Las Caras De Clio Reseña ENRIQUE MORADIELLOS

LAS CARAS DE CLÌO. ENRIQUE MORADIELLOS, ED. SIGLO XXI S.A, ESPAÑA 2001.

En su primer capítulo, el autor plantea la necesidad de la pregunta clave que debe hacerse el historiador, ¿para que la Historia?, esta pregunta la divide en dos aspectos, la naturaleza y función, dando a conocer que la Historia constituye una ciencia humana y que permite producir un tipo de conocimiento científico, y por ende empata con las demás ciencias humanas.

En el segundo capítulo, el autor nos presenta los pretextos, y modos que los historiadores han mantenido y llevado frente a la filosofía, la filosofía de la historia y la teoría del conocimiento, ya que para el autor la Historia es una ciencia humana que cumple a modo de ver los requisitos que el plantea “(…) constituida por un tipo de <<conocimiento>> referido a una <<experiencia>>, por una <<teoría>> o <<forma>> que da cuenta conceptualmente de unos <<hechos>> o <<materia>>(…)” (pág. 27). Para el autor el historiador no debería pensar en la filosofía ya que es ajena a su campo de trabajo ya que la disciplina Histórica a partir del renacimiento tomo la línea de de ciencia y por ello para el autor “Filosofar […] significa en boca de un historiador […] el crimen capital” (pág. 23).

En el tercer capítulo, da una breve ojeada a lo que es las ciencias naturales y las ciencias humanas, y las categoriza en dos grupos, “metodologías alfa a tenor de las cuales las operaciones del sujeto pueden quedar eliminadas o neutralizadas (…) Ciencias Naturales. El resultado de esa eliminación es la que permite alcanzar verdades objetivas” (pág. 55) y “las metodologías operatorias beta (…) procedimientos en los cuales las operaciones del científico reconstruyen o reactualizan las operaciones realizadas por los sujetos a quienes estudia de modo que el científico <<comprende>> y <<explica>>(…) y en esta imposibilidad de eliminar y neutralizar las operaciones del sujeto reside en el llamado <<subjetivismo>> de las ciencias humanas” (pág. 55). Por esto el autor concluye que la disciplina Histórica como ciencia humana es de tipo beta, y nos presenta como en el tiempo se ha mantenido la ciencia Histórica.

En el cuarto capítulo, el autor comienza, por mostrarnos como en la época de la antigüedad se pasa de la tradición oral al registro escrito. Y por esa transición dada aproximadamente en el siglo IV y V de la antigua Grecia, cuando Herodoto y Tucidides comienzan a escribir con el objetivo de contar <<lo que vi>>, en este momento empieza la disciplina de la historiografía, pero la Historia como disciplina académica y cuerpo de conocimiento, se da a mediados de 1800, cuando se toma el interés del estudio por los hechos. El autor continua a través del tiempo mostrando como la disciplina de la historiografía fue tomando forma, como en un principio se contaba lo que se veía, luego se fue transformando en conceptos, y al final generaba conocimiento, allí es donde la historiografía ayuda a la Historia a tomar concepto de ciencia.

En el quinto capítulo, el autor nos recorre las diferentes escuelas históricas de Europa occidental del siglo XIX, haciendo un amplia explicación de las tesis metodológicas de Ranke. La cual para el autor es de las más importantes porque él nos plantea a un historiador imparcial, que solo quiere mostrar lo que realmente sucedió y que para ello se basa solo en fuentes verídicas y no impone sus propios criterios, así nos presenta una historia empirista, muy positivista que fue de las mas aceptadas a nivel mundial.

En el sexto capítulo, se hace referencia a la crisis de la ciencia histórica en Europa del siglo XX, donde en muchas escuelas históricas ya no era aceptada la metodología de Ranke, que excluía a sujeto del relato histórico, y por ello carecía

...