LAS PALABRAS PRINCIPIO Y EL MUNDO DEL HOMBRE

 Nombre del estudiante:

Fecha de elaboración del análisis:

 JULIO CÉSAR YESCAS DUARTE

29 de agosto de 2020

 Referencia bibliográfica del documento analizado:

 Biblia de Jerusalén. (1998). Desclée De Brouwer Bilbao.

 Buber, M. (1995). Yo y tú (Vol. 1). Caparrós editores. Pág. 3-36. Recuperado de: file:///C:/Users/JULIO/Desktop/TANATOLOGÍA/SESION%201/Martin%20Buber%20Yo-%20tú..pdf

Lévinas, E. (1961). Totalidad e infinito. Ensayo sobre la exterioridad. Madrid.

I. ¿Cuál fue el tema central tratado en el documento?

Martín Buber (1995) en su libro  “Yo y Tú”,  resalta la esencia del ser humano como relación, es decir, fruto de la relación del otro. Según Emmanuel Lévinas (1961) desde una postura ética dice que el “Otro” es un ser en relación que hay que verlo cara a cara, cuyo rostro queda manifiesto en el compromiso y la responsabilidad hacia el “Otro”. En este sentido, Buber menciona la relación “Yo-Tú”  no de reciprocidad, sino de responsabilidad. Sin embargo, en esta sociedad actual que en ciertas ocasiones impera el egoísmo, el interés propio, etc., sigue latente las palabras bíblicas del génesis cuando Dios cuestiona a Caín. “Yavé preguntó a Caín: ¿Dónde está tu hermano? Respondió: No lo sé. ¿Soy yo acaso guardián de mi hermano? Por tanto, la propuesta de Martín Buber en el “Yo-Tú” es hacer espacio a la vida del otro, mediante el diálogo, en una relación interpersonal, ya que no somos seres aislados sino en relación, viviendo en comunidad.

II: Enuncia los puntos más importantes del documento analizado

A través de la historia de la humanidad muchos pensadores sobre todo los griegos, han reflexionando en diferentes interrogantes  del ser humano. Por ejemplo: ¿Qué es el hombre? ¿De dónde viene a dónde va? ¿Qué sentido tiene la vida?  ¿Qué relación tiene el hombre con el mundo? etc. En este sentido, la filosofía ha ayudado a preguntarse por el Ser y la esencia de las cosas y ha permitido que la reflexión se siga ampliando más e ir conociendo al ser humano en todas sus dimensiones.

El hombre es por naturaleza un ser social, la convivencia humana permite que la persona llegue a ser ella misma, desarrollando sus condiciones innatas de inteligencia, voluntad y libertad. Por ello, la persona está en un proceso de perfección, lo cual necesita de la interioridad, estar en contacto consigo mismo, pero a la vez, con el "otro" para crecer y realizarse como persona. Por tanto, El fundamento último de la dimensión de la persona se encuentra en  un ser trascendental que  le da sentido a su vida.

III. ¿Qué aspectos no te gustaron del documento analizado?

Es un texto filosófico, un poco complejo en cuanto al juego de palabras en el “Yo- Tú” y “Yo- Ello.

IV. ¿Qué aspectos del documento puedes relacionar con tu vida cotidiana; personal, familiar, laboral y social?

Uno de los aspectos importantes que dio significado y sentido a mi vida en mi formación como seminarista fue la dimensión humana, (claro sin dejar de lado, la dimensión espiritual, académica y pastoral) Pero sin duda, el profundizar sobre mi persona, reconocer mis defectos, cualidades, fortalezas, etc. ha sido hasta la fecha un proceso de constante cambio para vivir en plenitud. San Ireneo de Lyon dijo: “La gloria de Dios es que el hombre viva en plenitud”. En este sentido, he trabajado en mi Yo-Tú para relacionarme con los demás de una manera plena, generosa, etc.

V. ¿Qué conceptos no entendiste con claridad?

Quizá de manera general, al principio se me complico entender la “filosofía del diálogo”, sobre todo la dualidad del Yo-Tú, YO-Ello.

VI. ¿Qué puntos consideras necesario discutir con el grupo de aprendizaje?

Considero que el tema es interesante pero muy denso y complejo ya que tiene una base filosófica, sin embargo, hay temas importantes que resaltar, por ejemplo: la dualidad entre el Yo-Tú  y “Yo- Ello” en relación a la integración o comunicación de esas dos partes.

VII. Conclusiones, reflexiones y propuestas personales.

El reflexionar acerca del hombre y su  relación con el “Otro” parece una tarea sencilla en la que podemos encontrarnos cotidianamente en el actuar  para construir nuestro futuro orientado por un deseo constante de ser y permanecer, para trascender como seres únicos e irrepetibles en todas nuestras dimensiones. Por tanto, reconocer nuestra naturaleza humana y el deseo de trascendencia, es tomar conciencia  de nuestra esencia, donde dignidad, voluntad, afectividad y libertad constituyen ejes rectores para vivir nuestros valores individuales y colectivos en la certeza de una toma de decisiones fundamentada en la consistencia de nuestra apreciación del sentido dela vida y la riqueza de las interrelaciones que integran una misma historia, donde somos partes de los otros y esos otros son en nosotros porque todos integramos una comunidad.