LA ÉTICA, LA CIENCIA Y EL DERECHO. CONDUCTA Y ÉTICA. LA MORAL DE LOS PROTAGONISTAS DEL ACTO MÉDICO
Herald GonzalesMonografía11 de Noviembre de 2021
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LA ÉTICA, LA CIENCIA Y EL DERECHO. CONDUCTA Y ÉTICA. LA MORAL DE LOS PROTAGONISTAS DEL ACTO MÉDICO.
1.LA MORAL DE LOS PROTAGONISTAS DEL ACTO MÉDICO.
“Cuan admirable, un médico piadoso”
La ética y la moral son tan antiguas como la humanidad misma. Aparece en cualquier sociedad, cultura y religión.
En medicina, la ética adquiere su rango teórico-práctico con Hipócrates, cuyos aforismos constituyen un cuerpo de doctrina y su juramento un código de ética y moral; con Sydenhan, quien aparta al médico de la especulación y lo lleva a la cabecera del enfermo y allí aprender lo que es el sufrimiento humano; con Thomas Percival, quien aplica el termino de “Ética Médica” y con Potter, creador de la “bioética”, un nuevo modelo para el desarrollo de códigos de ética y de formación humanística.
Moral: Es el modo cualitativo de comportarnos de acuerdo a ciertos patrones o normas establecidas por las costumbres y tradiciones sociales que califica nuestros actos de moral o inmorales según se cumpla o no con esas normas.
Ética: Es término que se refiere a la virtud, a los valores que han de guiar al individuo en sus decisiones y actos para el bien de otros. La ética establece preceptos, prohibiciones y valora nuestros actos en las categorías de bueno-malo.
Las normas éticas encierran todos los derechos de los seres humanos y uno de esos derechos es el derecho a la salud y a la vida y aquí precisamente reside el papel fundamental del médico.
Bioética: En medicina, es ética aplicada al acto médico, a cada acto médico con una visión amplia, humana y futurista del ejercicio de la medicina para enfrentar y decidir ante todas las situaciones conflictivas, los dilemas, que han de presentarse a la cabecera del paciente tomando en cuenta factores biológicos, morales y legales, manteniendo la jerarquía de la ética en el mundo de lo biológico, donde el centro de todo es la vida y la dignidad del ser humano.
Para el médico y filósofo Karl Jaspers hay en la vida de todo ser humano “situaciones límite”, en las que el sufrimiento, que le hace tocar el fondo de la existencia, lo conduce al mismo tiempo a descubrir áreas ignoradas de sí mismo y a vislumbrar nuevas posibilidades de afrontar la vida.
En verdad, el prodigioso desarrollo de la ciencia y la tecnología médicas, que ha modificado radicalmente el rostro de la medicina moderna tiene, como todo progreso, una vertiente negativa, que se expresa en la crisis de la atención de salud
y de la relación médico-paciente.
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La consulta médica en general es una de las formas más completas y permanentes en las que se expresa el vínculo esencial de la medicina: la relación médico-paciente.
Hoy, por efecto de los rápidos cambios económicos, sociales, culturales y políticos (incluidos las políticas sanitarias) que vienen ocurriendo en el mundo moderno, esta relación se encuentra en crisis
Ello impone la necesidad de reflexionar sobre esta actividad cotidiana que muchas veces se ejerce como un quehacer rutinario y de menor categoría, y en la cual – bajo determinados escenarios y situaciones – parece desaparecer el objeto mismo de la medicina (el paciente) y perderse la identidad de su primigenia filiación humanista.
En primer lugar, la consulta médica es un acto humano. Pero no porque lo ejerza un individuo humano, como parecería evidenciarse por si misma, sino porque ese individuo humano actúa con conciencia moral. Es, decir que el acto se hace humano cuando se ejerce con libertad, haciendo lo que se debe hacer; con racionalidad, procediendo con conciencia de sí; y con responsabilidad, practicando la solidaridad.
Pero además, la consulta médica es un acto humano trascendente ya que va más allá del momento y del presente. La medicina, al cuidar el ciclo de la vida humana y las etapas formativas de la persona, ejerce una función social prospectiva y trascendente (construye para el futuro y cimenta la continuidad histórica de la sociedad) .El acto médico es ético porque es acto humano, ya que sus principios sólo pueden ser sustentados por una firme conciencia moral.
La medicina como propuesta filosófica del campo del humanismo, es un amor al hombre (una filantropía) y es un amor al conocimiento en beneficio del hombre (una filosofía). El humanismo de la medicina se ha construido en base al respeto por los valores ónticos (la vida y la salud) y por los criterios éticos de la vida humana (la humanización plena del vivir) la consulta pediátrica es un acto afectivo, pues suscita emociones: ternura, simpatía, acercamiento, etc. El médico no debe perder la sensibilidad humana, es decir, la preocupación por la dolencia o la suerte del niño o el temor y la angustia de los padres. La emoción es un canal que puede posibilitar una mejor y más amplia apertura de la razón.
La consulta médica es por otro lado un acto de conocimiento. Es la aventura (sistemática) del descubrimiento del niño, del hombre y del anciano. En ella, el medico debe ver más que mirar, escuchar más que oír, sentir más que tocar, imaginar más que repetir. Recordemos que el médico se forma para ver lo que los demás no ven, para escuchar lo que el hombre no puede decir, para sentir lo que los ojos no alcanzan a ver, y para imaginar lo que la rutina amenaza anular.
De modo similar, la consulta médica es un acto creativo pues la singularidad del ser humano es siempre cambiante y sorpresiva. En todo momento debemos ser flexibles, adaptables, tolerantes. El hombre no debe ser sometido a la rigidez de una rutina o una costumbre. La consulta médica puede ser una obra de arte que no se exhibe pero que cumple un rol social trascendente.[pic 3]
Igualmente, la consulta médica es un acto afectivo, pues suscita emociones: ternura, simpatía, acercamiento, etc. El médico no debe perder la sensibilidad humana, es decir, la preocupación por la dolencia o la suerte del paciente o el temor y la angustia de los familiares. La emoción es un canal que puede posibilitar una mejor y más amplia apertura de la razón.
La consulta medica es un acto pedagógico. No se queda en la atención del paciente, sino se extiende a los padres y familiares transfiriendo información (respuestas), ofreciendo alternativas, precisando indicaciones, enseñando procedimientos, remodelando actitudes, hábitos y costumbres. El ejercicio de la medicina es en esencia la práctica de una labor de educación .
En cierta forma la consulta medica puede aparecer como un acto ritual, en el que se genera una confianza total (casi mágica) en el médico. De un lado puede haber una entrega incondicional de ésta al médico, y de otro debe haber una acogida generosa y benévola. Pero el médico no debe defraudar la confianza que el paciente o sus padres han depositado en él.
Finalmente, la consulta pediátrica es un acto ético pues se basa en el respeto de la dignidad humana, en la defensa del valor de la persona contra toda cosificación y alienación.
Asimismo, porque expresa no una ética declarativa sino una ética práctica y efectiva, ya que su tema central es la salud y el desarrollo de la plenitud de la vida, y que se cumple como parte del desarrollo cotidiano del vivir humano .
EL PACIENTE COMO PERSONA Y LOS DERECHOS DE LOS PACIENTES
En este punto no podemos menos que resaltar que los derechos humanos, consagrados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada por la Asamblea General de la ONU en su reunión del 10 de diciembre de 1948, constituye una conquista de la modernidad y la base del ordenamiento jurídico y político de la sociedad.
En el fondo de la Declaración subyacen los principios de autodeterminación y de justicia, principios que, por ser inherentes a la dignidad humana y por ser necesarios para el libre desarrollo de la personalidad, han sido recogidos por numerosas constituciones modernas, que les han asignado un valor jurídico superior, aun cuando se reconoce que tales derechos constituyen ante todo un imperativo moral.
Para algunos, como Víctor von Weizacker, acaso el fenómeno sociológico más importante en la medicina del mundo moderno sea la “introducción del sujeto” en la historia, queriendo significar con ello el reconocimiento de la condición de persona de todo ser humano, y de su derecho a decidir libremente su destino. Por lo tanto, su voz deviene la más importante cuando se trata de tomar decisiones acerca de su salud, lo que se traduce en la doctrina del consentimiento informado. [pic 4]
En 1973, la Asociación Americana de Hospitales aprobó la Carta de los Derechos de los Pacientes, en el marco del movimiento en defensa de los derechos de los usuarios, carta que sirvió de modelo a documentos similares en el ámbito de la medicina occidental. En el Perú, en el año 1997, la Ley General de Salud incorporó los derechos de los pacientes, y desde el año 2000 ellos pasaron a formar parte del Código
de Ética y Deontología del Colegio Médico del Perú.
La relación médico paciente y la nueva alianza entre la profesión médica y la sociedad
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