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La Ciudad De Dios San Agustín CAPITULO XVII


Enviado por   •  9 de Marzo de 2014  •  645 Palabras (3 Páginas)  •  587 Visitas

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La Ciudad de Dios

San Agustín

CAPITULO XVII

De la muerte voluntaria por miedo de la pena o deshonra

 Si a ninguno de los hombres es lícito matar a otro de propia autoridad, aunque verdaderamente sea culpado, porque ni la ley divina ni la humana nos da facultad para quitarle la vida; sin duda que el que se mata a sí mismo también es homicida, haciéndose tanto más culpado cuando se dio muerte, cuanta menos razón tuvo para matarse; porque si justamente abominamos de la acción de Judas y la misma verdad condena su deliberación, pues con ahorcarse más acrecentó que satisfizo el crimen de su traición (ya que, desesperado ya de la divina misericordia y pesaroso de su pecado, no dio lugar a arrepentirse y hacer una saludable penitencia), ¿cuánto más debe abstenerse de quitarse la vida el que con muerte tan infeliz nada tiene en sí que castigar? Y en esto hay notable diferencia, porque Judas, cuando se dio muerte, la dio a un hombre malvado, y, con todo, acabó esta vida no sólo culpado en la muerte del Redentor, sino en la suya propia, pues aunque se mató por un pecado suyo, en su muerte hizo otro pecado.

 Comentario

• ¿Qué corazón humano se negará a disculpar a las mujeres que se suicidaron para evitar un ultraje de esta clase? Y si alguien quisiera acusar a las restantes de no haberse quitado la vida para evitar con este pecado el delito ajeno, él mismo no se quedará sin la acusación de estupidez. Sabemos que no existe ley alguna que permita quitar la vida, incluso al culpable, por iniciativa privada, y, por tanto, quien se mata a sí mismo es homicida. Y tanto más culpable se hace al suicidarse cuanto más inocente era en la causa que le llevó a la muerte.

Concedamos con razón el hecho de Judas: la Verdad manifiesta que, al suspenderse de un lazo, más bien aumentó que expió la felonía de su traición. En efecto, desesperando de la divina misericordia con mortales remordimientos, cerró para sí todo camino de una penitencia salvadora34. Pues bien, ¡cuánto más debe abstenerse del suicidio quien no tiene culpa alguna que castigar en tal suplicio! Porque Judas, al matarse, mató a un delincuente, y a pesar de todo acabó su propia vida no solamente reo de la muerte de Cristo, sino de la suya propia. Se suicidó por su propio crimen, pero, además, añadió un segundo crimen.

¿Por qué, pues, el hombre que no ha hecho mal alguno se lo va a causar a sí mismo? ¿Por qué con su propia muerte va a ejecutar a un inocente, por no sufrir a un culpable? ¿Va a cometer en su persona un pecado para evitar que en ella se cometa otro ajeno?

Puntos Importantes

El suicidio personal por pecados o traiciones cometidas.

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