La Belleza

LA BELLEZA

El concepto de belleza etimológicamente significa brillar, aparecer, ser visto. La belleza es considerada como una cualidad o una propiedad de las cosas que hace que los hombres la contemplen con deleite o satisfacción. Pero resolver ¿qué es lo bello y por qué? no es así de simple, conforma uno de los problemas centrales de la estética y ha sido aborda por no pocos pensadores a lo largo del tiempo.

Lo importante en todo caso, radica en el hecho de que se sitúa el análisis de la belleza en las cosas que consideramos bellas y desde luego esto conlleva a diversidad de definiciones. Lo importante ya no son las características del objeto, sino más bien el efecto que la contemplación de ese objeto produce en nosotros.

Se retoma algo que ya estaba presente en los griegos; la contemplación de la belleza es sumamente placentera, provoca en nosotros un estado de gozo y sosiego que no se alcanza en otras experiencias. De ahí se pasa a afirmar que son bellos aquellos objetos que producen en nosotros placer. La belleza es también el resultado de un determinado sentimiento o afecto, lo que concede una especial importancia a la educación de los sentimientos y del gusto. Será imposible percibir la belleza que nos rodea si no hemos educado nuestra capacidad de observar al mundo.

Los tratados de estética suelen abordar el concepto de la belleza desde dos ópticas diferentes. Por un lado, se trata de describir cuáles son las características que poseen determinados objetos que nos llevan a reconocerlos como bellos. Aunque por otro lado, pueden darse algunas divergencias, donde se siguen gozando de especial consideración las que ya vinieron definidas en el mundo clásico griego y fueron recogidas por Platón.

Ahora bien, si se habla de belleza hay que tomar en consideración lo que fue definido en el mundo clásico griego y fueron recogidas por Platón en sus textos sobre la estética, al ser éste el primero en formular explícitamente la pregunta ¿qué es lo bello?, por boca de Sócrates, ya en la misma formulación de la pregunta, pone de manifiesto que se refiere a la belleza en sí, a lo bello en el sentido ontológico.

Dos son las perspectivas básicas en cuanto a la observación de lo bello, una es lo bello ontológico o belleza ontológica; la cual se distingue por identificar la belleza con la bondad y sobre todo con la verdad y la perfección. Lo adecuado puede ser un medio para llegar a lo bueno, pero no puede constituir lo bueno por sí mismo, mientras que lo bello siempre es bueno. Lo bello no puede ser limitado, ya que comprende también la sabiduría, la virtud, los actos heroicos y las buenas leyes.

La otra perspectiva se basa en la belleza estética, que representa preferentemente una actitud subjetiva de vivencia de lo bello, de lo cual derivan consecuencias importantes para la estética, ya que no se puede limitar la belleza a los cuerpos; esta debió ser también propiedad de las almas y de las ideas, la cual es por otra parte, superior a los cuerpos. Esto trajo como consecuencia la espiritualización e idealización de la belleza, llevando a la estética a un cambio de perspectiva. La belleza espiritual es superior, pero no es la más perfecta; es la idea misma de la belleza la que alcanza a la perfección. El sentido de belleza es una particularidad del hombre, una manifestación de su divinidad.

El pensamiento platónico entonces; dio a su estética un matriz idealista y moralista. Moralista debido a que su convicción se basaba en que los mayores bienes son morales e idealista porque su concepto filosófico de la belleza estaba caracterizado por la idea, que sólo puede ser comprendida por el hombre. Propone que lo bello en sí es una idea y las cosas bellas una participación de la misma, donde el hombre llega desde las cosas bellas al conocimiento de la verdadera belleza.

Con respecto a la concepción pitagórica de Platón, veía la esencia de la belleza en el orden, en la medida, en la proporción, en el acorde y en la armonía; concebía la belleza primero como una propiedad dependiente de la disposición (distribución, armonía) de los elementos y como una propiedad cuantitativa, matemática que podía expresarse por numerosos (medida y proporción). Platón explica que son la medida y la proporción, quienes deciden sobre la belleza de las cosas y les proporcionan unidad.

Atribuye a la forma, el papel preponderante en el arte y la belleza, más la forma como disposición de los elementos y no como apariencia de las cosas. Elogia las formas bellas, pero sin considerarlas superiores al contenido y afirma que el placer no puede ser un rasgo que defina la belleza, ya que existen placeres que no están vinculados con la belleza. El hecho de que Platón rompiera con la convicción antigua de que lo bello es lo que gusta o crea placer, tuvo grandes consecuencias en el futuro. Platón fue el iniciador de la crítica del arte y de la especulación estética.

Ahora bien, como en todo aspecto de la vida no existe un solo punto de vista sobre las cosas y es aquí donde entra en juego la perspectiva de otro filósofo reconocido como lo fue Aristóteles, el cual propone que es bello lo que

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