LA OBRA DE ARTE EN LA REPRODUCCIÓN MECÁNICA.

                El cine como una degradación del arte

“Hablar de cultura ha sido siempre algo contra la cultura” (Horkheimer & Adorno , 1988)

En este texto se pretende dar a entender la postura que muestra Walter Benjamín en su libro^[1] y otros críticos de la escuela de Frankfurt sobre la industria cultural y lo que verdaderamente debía ser considerado como arte, esto de la mano con el contexto histórico.

1. Definición del arte.

El arte en primer lugar puede ser definido desde su autenticidad “la esencia de todo lo que contiende desde su creación y que se ha trasmitido, desde su duración material hasta su testimonio histórico” (Benjamín), su existencia misma; es en ese momento donde podremos hablar de la esencia de la obra, su aura que puede ser definida como “la aparición de una lejana unicidad” (Benjamín) porque esta obra por más cercana que este a nosotros seguirá estando a la vez lejana, por ejemplo para el que siente como la lluvia recorre sobre su  piel es sentir el propio aura de las gotas, pero solo él es capaz de sentirlo y de trasmitir lo que sintió más no el propio aura de la misma, sin embargo si otro sale a sentir las gotas de lluvia  no podrá vivir la experiencia de igual manera. Es en este momento donde se puede hablar de un allí y un ahora” la unicidad de su existencia allí donde se encuentra”, no es lo mismo la manera que las añoraba a una que rogaba porque estas no se dieran.  

En conclusión a este primer apartado, el arte debe desarrollarse en un espacio y en un lugar que permiten que este sea irrepetible, adicionalmente debe poseer un aura que apruebe que esté unido a aquel que lo ve pero que a su vez escape de sus manos, teniendo claro que el arte debe desarrollarse en un aquí y un ahora este no puede ser reproducido porque perdería el sentido de la obra misma, perdería su aura.

1. La reproducción mecánica

Toda reproducción técnica de la obra de arte carecerá del “aquí y el ahora” por lo tanto pierde la autenticidad que representa  una obra, gracias a esta ausencia la obra pierde su esencia y por tanto la intensión con la que se creó.

Un claro ejemplo es el actor de cine vs el actor de teatro, en primer lugar el sujeto pierde el aquí y el ahora por lo tanto pierde la esencia misma de lo realizado se convierte en un simple objeto, en cambio el actor de teatro se desarrolla en un  aquí y en un ahora, mantiene una relación con el público, con el persona y con su propia personalidad que vuelve aquel instante en algo irrepetible.

Adicionalmente con  los avances realizados sobre lo que a la reproducción mecánica se refiere no solo se cambia el valor del arte sino que la manera en la que las masas percibían  la realidad, se regenera porque ya no es la masa la que va a la realidad sino que es la realidad la que va hacia las masas.^[2] 

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Por consiguiente un hombre en su afán de tener todo humanamente cerca termina haciendo que las cosas pierdan su unicidad, que se vuelvan repetitivas y alcanzables para todos, por tanto perderá su esencia.

1. Definición de industrial cultural

La industria cultural podría ser entendía como la mayor degeneración del arte ya que este pierde su propia esencia para volverse un producto “la industria cultural es pornografía y pudre” (Horkheimer & Adorno , 1988), solo se centra en vender y no le importa si sobre este vender se pierde el aura de la obra. Esta misma industria es impulsada por “sociedad irracional”, en donde no se cuestionan sobre la obra si no que ven en ella un sinfín de fantasías que la industria les vende pero que a su vez las pone tan lejos del individuo que este pese a que luche por alcanzarlas tendrá que resignarse a verlo en pantalla, porque se rigen por la ley suprema de que “sus súbditos no alcancen jamás aquello que desean”.

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