Jose Lopez
joluloma2 de Octubre de 2013
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Filosofía latinoamericana II parcial.
Tres alternativas que se plantean en torno a la posibilidad de una filosofía latinoamericana.
La filosofía como repetición, como apropiación critica, originalidad especifica.
1. La filosofía como repetición. Un esquema habitual de nuestro medio con aprendizajes principales de problemas y pensadores con diferencias conocidas sin ninguna apropiación y referencia a nuestra situación. El fin es autores de ideas, sin mediatizarlos con nuestras circunstancias. Actitud anclada sólidamente en nuestro país, universidad con excelente expositores que corren el riesgo de no situarse críticamente y se queda como actividad académica. La simple repetición sin referencia a las circunstancias propias es sospechoso de un proceso de ideologizados. Cuando por silencio u omisión el filósofo deja su papel de crítico y de funcionario de la humanidad de una humanidad alienada.
2. La filosofía como apropiación critica. Una tradición en la historia de las ideas, en la medida en que se adoptan filosofías de Europa. De acuerdo con las circunstancias sociopolíticas. Esto se presenta instrumental crítico como proyecto filosófico latinoamericano, que con un conjunto básico de categorías se aplica o se coloca como la perspectiva para un análisis sobre nuestra realidad. En el ámbito L.A. podemos detectar enfoques historicistas, relativistas, existencialistas, marxistas, connotaciones que para unos sería una contradicción. Una filosofía L.A. no sería más que una adopción crítica y una posición vital. Frente a la realidad si esto se da; no tendríamos una filosofía específica y lo que habría son distintos matices y reflexiones generadas por este instrumento crítico.
3. La originalidad especifica. Nos hemos quedado en un preludio, preparación, por un lado en la teoría de la dependencia critica del colonialismo, cultura, critica del aprendizaje de la filosofía, revelación de la conexión de las ideas entre la filosofía y circunstancias políticas. Elementos que de por si no serían suficiente para fundamentar una reflexión propia. La dificultad de su fundamentación se refleja en el debate mismo del problema y en los diferentes enfoques de afirmación y negación. La posibilidad se inscribe en la posibilidad de una filosofía en perspectiva L.A. enunciadas así: a partir de un determinado ámbito (alienación-praxis-libertad) impuesta por las circunstancias sociopolíticas, dependientes y se impone en un método que reinterpreta toda la práctica filosófica como su historia. método de contradicción que a partir de nuestra realidad podemos originar una novedad temático como consecuencia no como primera sino como última de un exhaustivo balance crítico, solo en la filosofía es válido volver a empezar sobre lo mismo de un modo diferente.
Malentendidos que obedecen a una serie de problemas particulares y que han sido solucionados ambiguamente cuando se habla de F.L.A.
1. Alcance e interpretación de la relación filosofía y sociedad.
Hegel-relativista – la filosofía es la expresión de su época. Y puede entenderse como agotamiento de una filosofía en relación con la problemática de su tiempo y como un simple legado del esfuerzo histórico en la comprensión de su propio devenir. Adoptar y repetir, no solo sería negativo, sino una actividad anacrónica, carente de sentido. Las circunstancias explicaría un sistema de ideas y estas quedarían encadenadas al desgaste del tiempo. La circunstancia sería fatal sino renegamos de una cierta continuidad en la historia y la cultura, única posibilidad de una apropiación critica de la tradición y de la memoria histórica de los pueblos. De otra manera supone que el sistema de ideas es un puro reflejo de los factores economicistas en cuanto son determinados por las relaciones de producción, de allí, las posturas historicista, relativista o mecanicista, son inadecuados para el estudio objetivo de las ideas de la F.L.A.
2. Las relaciones filosóficas entre Europa y A.L. que generalmente enunciamos como dialéctica entre lo particular y lo universal.
Si particularizamos caeríamos en un autoctonismo y en la dialéctica simplista de lo nuestro y lo foráneo. El privilegiar lo universal significa seguir teniendo los modelos europeos como lo único y lo mejor en cualquier circunstancia. Y no se trata de ser antieuropeos por principio, sino de tener siempre una conciencia crítica de los condicionamientos de la cultura europea, vinculada a través de sus relaciones con las áreas del tercer mundo, con las prácticas de colonialismo y neocolonialismo.
3. La dialéctica entre lo latinoamericano y el patrimonio cultural de la humanidad.
Enunciado como un rechazo entre lo particular y la tradición. La mayoría de las críticas a una filosofía latinoamericana creen que su afirmación supone un rechazo a todo lo europeo y todo lo no latinoamericano. Es un error, al contrario, supone un conocimiento particular de tematizar la realidad. Y es en Europa donde encontramos el hilo conductor de la tradición filosófica, sin la cual sería imposible el cuestionamiento radical del filosofar mismo. Los pocos profesionales y los pocos privilegiados que han estudiado en Europa, serían los que estarían capacitados para lograr una fundamentación seria y prometedora de una nueva filosofía a partir de nuestra situación.
4. Reaparece en los debates cuando se habla de la originalidad y autenticidad de esta nueva reflexión filosófica y que se presta para muchas vaguedades, dada la ambigüedad de los mismos términos.
Si por originalidad se entendiera un pensar totalmente inédito, sería imposible, pues la misma palaba filosofía ya refleja toda una circunstancia entraña a nuestra situación. Pero si con ello admitimos un retornar al hilo conductor de la tradición filosófica con un método y una perspectiva diferente, la originalidad de nuestro filosofar consistirá en ser un pensar lucidamente situado. En este mismo sentido la autenticidad supone, por un lado, el rechazo de toda forma cultural alienante y la adopción de una actitud crítica-creadora que al menos acepte como autentico el problema de la posibilidad de una filosofía latinoamericana.
1. El positivismo en Hispanoamérica
El positivismo es una de las corrientes filosóficas más importantes que ha llegado a tener hispanoamericana.
El positivismo se les presento como la filosofía adecuada para imponer un nuevo orden mental que constituyese al destruido, poniendo así fin a una larga era de violencia y anarquía política y social.
Después de la escolástica ninguna otra corriente filosófica ha llegado a tener en Hispanoamérica la importancia que tuvo el positivismo.
La escolástica, su arraigo y vigencia dependieron de la concepción que sobre el mundo y la vida tuvieron los pueblos que conquistaron y colonizaron esta parte de América.
El positivismo pretendió algo más:
La doctrina filosófica que reemplazaría a la escolástica. Las otras doctrinas fueron instrumentos destructivos o de combates. El positivismo fue visto como un instrumento de orden, constructivo.
La emancipación política: Un buen día, el pueblo que se había acostado siendo colonial despertaba siendo un imperio independiente; para despertar, otro día siendo república.
El positivismo y sus diversas interpretaciones en Hispanoamérica.
Mediante una educación positivista se cree que se llegará a formar un nuevo tipo de hombre libre de todos los defectos de que le hizo heredero la colonia y con un gran espíritu práctico.
En política, las palabras libertad, progreso y democracia sobre bases científicas y positivas aparecían como nuevas banderas.
El problema parece insoluble:
Hispanoamérica dividida en dos grandes partes; Con la cabeza aún vuelta hacia un pasado colonial. Con la cabeza orientada hacia un futuro sin realidad aún.
Para los brasileños se presento únicamente como la doctrina más apta para enfocar las nuevas realidades que se ofrecían a su natural revolución social. Para los hispanoamericanos fue visto como un instrumento para cambiar una determinada realidad; para los brasileños solo fue un instrumento puesto al servicio de la realidad que se les ofrecía.
2. EMANCIPACIÓN POLÍTICA Y MENTAL
La revolución de independencia
Apenas lograda la independencia política de España, los independizados se dan cuenta de la insuficiencia de ésta emancipación. La revolución de independencia no había tenido como fin otra cosa que un cambio de poder. Nunca se busca el bien de la comunidad sino simplemente el cambio del poder por el poder.
La iglesia y los militares unidos se encargaran de establecer el único orden que convenía a sus intereses. El orden no era otro que el español, sólo que sin España.
Dictaduras: Gaspar Rodríguez: Paraguay; Juan Manuel de rosas: Argentina; Antonio López de santa Ana: México; Gabriel García Moreno: Ecuador; Diego Portales: Chile.
Repudio de la herencia colonial
Emancipación mental: la sociedad tiene el deber de corregir la experiencia de sus antepasados para asegurar el porvenir.
La emancipación social americana solo se alcanzará repudiando la herencia que nos dejó España. Es necesario que toda revolución vaya acompañada por una revolución mental.
El argentino sarmiento dirá: que toda esta enfermedad la traemos en la sangre.
La revolución mental consiste en una lucha educativa, espiritual que muchas veces ha de servirse de las armas de acero y plomo. No hay poder por poder sino el poder por cambiar los pueblos de Hispanoamérica.
Lastarria dirá: cayó el despotismo de los reyes
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