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JOHN CAGE


Enviado por   •  21 de Mayo de 2014  •  Biografías  •  2.469 Palabras (10 Páginas)  •  265 Visitas

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JOHN CAGE

John Cage es una de las figuras más importantes del arte contemporáneo, no solo por sus innovaciones en el campo de la música sino como pensador, escritor y filósofo. Nacido en los Estados Unidos de Norteamérica el 5 de Septiembre de 1912, hijo de un Inventor. Hace sus estudios de preparatoria en Los Ángeles, y atiende después dos años a la Universidad de Pomona en Claremont. En 1930 hace un viaje por Europa en el que se dedica a estudiar Arte, Música y Arquitectura, y a su regreso a los Estados Unidos se dedica a escribir poesía, a pintar, y a estudiar composición con Richard Buhling. En 1933 va a Nueva York por un año a estudiar con el compositor Adolph Weiss, y atiende a clases de música folclórica y contemporánea con Henry Cowell en la "New school for social research". Al regresar a California en 1934, estudiará contrapunto con Arnold Shoenberg. Sin embargo, la dirección que va a tomar Cage en la música va a ser diametralmente opuesta de la de su maestro Europeo.

La faceta más particular que va a convertir a John Cage en uno de los grandes innovadores musicales de este siglo y que lo va a apartar de la tradición Europea, es la búsqueda de la "obra abierta". Para Cage la obra de arte se tiene que abrir a la vida, y esto trae como consecuencia la creación de obras en las que el artista se hace a un lado y deja que los acontecimientos que existen en ellas tengan lugar simultáneamente, sin que interfieran unos con otros. Para lograr esto él compone su música usando técnicas de azar que determinan cada nota, cada ritmo y cada silencio de sus obras. De esta manera, ninguna opinión personal del artista altera a la obra, pues toda decisión es efectuada de manera aleatoria. Cage afirma que para componer de esta manera es necesario que el artista aniquile su ego, ocasionando de esta manera que las obras se vuelvan menos "expresivas" con el fin de que las emociones surjan no de ellas, sino de la gente que las escucha.

Cage no se conforma con expresar su idea de la "obra abierta" con sus composiciones, y a través de su vida va a escribir varios libros acerca de estas ideas. Además, va a ser uno de los iniciadores del "Happening" cuando en 1952 hace un evento en Black Mountain Collage dentro del cual se desarrollan una serie de actividades distintas que no tienen conexión alguna entre sí (mientras una persona baila, otra persona toca el piano, otra recita subida en una escalera, etc.). El fin que Cage perseguía al hacer este evento era involucrar al espectador con una forma de expresión que lo acercara a la vida a través de su filosofía de la "no intención" (es decir que lo que sucede está abandonado al azar, y no se pretende comunicar algo determinado).

En una entrevista con Daniel Charles, Cage afirma:

"Lo que es importante es insertar al individuo en el flujo de todo lo que sucede. Para hacer esto, el muro del ego debe de ser demolido; gustos, memoria y emociones deben ser debilitados. Se puede tener una emoción, simplemente no debemos pensar que es tan importante. Tómala de una manera en que luego la puedas dejar caer. No la reelabores!".

De esta manera, Cage espera que el espectador haga a un lado a su ego, para volverse más perceptivo hacia todo lo que sucede a su alrededor. Probablemente uno de los fines más importantes que él persigue con sus obras, es lograr que abramos nuestros oídos a todos los sonidos existentes.

"Hay que considerar no solo la música hermosa sino la música que tiene vida en sí misma".

Para el entonces, es necesario romper con toda distinción entre vida y arte, ya que su misión como compositor es hacer que su auditorio se vuelva más consiente del mundo en el que vive. Un ejemplo de esto es su obra 0'0'' (1962), que consiste en preparar y cortar vegetales, introducirlos a una licuadora, y luego beberse el jugo. Los sonidos de todas estas acciones son amplificados y reproducidos a través de bocinas distribuidas en un auditorio.

Otro ejemplo es la obra "Cuatro minutos, treinta y tres segundos"

("4 : 33") para piano solo o cualquier tipo de conjunto instrumental. Si fuesemos alguna vez a un concierto en el que se interpretara esta composición, veríamos a un músico o grupo de músicos salir a escena y con reloj en mano, cronometrar cuatro minutos treinta y tres segundos sin tocar una sola nota de sus instrumentos. Si no conociéramos el sentido de esto, probablemente creeríamos que todo es una farsa, y abandonaríamos disgustados la sala. En realidad, esta es una muestra más del intento que hace Cage para que el oyente comienze a reparar en los sonidos y ruidos que lo circundan.

En su libro "Silence" (1961), Cage escribe:

"Nuestra intención debe ser afirmar esta vida, no traer el orden fuera del caos, o sugerir mejoras en la manera de hacer una composición, sino simplemente despertarnos a la vida misma que estamos viviendo. Esto es muy placentero una vez que nuestra mente y nuestros deseos están fuera del camino, y dejan actuar a la vida libremente".

Parte de la razón de esta actitud tan abierta y perceptiva tiene que ver con una gran confianza que tiene Cage hacia la naturaleza, pues cree que solo bastaría con dejarla actuar para que el equilibrio perdido por la injerencia del hombre sobre ella fuera restablecido. Esta idea la expresa de la siguiente manera:

"La música nunca ha existido como una entidad separada excepto en la imaginación de los músicos profesionales. Siempre se ha abierto a la naturaleza, incluso cuando ha sido estructurada en la dirección opuesta. El problema consistía en que la gente ponía toda su atención en su construcción. Hoy día podemos diversificar nuestra atención, y la construcción ya no esconde la ecología". Debido a esta actitud, se ha dicho que la obra de Cage es una especie de "música ecológica". Es claro que éste compositor tiene una clara preocupación por un mundo enajenado en el que un gran número de seres humanos están cada vez más alienados y no son capaces de abrir sus sentidos y percibir el mundo en el que viven. Para lograr adoptar esta actitud es necesario el poder del olvido:

"....Si no tuviéramos este poder, estaríamos sumergidos y ahogados bajo aquellas avalanchas de objetos rigurosamente idénticos. No debe haber costumbre y habito en un mundo en proceso de devenir. La función del arte en el presente es preservarnos de todas las minimizaciones lógicas que estamos tentados en aplicar al flujo de eventos cotidianos. De acercarnos al proceso que es el mundo en que vivimos".

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