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Introducción a la filosofía


Enviado por   •  14 de Abril de 2012  •  Tesis  •  3.319 Palabras (14 Páginas)  •  786 Visitas

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Martes 27 de marzo, 2012.

Universidad Nacional de El Salvador.

FACULTAD: Ciencias y humanidades.

DEPARTAMENTO: Filosofía.

CATEDRA: Introducción a la filosofía.

CATEDRATICO: Lic. Leonel Zelaya

RESPONSABLE: Delgado Guerra María Fernanda DG12064

Escobar Cuesta José Manuel EC12020

Hernández Ortiz Ana del Carmen HO12011

Melara Garmendia Blanca Erika MG12103

Melgar Ríos René Antonio MR12064

Ramos Hernández Rony David RH12037

TEMA: Apología de Sócrates.

La homosexualidad.

INDICE

Tema página

Apología de Sócrates………………………………………………………………………………

Conclusiones……………………………………………………………………………………………

La homosexualidad…………………………………………………………………………………..

Conclusiones……………………………………………………………………………………………..

Cuadro Comparativo…………………………………………………………………………………

Mahatma Gandhi……………………………………………………………………………………..

1

APOLOGÍA DE SÓCRATES

La actitud filosófica de Sócrates resulta extraña en la actualidad, pero realmente fue el modo de filosofar de muchos pensadores griegos anteriores a él que usaron, también, el diálogo y el contacto directo con los interlocutores como método de indagación filosófica

El mismo Platón, fuertemente influido por Sócrates, redactó casi toda su obra filosófica a modo de diálogos. De hecho Sócrates marca un punto de inflexión en la historia de la filosofía por ser el último gran pensador griego “de calle”, que desdeñaba escribir tratados y que consideraba su labor pedagógica como una obligación religiosa y ciudadana.

En sus debates con otros personajes relevantes de la vida cultural o política de Atenas, Sócrates adoptaba, en principio, un actitud irónica. La frase socrática “Solo sé, que no sé nada” es reflejo de esta ironía con la que el ateniense pretendía poner en entredicho las certezas de las que partía el interlocutor. En esta primera fase del método socrático, se duda de las afirmaciones del interlocutor pero sin contraponer a la opinión del afirmante otra afirmación sino, sencillamente, dudando de la validez de su propuesta. Es una actitud claramente destructiva, que irritaba a los supuestos sabios que quedaban en evidencia ante el genio socrático.

Quizás sea pertinente recordar la fuerte implicación vital que tenía para el ateniense su actividad filosófica y pedagógica; cuando en el juicio con el que se le condenó a muerte se propuso que dejase de filosofar, prefirió explícitamente la muerte a dejar su actividad filosófica, pues como afirmó “una vida sin reflexión no merece la pena ser vivida”.

Los jueces fueron seleccionados por lotería de entre un grupo de ciudadanos voluntarios varones (la ciudadanía no incluía a mujeres, esclavos ni extranjeros residentes) pertenecientes a cada clase social. A diferencia de cualquier juicio llevado a cabo en muchas sociedades modernas.

Sócrates se enfrentó a un jurado compuesto por 500 ciudadanos (su gran tamaño demuestra que el juicio era visto como algo importante) y después de que él y su acusador hubieran presentado sus disertaciones, el jurado votó a favor de condenarlo por 280 contra 220.La Apología de Jenofonte (cuyo nombre completo es Apología de Sócrates al jurado) describe el estado mental de Sócrates al momento de su juicio y ejecución y, especialmente, su visión respecto a que es mejor morir antes de ponerse senil que escapar a la ejecución humillándose frente a una persecución injusta. Los especialistas creen que la interpretación del juicio efectuada por Jenofonte fue escrita como respuesta a la reacción literaria en general que siguió al hecho.

2

Tras la muerte de Sócrates (399 a. C.), sus discípulos se dispersaron y originaron numerosas escuelas filosóficas. Pero fue en la Academia, fundada por Platón –su principal discípulo-, en la que se desarrollaron los aspectos científicos y psicológicos de las ideas y estilo socrático, sobre todo el ideal de precisión y rigor en el hallazgo de la definición y los conceptos.

La auto aniquilación

Siendo que Sócrates sabe las razones del odio que se le profesa y que intuye cuál será el desenlace de ese juicio, le vuelve a abrir la llave al dispensador de cicuta, cuando luego de terminar el interrogatorio, en su discurso le dice a los 500 jueces: “De todas maneras, hagáis caso de Anito o no hagáis, me absolváis o me condenéis, nunca jamás obraré de otro modo, así tenga que sufrir mil muertes.

La aceptación

Sin extrañarse, Sócrates acepta la condena, sin embargo,

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