Numerología: la ciencia de los números aplicada a la vida

Numerología: la ciencia de los números aplicada a la vida

Introducción

La RAE define la numerología como “Práctica adivinatoria a través de los números”. De esta definición se desprenden dos elementos constitutivos de la numerología:

• Es una práctica adivinatoria: El objeto de la numerología es, entonces, predecir lo futuro o descubrir lo oculto. Se orienta hacia el futuro, lo que aún no ha acontecido y que no resulta cognoscible.
• Números: el medio a través del cual opera  son los números. Los estudiosos de la numerología le asignan un carácter simbólico a cada número, y obtienen concusiones mediante la resolución de determinadas fórmulas, que permitirían encontrar respuestas a cuestiones previamente determinadas.

Otros autores la definen como el estudio de los números que permite descubrir la manera en que ellos reflejan ciertas aptitudes y tendencias del carácter, como una parte íntegra del plan cósmico. Este concepto la incluiría prima facie en algún área de la sicología, por ser un estudio del comportamiento humano. Sin embargo, el ejercicio que hace la numerología en estos casos es meramente deductivo, encasillando al ser humano en conceptos generales, en vez de estudiar al ser humano y determinar categorías generales en base a la observación de la mayoría de los individuos o una muestra de ellos (lo que sería un ejercicio inductivo) para después utilizar estas conclusiones a la resolución de casos futuros.

Historia

Los orígenes de la numerología pueden encontrarse entre los filósofos griegos presocráticos específicamente entre los cosmogónicos, corriente dedicada a intentar explicar el origen y naturaleza primaria del universo, utilizando para esto el concepto de “arché”, como “lo fuerte, lo originario”. Las respuestas a esta duda fueron variadas. Tales de Mileto relacionaba el arché con el agua, Anaximandro con el concepto de “ápeiron”, como aquello indeterminado e ilimitado, Anaxímenes con el aire, el fluido por excelencia, mientras que Pitágoras respondía a estas interrogantes sosteniendo que el arché estaba constituido por el número.

El llamado método pitagórico buscaba la purificación y perfección del alma, a través del conocimiento del mundo como armonía. Se decía que el cosmos estaba ordenado de manera que cada medida entre los cuerpos celestes guardaba una cierta proporción. La naturaleza de las cosas era por tanto numérica, y el número era la razón y origen de todo orden y existencia.

Los descubrimientos matemáticos de su escuela fueron abundantes y de importancia tal que no han perdido vigencia, entre ellos se cuentan el teorema de Pitágoras, las ternas pitagóricas y los números irracionales.

Naturaleza de la numerología

Cabe cuestionarse cuál es la naturaleza de la numerología, la que puede descubrirse al analizar sus métodos. La clasificación a la que se puede acudir es a la distinción entre ciencia, protociencia y pseudociencia.

Ciencia, según la RAE, es el “Conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales”. En mi opinión la numerología no puede ser clasificada bajo el nombre de ciencia, ya que el significado y fórmulas que utiliza no emanan de un método de comprobación lógico, careciendo de la característica esencial de la ciencia, consistente en su falseabilidad, esto es, que su existencia busca reemplazar cada conclusión con una nueva, más acertada y perfecta, sin considerar nada como inmodificable, salvo ciertos axiomas que emanan de la misma razón.

En cuanto protociencia, puede observarse que antiguamente el estudio de la numerología se mezclaba seguido con el de la matemática formal, similar a la astronomía y la astrología, o la química y la alquimia. Sin embrago la numerología no incluyó métodos propios que fueran precursores de razonamientos científicos posteriores, limitándose solamente a utilizar el mismo instrumento que la matemática, el número.

Cabría entonces incluirla en el grupo de las pseudociencias. El término “pseudociencia” es de creación reciente, y se refiere a la afirmación, creencia o práctica que, a pesar de presentarse como científica, no se basa en un método científico válido, le falta plausibilidad o el apoyo de evidencias científicas o no puede ser verificada de forma fiable. Las fórmulas y significados propios de cada número que enuncia la numerología se deben tener por ciertos para el practicante, encontrando su coherencia en el propio sistema interno, sin encontrarla en el mundo exterior a causa de su indemostrabilidad, lo que impide siquiera realizar el juicio adecuado.

Excurso: El efecto Forer

(Se reproducirá en sesión el experimento de Forer, entregando a cada QQHH un papel con su número de la vida, y sin embargo acompañando a cada número un mismo texto interpretativo, que luego será puntuado por los QQHH según lo consideren o no acertado. El rango de puntuación será entre 1 y 5, con 5 como la nota máxima. Se espera un promedio aproximado de 4 puntos de aprobación).

La falacia de validación personal o efecto Forer, es la observación de que los individuos darán aprobación de alta precisión a descripciones de su personalidad que supuestamente han sido realizadas específicamente para ellos, pero que en realidad son generales y suficientemente vagas como para poder ser aplicadas a un amplio espectro de gente.

Se trata de un fenómeno recurrente en las pseudociencias, sobre todo en aquellas dedicadas al estudio de lo futuro o el comportamiento humano, como el horóscopo, el eneagrama de la personalidad, la quiromancia, y por supuesto, la numerología. El texto entregado fue hecho por Forer en base a varios horóscopos. Las variables que influyen en la calificación positiva son las siguientes:

• el sujeto cree que el análisis se aplica sólo a él
• el sujeto cree en la autoridad del evaluador
• el análisis enumera mayormente atributos positivos

Numerología: otro enfoque

 Si bien su estudio mayoritario se ha enfocado en su supuesta capacidad predictiva, a causa de su indemostrabilidad y la poca o nula confianza científica que produce, este debe dejarse de lado por improductivo. En vez de eso la mayoría de sus planteamientos pueden utilizarse como herramienta de estudio, por medio de la aplicación simbólica que de los números puede hacerse para la búsqueda del conocimiento y el ser humano integro.

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