Manifiesto humanista 2000

Ensayo: Manifiesto humanista 2000

• Expresiones humanistas

Partiendo de la definición del humanismo, en sentido general, lo debemos entender como una significación del razonamiento ético del hombre, en la sociedad y el mundo, pues es la clave que determina su forma de ser, de actuar y de pensar como persona en todo ámbito social.

Frente a esta concepción, el humanismo ha expuesto ante el mundo al “hombre” como el centro del universo, y sobre él, resalta la importancia de los valores, como la principal fuente de la ética para tener una mejor convivencia; expresión, que manifiesta la confianza del ser, al relacionarse con los y las demás, pues le brinda una identidad particular, que lo identifica como humano y que lo hace diferente al resto de seres que cohabitan con él en la sociedad y en la naturaleza. Pero tal expresión no lo hace superior a esos seres, sino que, lo hace reconocer y ser consciente de que, todas estas características son de su naturaleza específica, y las que lo diferencian del resto de los seres y de las cosas, lo que indica que, dichas cualidades no vienen del nosotros al nacer, se adquieren, refuerzan y perfeccionan con la educación que recibimos y que por esa misma razón están en constante modificación conforme cambian las circunstancias y las exigencias del medio en el cual nos desenvolvemos.

Ante tal reflexión sobre el humanismo, y a lo que se ve enfrentado socialmente por un mundo supremamente desarrollado en múltiples ciencias, que condicionan el accionar del ser frente a la vida, se especifican los principios clave de la ética del humanismo, tomados del Manifiesto Humanista (2000), donde señalan que, la dignidad y autonomía del individuo es el valor central que comprende la libertad de pensamiento y el derecho de los individuos a seguir sus propios estilos de vida hasta donde sean capaces y hasta tanto que ello no dañe o perjudique a otros.  

Esto significa que el humanismo se condiciona normativamente por la ética, la cual establece la necesidad de respetar el valor y la dignidad de todas las personas por encima de nuestra propia satisfacción. Es aquí donde se crean las virtudes de la empatía como variable esencial para establecer una buena conducta; los humanistas la recomiendan como un buen uso de la razón para fundamentar nuestros juicios éticos. Por tanto, deberíamos estar preparados para modificar los principios y los valores a la luz de las realidades que vayan produciéndose y de las expectativas futuras. Necesitamos de cierto modo apropiarnos de la mejor sabiduría, desarrollar nuevas soluciones que soporten los dilemas morales, producto del caos y de difusión social en el mundo. para ello los humanistas insisten en proporcionar educación moral a los niños y a los jóvenes, con el objetivo de desarrollar buenas conductas para fomentar sanos juicios, así como para garantizar el progreso y la capacidad autónoma en su razonamiento moral.

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