Lo Sagrado Y Lo Profano

Lo sagrado y lo profano.

Se presenta una oposición entre la concepción del mundo, el espacio y el tiempo, del hombre y las sociedades religiosas respecto de las que no lo son; entre el mundo sagrado y el profano. Señala al hombre primitivo como religioso y al hombre contemporáneo sin religiosidad, no los categorizan de forma absoluta, sino como los tipos más contrastantes.

El hombre primitivo (religioso) y su realización de actos y la producción de objetos conllevan un carácter trascendente a la simple satisfacción de necesidades, que se vincula más a un sentimiento de religiosidad y pertenencia a un orden cósmico, a una relación con Dios. Por el otro lado, el hombre no religioso utiliza la razón para comprender el cosmos, no para pertenecer a él, y por ende, sus acciones y artefactos sólo llevan la finalidad que los genera, desasociada de cualquier experiencia religiosa.

Se distingue entre espacio sagrado y profano. En sagrado, el hombre religioso ubica un centro que vincula a la idea de origen del mundo, centro que sirve además de referencia para organizar el espacio restante y brindar orientación y significación a su experiencia; se trata de un espacio heterogéneo. El espacio profano es geométrico, homogéneo y neutro; carece de referentes que orienten al hombre y por ello es caótico; no obstante, el autor explica que esta categoría no existe en forma absoluta, ya que el hombre no religioso puede recurrir a hechos u objetos, personales o sociales, que le brinden la posibilidad de interrumpir la homogeneidad y construir orientaciones y significaciones propias, individuales.

El espacio es susceptible de consagrarse a través del rito o de ciertos objetos. El rito reproduce en el espacio el orden del cosmos creado por Dios; los objetos son referentes para la orientación y la organización, y constituyen el puente entre el mundo terrenal y el de Dios.

Viendo al tiempo, los ritos conmemoran sucesos trascendentes, es decir el origen, lo relativo al Dios; así, el tiempo mítico es necesariamente trascendente y religioso. La experiencia religiosa representa la intención del hombre de trascender a su existencia terrena y de acercarse a Dios y al cosmos al que pertenecen.

SUJETO POLITICO

Orden social: el orden de la sociedad estamental es jerarquizado, donde el papa esta por sobre todos, los otros puestos dentro de la sociedad están determinados por la esencia y por el linaje, y en este no hay movimiento por lo cual no hay progreso.

Ochoa nos señala que los divino es inmanente a la naturaleza (están juntos), y que la sociedad es parte de ella, por lo anterior decimos que la sociedad también es divina, lo entenderemos a partir de las creencias judeocristianas que también dicen que dios es uno omnipotente y trascendente, y la función que cumple esto sociedad es la conservación del orden social.

Orden político: la realeza se justifica por medio de un cuerpo integrado en el cosmos, y ellos mantenían la armonía entre los mortales y el olimpo.

En la edad media existe una in diferenciación entre el poder político y el poder eclesiástico, se produce una identidad entre los ordenes por que la unidad que da lo divino como factor a la naturaleza “ley natural” tiene una ordenanza que ha sido dada por dios hacia los hombres, tiene un conjunto de preceptos que en su origen divino tiene prohibiciones y constituye a la comunidad como tal.

LA SOCIEDAD DE CONSUMO Y EMPRESA

La economía que se organiza sobre la base del consumo como sacrificio, es decir no desde el trabajo “producción”, es destinada al despilfarro, al exceso y no al ahorro. Toda la condición humana es una condición que esta marcada por la emergencia de la muerte (conciencia) y la sexualidad vergonzante, posteriormente por el trabajo,

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