La Identidad Frente Al Espejo
fridamayela_24 de Enero de 2013
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Introducción
El principal motivo que ha conducido a la realización de este trabajo es aparentemente sencillo: interpretar los diferentes conceptos vistos en clase de Teoría de la Arquitectura IV, como lo son por ejemplo la identidad, el ambiente y su relación con la ética.
Pero la cuestión no es tan sencilla en medida en que estas relaciones se instauran en un tiempo muy dinámico, y en tanto que dibujan una compleja realidad social. Y a ello hay que sumarle el hecho de que las nuevas tecnologías aceleran todavía más los procesos sociales.
Por tanto, la motivación principal de este trabajo es conocer cómo en una sociedad tecnológica y global se plasma la realidad del concepto de identidad y cómo este resulta un instrumento de gran valor para conocer y dar a conocer una realidad social general, y una realidad específica como lo es para los arquitectos a quiénes se dirige la carta y el contexto en el que se desarrolla la misma.
Capítulo I. La identidad frente al espejo y Carta abierta desde Quito a los arquitectos latinoamericanos
En la actualidad, la búsqueda y el encuentro de la identidad parece ser para algunos profesionales de la arquitectura una de las necesidades casi obsesivas de esclarecimiento, a juzgar por la persistencia del tema en investigaciones, eventos y reflexiones personales publicadas.
Identidad no es más que ser idéntico a uno mismo; no ser idéntico a los demás como personas, familia, sociedad o nación, en la producción y en la creación, en la cultura y el arte. Identidad es tener una personalidad natural.
Los lenguajes de arquitectura integrados al escenario ambiental en el que se desenvuelve la vida cotidiana de una sociedad y de los individuos refleja las actitudes de sumisión, resistencia o independencia de criterios que son los que van configurando el desarrollo de las identidades culturales nacionales.
Muchas personas pasan su vida buscando la identidad --cuya identidad se convierte en incertidumbre—y no saben que la llevan dentro, puesta y a su alrededor y que basta sólo con observar el entorno, recordar e imaginar. Eso lo que somos todos y cada uno de nosotros: realidad, memorias e imaginación.
La geografía, en conjunto con la economía o la sociología, han influido en el carácter de nuestra identidad cultural y en el sentido de nuestras historias. Compartimos el sufrimiento de la servidumbre y la voluntad por la libertad. Tal vez el factor más revelador de esos valores encuentra su expresión en los ambientes de la vida cotidiana, ya que somos como vivimos y la arquitectura participa en la integración del cuerpo de la cotidianidad.
Tal vez el factor más revelador de esos valores, y a la vez el menos reconocido como tal en el mundo actual, encuentra su expresión en los ambientes de vida cotidiana. Si la ciudad integra el cuerpo de la cotidianidad, y en ambas, como ambientes de vida, cada ciudadano encuentra diariamente la infelicidad, la indiferencia o la felicidad.
Por eso la investigación que se plasma en el libro de Roberto Segre, amplía el panorama histórico singular de la evolución de la vida en las islas antillanas, y el consecuente proceso de creación y concreción de los ambientes que acompañan esta evolución.
El papel de las influencias estilísticas foráneas, impuestas o aceptadas como modelos culturales, su adaptación a las condiciones locales, y el esclarecimiento difícil pero seguro de los principios surgidos de nuestra realidad se ejemplifican en las obras de los maestros, practicantes y aficionados a la construcción y el diseño. Los temas más relevantes de la cultura arquitectónica y ambiental actual se reflejan de la diversidad de nuestra realidad.
En la carta abierta desde Quito a los arquitectos latinoamericanos se mencionan los siguientes puntos.
1. En la medida que se agudizan las contradicciones de raíz económica y social del mundo, cuando se dilapidan extraordinarios recursos materiales y humanos, persisten y se incrementan las situaciones de miseria más extremas en grandes mases de la población mundial que deben permanecer en la más absoluta indigencia en todos los aspectos.
2. La deuda externa paraliza y deforma las economías de nuestros países impidiendo su desenvolvimiento integral, repercute directa y negativamente en las posibilidades de desarrollo de todos, los aspectos relacionados con su cultura material y su expresión cualitativa más alta, la arquitectura.
3. El encuentro de nuestra identidad no es solamente una necesidad cultural o artística, sino es primordialmente una necesidad económica del desarrollo, decisiva para nuestra sociedades. La modernidad no es una apariencia, es una cultura de vida y de desarrollo.
4. La tecnología es un instrumento de la cultura o de la incultura, según se adecue o se imponga a un medio social y económico. Como instrumento cultural, la estrategia tecnológica debe tomar en cuenta los distintos niveles y condiciones existentes para utilizar el máximo los recursos materiales y humanos del lugar.
5. El carácter de las necesidades reales mayoritarias actuales del mundo y de cada sociedad determinan el principio de la calidad en la masividad y el principio de la participación responsable, individual y colectiva de toda población. Se trata de cambiar una cultura pasiva por una cultura activa, productiva y responsable.
6. La contradicción evidente entre las posibilidades de recursos en un momento dado, las necesidades multitudinarias que aspiramos a satisfacer, el deber moral de satisfacer el máximo de las necesidades de la mayoría de la población cuanto antes y la natural aspiración humana a mejorar siempre la vida, determinan la aplicación de los principios de crecimiento gradual y planeado a partir de las necesidades básicas, de la transformación funcional y formal en el tiempo.
7. La conservación económica de lo creado dentro de un proceso de mejoramiento demanda la estructuración práctica del principio de la industrialización del mantenimiento de todo lo existente.
8. Dentro de la cultura material existe una esfera peculiar: la de los ambientes de la vida cotidiana de la sociedad. Esta esfera incluye los ambientes de toda la actividad humana que se realiza durante el proceso de la vida cotidiana. La calidad de la vida diaria de toda la población es una expresión concreta de su ritmo de desarrollo integral.
Capítulo II. Mirarnos desde nosotros mismos
Desde hace algún tiempo, la arquitectura en Latinoamérica es un aspecto fundamental en la búsqueda de la identidad, pues ha jugado un papel trascendental, tanto en la seriedad como en la calidad bienal de las mismas sociedades latinoamericanas.
A continuación se mencionan e interpretan algunas de los puntos mencionadas en el texto “Carta abierta desde Quito a los arquitectos latinoamericanos”.
Es enorme la deuda de las armas agresoras con la vida de la humanidad y con su arquitectura. A medida de que se van incrementando las contradicciones de raíz, de carácter económico y social en el mundo, y se despilfarran cantidades exorbitantes de recursos, tanto materiales como humanos, en el ámbito armamentista de una manera egoísta e insensata que únicamente pretende abarcar una mayor cantidad de espacios en el planeta, sin importar el costo o las repercusiones de los mismos, persisten y se van incrementando las situaciones de miseria más extremas en grandes masas de la población mundial que se ven obligadas a sobrevivir con las mínimas condiciones alimentarias, laborales, educativas, médicas, culturales y subsistir con los más elementales recursos de la cultura material.
Es enorme la deuda externa y sus consecuencias para el desarrollo de nuestros pueblos y su arquitectura. La deuda externa es un factor que afecta de manera inmoral e injusta a todos los sectores de la población de un pueblo. Esta condición paraliza y deforma las economías de nuestros países, impidiendo su óptimo desenvolvimiento de una manera integral, y repercute directamente de una manera negativa y general en el desarrollo de todos y cada uno de los integrantes de una sociedad, y por lo tanto se ven afectados factores vinculados a su cultura material, en este caso, se hace un énfasis a la arquitectura pues representa la expresión cualitativa más alta de las sociedades. Al comprender las realidades humanas de cada época, pero sobre todo, entender que ellas constituyen el motivo de los principales escenarios que contrarrestan, desfiguran o aminoran nuestro propio campo de acción, tanto social como cultural, en nuestro tiempo, es el primer paso de todo arquitecto que sea honesto debe de seguir, en conjunto con actitudes inmediatas dentro de la profesión y así tratar de combatir y transformar dichas situaciones.
El encuentro de nuestra identidad no es solamente una necesidad cultural o artística, sino es primordialmente una necesidad económica del desarrollo, decisiva para nuestras sociedades. Las contradicciones entre desarrollo y pobreza se han ido incrementando, producto de políticas sustentadas en intereses egoístas. Es una situación impuesta por el desarrollo primermundista, a contrapelo de las necesidades mayoritarias del territorio y de sus habitantes. El reconocimiento y conservación de nuestro propio patrimonio histórico forma parte del rescate de nuestra identidad. La aplicación de experiencias del pasado, en conjugación con todos los avances en las ciencias y técnicas contemporáneas es indispensable nuestra participación activa para cambiar de una manera real y efectiva nuestros modelos de vida. Cabría entonces preguntarse si es posible que frente
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