y, como consecuencia de ello, las reformas socio-democráticas redujeron las desigualdades del capitalismo. La supresión de la mayoría de las diferencias sociales importantes no disminuyó el interés por el ideal; La igualdad social aún ocupa un lugar prominente en la agenda de los políticos.

Existen diversas maneras de perseguir el objetivo de la igualdad social: redistribución del poder (entre otros, por la introducción del sufragio universal), redistribución del conocimiento (e.o., por la educación obligatoria) y redistribución de ingresos (e.o., por la seguridad social). El último planteamiento se basa en los llamados ‘Estados de Bienestar’.

Objetivos igualitarios del Estado de Bienestar

Los Estados de Bienestar son naciones que garantizan a sus ciudadanos un mínimo nivel de vida, suministrando ingresos suplementarios y/o servicios; como tales Estados de Bienestar respaldan la máxima definición de igualdad de oportunidades. Aspiran a una vida decente para todos los ciudadanos, incluso para los perdedores en competencia por los escasos recursos sociales. Los verdaderos Estados de Bienestar también intervienen en esta competición a favor del débil. Lo hacen regulando la competición (p.ej.: pautas de seguridad, salarios mínimos, etc.), aumentando las oportunidades de competir del más débil (por ejemplo: educación libre, acción positiva, etc.) y moderando los beneficios del más fuerte (p.ej: impuestos progresivos).

Todas las naciones occidentales modernas emplean tales políticas, con lo cual, todas estas naciones se pueden llamar realmente Estados de Bienestar, aunque existen grandes diferencias en el grado de compromiso por parte del Estado. En este sentido podemos decir que algunos de los Estados de Bienestar lo son más que otros. Sería más apropiado decir que los Estados de Bienestar se diferencian en ‘el esfuerzo del Estado de Bienestar’ o que el Estado de Bienestar está más ‘extendido’ en algunos países que en otros.

Efectos deseados del esfuerzo del Estado de Bienestar sobre la igualdad social

Generalmente se piensa que el nacimiento del Estado de Bienestar ha participado significativamente en la reducción de la desigualdad social en las sociedades occidentales, aunque existen diferentes opiniones sobre si los Estados de Bienestar más consolidados producen una sociedad más igual que los menos afianzados. A la izquierda del espectro político la opinión dominante es: ‘a mayor esfuerzo del estado, mayor igualdad’; a la derecha se cuestiona esta opinión. Incluso algunos radicales de la Nueva Derecha pretenden que el bienestar del estado benevolente origina mayor desigualdad social a largo plazo, en lugar de reducirla.

Esta diferencia figura eminentemente en el actual tratamiento de la reducción del Estado de Bienestar. La oposición pronostica que los recortes en los gastos de bienestar crearán inevitablemente nuevas argucias, incluso en los Estados de Bienestar desarrollados. Ellos reivindican que ‘la pobreza’ está reformando a una sociedad acaudalada y previenen de una división creciente (‘sociedad dos tercios’, ‘nueva clase marginada’). Por otro lado, los partidarios de una reducción del Estado de Bienestar dicen que los recortes son necesarios para mantener una neta seguridad social básica, que ven como más importante para la igualdad social a largo plazo.

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