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Las Teoría A Cerca De La Etica


Enviado por   •  25 de Mayo de 2015  •  2.233 Palabras (9 Páginas)  •  228 Visitas

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La ética profesional:

Compromiso social y educativo

G R E G O R I O S Á N C H E Z O R O P E Z A *

RESUMEN: Dirigido a presentar una evaluación del importante significado de la universidad en la sociedad del conocimiento y en la era de la globalización, este ensayo muestra lo decisivo de asumir la educación superior no sólo como enseñanza de datos, sino como proceso de inculcación de principios éticos que forjen nuevos profesionistas comprometidos con el desarrollo del conocimiento, el bienestar social, la solución creativa y flexible de problemas y el proyecto de una mejor sociedad en el siglo XXI.

“Todo lo que se necesita para que el mal prevalezca en el mundo, es que los hombres buenos no hagan nada”. Winston Churchill

Preámbulo

Las universidades de nuestro país ocupan hoy en día un papel fundamental que se traduce en la formación de cuadros profesionales capaces de adaptarse y actuar con eficiencia y eficacia en esta amplia gama de nuevas realidades de corte global. De ahí que no sólo deban transformarse para preparar a sus egresados de acuerdo con los nuevos perfiles requeridos por el mercado laboral, sino que también deberán procurar una educación más humanista y de vocación social.

Hacer frente a estos desafíos requiere incorporar en los futuros profesionistas visiones integrales e internacionales, con lo cual estarán en mejores posibilidades de anticiparse al acceso y utilización de mayor conocimiento para que sus competencias profesionales sean ampliamente reconocidas, atractivas y aprovechadas en diversos ámbitos sociales, profesionales y productivos.

*

Encargado del Comité de Artes, Educación y Humanidades de los CIEES (Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior).

En el contexto geopolítico internacional actual, identificado por la creación y consolidación de bloques regionales, diferentes procesos de integración han generado desigualdades en los niveles de desarrollo de las naciones; se ha vuelto evidente la creciente valoración del conocimiento. La capacidad del ser humano para crear, apropiarse, transformar y adaptar nuevas tecnologías se ha convertido en elemento estratégico para incrementar la competitividad de los países. Esto ha dado lugar a un consenso sobre la importancia de la educación, en particular la de nivel superior.

Ámbitos de acción

La globalización, el avance del conocimiento y la reestructuración de los procesos productivos, reclaman respuestas por parte de las instituciones de educación superior de cara a los nuevos contenidos, sensibilidades, habilidades y herramientas en la formación de recursos humanos para los mercados laborales profesionales altamente dinámicos. Por ello, la necesidad de lograr una mayor calidad y pertinencia de los servicios que ofrecen, al igual que la garantía de equidad en las oportunidades educativas, resulta un imperativo.

Uno de los grandes retos que la globalización entraña es la educación, la cual colabora en estrecha relación con el desarrollo económico de cualquier país. Es ahora cuando las exigencias educativas se han acentuado en torno a una educación técnica, de ciencias y de matemáticas, capaz de enfrentar los grandes cambios e innovaciones tecnológicas para trabajar conjunta y coordinadamente con los sectores público y privado.

En este marco, las universidades deberán procurar a sus nuevas generaciones de profesionistas, una educación humanista y de vocación social, que les permitan conocer y respetar las diferencias culturales con el propósito de asentar las bases de una mayor equidad y paz. Para hacer frente a sus nuevas tareas, los universitarios deben abrirse a las múltiples influencias globales, es decir, universalizar su educación, las universidades pueden canalizar gran cantidad de conocimientos y experiencias para sus estudiantes, aprovechando lo que ha dado en llamar la internacionalización de la educación superior1 como un poderoso y estratégico instrumento para elevar el nivel educativo de sus egresados.

La formación de individuos altamente calificados, sin duda generará recursos humanos que contribuyan a una mayor y mejor producción, impulsando el desarrollo económico de nuestro país. La identificación pertinente de los requerimientos de la industria en cuanto a la oferta de trabajo calificado, con referencia a los cambiantes perfiles profesionales y laborales, tendrá que derivar tarde que temprano en bancos de información confiables y actualizados, que permitan identificar a los mejores profesionistas.

Nuevos desafíos

Hoy más que nunca las instituciones universitarias tienen ante sí el compromiso de formar no sólo “buenos profesionistas” sino también “profesionistas buenos”. Ambos propósitos se complementan y resultan indispensables en el presente de la educación superior en México y del orbe. Estos postulados aparentemente obvios, conllevan un conjunto de aspectos cuya complejidad sólo se alcanza a esbozar como un conjunto de preocupaciones referidas con la calidad moral de los alumnos que son formados en las aulas universitarias.

Así pues, el éxito de la educación superior dependerá de varios factores, uno de los más importantes consiste en poner en marcha un nuevo estilo de gestión universitaria que permita la concepción y la elaboración de políticas y estrategias que conduzcan a las instituciones a mejorar su gestión y procesos. Lo cual consiste en repensar la universidad desde su misión y funciones sustantivas, aspectos que atañen a las formas de impartir la docencia, pasando por las estilos de hacer investigación y otorgar servicios a la comunidad. Con base en lo anterior, la educación superior tendrá que afrontar cambios radicales de su cultura institucional, donde la ética profesional ocupe un lugar relevante.

Esta renovación institucional necesita del trabajo conjunto y coordinado de todos los actores de la comunidad universitaria que, bajo el liderazgo y apoyo decidido de sus autoridades, deberán apoyarse en un equipo de expertos y profesionales del más alto nivel, con experiencia, con capacidad y reconocimiento educativo. Las tareas de elaboración, planeación e implementación de nuevas políticas y estrategias deben ser vistas como acciones estratégicas, que necesitan conocimientos muy especializados y personal calificado. Sin estos elementos, los esfuerzos de integración al ámbito internacional no lograrán el éxito y el impacto deseados.

No cabe duda que la universidad, con el paso de los siglos, ha seguido evolucionando y avanzando como institución rectora del ámbito cultural e intelectual, ligada

1

Jocelyne Gacel-Ávila, La internacionalización de las universidades mexicanas, México, ANUIES, Serie investigaciones, 2000, pág. 10.

con su entorno donde convergen actualmente cambios tecnológicos, globalización y fenómenos de crisis. En consecuencia, los retos de la educación superior también se han modificado.

Al respecto, hay tres aspectos claves que determinan la posición estratégica de la educación superior en la sociedad contemporánea: calidad, pertinencia e internacionalización, aunados a la gestión, financiamiento y cooperación. Además, existe la convicción de la necesidad de su replanteamiento, de la revisión y análisis de las funciones, misiones y estrategias del desarrollo universitario. En general, esto es algo que están considerando la mayoría de las naciones, y ha originado que distintos estudiosos y teóricos de la educación dediquen su tiempo a tratar de interpretar las causas de lo que consideran una crisis y proponer alternativas para resolverla.

A riesgo de ser reiterativo, es importante resaltar que la globalización, el avance del conocimiento, la reestructuración de los procesos productivos, reclaman respuestas por parte de las instituciones de educación superior, de cara a los nuevos contenidos, sensibilidades, habilidades y herramientas en la formación de recursos humanos para los mercados laborales profesionales de hoy y del futuro. Por ello, la necesidad de lograr una mayor calidad y pertinencia de los servicios que ofrecen, al igual que la garantía de equidad en las oportunidades educativas, constituyen sus principales metas.

Los protagonistas

La preparación de mejores ciudadanos, profesionales y técnicos, requiere la colaboración y esfuerzos conjuntos de los universitarios, los gobiernos y los empresarios. Cada uno de esos actores tiene su propia área de responsabilidad y competencia: los universitarios deberán adaptar continuamente sus actividades a la nueva realidad; por su parte, los gobiernos federales deberán apoyar y financiar la educación superior, a fin de preparar a ciudadanosprofesionales capaces de funcionar en la nueva realidad global. Del mismo modo, se tendrá que favorecer la formación de recursos humanos y estimular la investigación, orientándolas ambas, hacia la preparación de expertos que puedan hacer frente a las necesidades de sus sociedades y atender sus problemas desde una perspectiva integral, es decir, pensando de manera global; pero actuando a escala local.

Por su parte, la comunidad empresarial deberá ayudar y favorecer el entrenamiento de una mano de obra que sea preparada con los estándares de competencia internacional. Asimismo, debe otorgar la oportunidad a los empleados de continuar su preparación. Las empresas y el sector educativo deberán trabajar cada vez más unidos para adecuar los currícula actuales a las necesidades futuras.2

En suma, se trata de formar profesionistas adaptables al cambio tecnológico. La calidad y cantidad de los recursos humanos debe crecer continuamente si se pretende mejorar la economía de un país. Tales aspectos, habrán de traducirse en la mejora y adaptación continua de los planes de estudio, en la elevación de la calidad del servicio social y de las prácticas profesionales. Si bien los factores objetivos son importantes, existen otros elementos que tienen que ver con ideologías, creencias y escalas de valores que una sociedad como la nuestra aún defiende y que pueden o no ser favorables para los procesos de cambio. En ello radica la importancia de considerar el estudio y la pertinencia de la ética profesional en la formación de los futuros profesionistas.

Considerada así, la educación representa el medio más importante para poder desarrollar y usar tecnología, y una de las ventajas competitivas fundamentales y necesarias en el nuevo orden económico del siglo XXI. Todo país que pretenda ingresar en él, habrá de invertir en su capital humano, brindándole la formación necesaria para que formen parte de las nuevas relaciones económicas internacionales y se desarrollen a la par de la nación, además de ser los creadores de esta tecnología.

Por tanto, el principal desafío para los actuales profesionistas en cuanto a la calidad de sus prácticas profesionales, de su capacitación técnica y de sus competencias, consiste en lograr que éstas se vean afectadas positivamente con experiencias significativas que los sensibilicen ante las necesidades y el sufrimiento de las personas, y de la sociedad en su conjunto. Lo cual será el antídoto para evitar el endurecimiento del comportamiento profesional que, por lo común, da la espalda a las exigencias sociales en aras del prestigio personal.

Al respecto, cabe resaltar que las tendencias del desarrollo del capitalismo mundial y la globalización han suplantado el concepto de educación para toda la vida por el de educación durante toda la vida, debiéndose efectuar cuanto antes los cambios que esto conlleva. Tan necesario es que existan personas con gran preparación dedicadas a la generación de ese nuevo conocimiento, como la existencia de trabajadores que sean capaces de aplicarlo a la producción, pero con una visión social y humanista.

Acerca de este particular, la teoría del capital humano plantea que la educación es una inversión recuperable siempre y cuando la inserción del egresado en el mercado laboral sea en condiciones favorables; por esta razón, el sector industrial habrá de impulsar la educación invirtiendo para formar cuadros calificados. Ningún país debe renunciar, en la medida de sus posibilidades, a la incorporación y aplicación de la más alta tecnología. Sobre todo, porque el esfuerzo en la innovación tecnológica asegura la competitividad de las industrias y constituye un factor de desarrollo económico que abre el camino al bienestar y la calidad de vida.

2 Ibidem, pág. 12.

En este sentido, se requiere de una entidad institucional dedicada ex profeso,3 que sirva de picaporte para hacer operativa la relación profesión-formación, y que profundice en la innovación profesional y educativa que se ha vuelto tan necesaria a consecuencia de las transformaciones de las empresas. Ante esto, es conveniente considerar que la competitividad no se logra sólo con cambiar aspectos técnicos o tecnológicos; esta es una visión limitada de la complejidad inherente a los cambios aludidos.

Los cambios verdaderamente importantes tienen que ver con la actitud humana y con la promoción de una conducta humana que deseche toda resistencia a nuevas alternativas. Estos fenómenos y cuestiones del campo de la cultura, la filosofía y la ideología de las sociedades son requisitos para iniciar una profunda transformación tecnológica en aras de una integración económica, donde las universidades tendrán un lugar de primer orden.

Por tanto, debe recuperarse a la educación como un medio para la formación de los individuos y como el valioso recurso para apoyar el proceso productivo, así como de otras formas de capital. De tal suerte que la formación de individuos altamente calificados genere recursos humanos que colaboren con la producción, impulsando el desarrollo económico del país. Cabe señalar que mientras el progreso de la industria y los recursos humanos simples tienden a perder valor mercantil, los recursos humanos calificados tienden a ganarlo continuamente.

De proseguir el desarrollo tecnológico conforme a las tendencias registradas hasta el presente, pronto ningún obrero industrial ingresará a trabajar sin haber cumplido previamente estudios especiales. Tal esquema requiere, como ya se mencionó, articular gobierno-universidadempresa, lo cual conducirá a invertir cada vez más en la educación técnica. Tal proceso alude a un mundo donde lo que genera riqueza es el conocimiento.

Si bien los factores objetivos son importantes para la modernización industrial, la competitividad y el bienestar social, es necesaria también la participación coherente de otros elementos poco perceptibles, que tienen que ver con ideologías, creencias y escalas de valores que una sociedad nacional estructura y que pueden o no ser favorables para los procesos de cambio. Sobre el particular, conviene recordar que el desarrollo de las sociedades europeas se debió en buena medida a que adoptaron una ética colectiva acorde con su desarrollo económico que favoreció su crecimiento.

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