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“La naturalidad de ser mujer, ¿es la nuestra una sociedad racional?”


Enviado por   •  8 de Noviembre de 2012  •  1.329 Palabras (6 Páginas)  •  452 Visitas

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En la siguiente monografía me propongo analizar, reflexionar y complementar mi ensayo expuesto en las Olimpiadas de Filosofía del año 2010 en el que pude exponer y defender mi idea.

Voy a comenzar haciendo un breve resumen de lo que trataba el ensayo titulado “La naturalidad de ser mujer, ¿es la nuestra una sociedad racional?”, en el pude dar cuenta de una sociedad en la que se ha naturalizado a la mujer y sus funciones, donde los derechos de las mujeres todavía no han sido totalmente tenidos en cuenta. En el escrito también nombro varios ejemplos que me parecen adecuados repasar a la hora de desarrollar la monografía. Voy a utilizar a demás textos que pude leer a lo largo del desarrollo de la cátedra acompañados por información extraída de algunas páginas acerca de la situación de la mujer, sus derechos, etcétera.

Para comenzar el escrito propongo definir un término que es imprescindible a la hora de exponer el tema sobre la inferiorización y la naturalización de la mujer. El etnocentrismo, pero no el que se genera por parte de una cultura hacia otra. Sino aquella que el hombre tiene desde sus inicios para con todo lo que es diferente a él. Es aquí donde voy a transcribir uno de los ejemplos citados en mi ensayo: “en la antigüedad no existía el conflicto de género porque ni siquiera estaba la posibilidad de imaginarse a la mujer como ser humano con derechos y virtudes: “la <<mujer>> es pensada como un hombre inacabado e imperfecto” , más tarde será reforzada por Aristóteles y Galeno al hablar de la mujer como un hombre fallado, inacabado e imperfecto y, por ende, inferior. ”. Con esto comienzo a darle forma a algo que muchas veces queda naturalizado. La inferiorización de la mujer, que ha comenzado siempre por tratar de hacer entender que el hombre es superior a la mujer.

Vuelvo a hacerme eco de mis palabras en el ensayo, pero esta vez desde la hipótesis que logre exponer: si bien hoy en día la mujer en algunos países, ha logrado vindicar sus derechos y su lugar en la sociedad a través por ejemplo de la Declaración de los derechos de la mujer, de la posibilidad de votar, de trabajar, etc.; sin embargo en el imaginario social y en el ejercicio de ser mujer, el conflicto que genera las desigualdades de género parece esfumarse (tanto en hombre pero también en mujeres) y se reproducen de manera acrítica las mismas actitudes denigrantes hacia el género femenino. Como expongo en mi ensayo, la mujer es inferiorizada de distibtas maneras. El problema en si es que esa inferiorización se ha naturalizado de tal manera que hoy nos resulta natural ver como un hombre ejerce violencia tanto física como verbal hacia una mujer, pero también es fácil verlo en las relaciones de matrimonio, por ejemplo, la mujer al casarse pasa a ser nombrada con el apellido de su esposo, mientras que en lo que respecta al hombre no lo afecta (Señora Gladis de Pérez, Señor Pérez). El mismo caso puede darse en el sentido en que es mejor visto que un hombre ande con varias mujeres o este casado con varias mujeres, pero si una mujer es la que está en lugar del hombre sería muy mal vista.

Es desde mucho tiempo atrás que las mujeres dependen socialmente del hombre y son las responsables de la reproducción social de los esquemas puros y duros del patriarcado “burgués” dominante. A partir de la revolución industrial, las mujeres debían (y muchas veces siguen haciéndolo naturalmente) cuidar a sus familias, ser el reposo del guerrero y aguantar, sin quejarse, su frustración y su violencia diaria.

Pero no nos basemos solo en lo que se refiere a la relación que existe dentro de las familias. Estudiemos también como la religión inferioriza a las mujeres. Gracias a mi experiencia y al material que he ido considerando puedo ver cómo la religión hace una de las mayores diferencias entre el hombre y la mujer. Es así que la mujer en la religión (llámese cristiana, judía, musulmana, etcétera) siempre está rebajada un paso del hombre. El teólogo Juan José Tamayo Acosta, en una entrevista que le realizaron expresó lo siguiente: “La religión

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