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PLATÓN: REALIDAD Y CONOCIMIENTO


Enviado por   •  2 de Noviembre de 2014  •  2.976 Palabras (12 Páginas)  •  645 Visitas

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PLATÓN: REALIDAD Y CONOCIMIENTO

INTRODUCCIÓN: LA CONSTITUCIÓN DEL UNIVERSO

En el pensamiento de Platón (siglo V-IV a.C.) se recogen y someten a reflexión los temas principales de la filosofía y de la ciencia. Nuestro pensador rechaza el atomismo mecanicista y aporta una explicación del universo basada en los siguientes puntos:

1) El orden no puede ser el resultado azaroso del desorden. El orden sólo puede provenir de una inteligencia ordenadora.

2) La inteligencia ordenadora o DEMIURGO actúa sobre la materia eterna, caótica, que no es estática ni inerte, sino que está dotada de movimientos irregulares.

3) El demiurgo ordena de acuerdo con un plan o modelo. Las ideas son los modelos que utiliza el demiurgo sobre la materia.

Platón narra la constitución del universo en el Timeo en forma de mito. Es difícil decidir si el demiurgo ha de entenderse como un dios que realmente actúa sobre la materia o si se trata de una manera mítica de expresar la acción configuradora de las ideas en la materia. Son las ideas o formas las que imponen a la materia una estructura inteligible, una consistencia y estabilidad que la materia no posee de suyo.

REALIDAD

La doctrina central de la filosofía platónica, la TEORÍA DE LAS IDEAS, consiste en la afirmación de que existen entidades inmateriales, absolutas, eternas, universales (ejemplo: la justicia en sí, la belleza en sí, el hombre en sí...) independientemente del mundo físico. Pero las ideas no son meros conceptos, no son construcciones mentales, son las únicas realidades con sentido pleno y de ellas deriva todo lo real del mundo físico (ejemplo: lo justo, lo bello, los hombres...).

Origen de la teoría de las ideas

En la filosofía presocrática encontramos elementos que fueron incorporados por Platón a su teoría, como las doctrinas de los pitagóricos y Parménides (aquéllos insistieron en las estructuras y relaciones matemáticas como principio de inteligibilidad del universo; Parménides hablaba de lo verdaderamente existente, una realidad inmutable e imperecedera. Las ideas de la teoría platónica tendrán las mismas características que la realidad parmenídea).

Además, Platón siempre usa a Sócrates en sus diálogos, planteando preguntas sobre una virtud o concepto moral. Se presupone que hay algún rasgo común a todas las acciones: lo universal (ejemplo: lo justo). Ese rasgo (o conjunto de rasgos) que es común y que no se identifica con ninguna acción justa particular, será –para Platón- la idea de justicia. Según Aristóteles, Sócrates no separó los universales (no los vio como realidades subsistentes en sí), sino que fue Platón el que los separó, denominándolos ideas (y los situó en otro mundo: MUNDO DE LAS IDEAS).

Imitación y participación de las ideas

Platón separa las ideas (del mundo físico). Las ideas no dependen en su ser, en su verdad y en su permanencia de las cosas sensibles, sino que –al contrario- los seres físicos dependen de ellas. Una acción es justa, por ejemplo, en la medida en que en ella se da la idea de justicia. ¿Cuál es la relación de los seres sensibles con las ideas? Platón recurre a dos términos para caracterizar esta relación: imitación y participación. Los seres sensibles imitan a las ideas, los seres sensibles participan de las ideas correspondientes. Las ideas son modelos que las cosas pretenden imitar, pero que nunca consiguen igualar plenamente. Son ideales que no llegan a cumplirse perfectamente en el ámbito de lo sensible. Ejemplo: la idea de triángulo.

La idea –en Platón- es la última realidad (ontos on), la verdadera realidad, el ser de los seres. Sólo el entendimiento es capaz de captar esa realidad que hay en cada cosa concreta. Platón separa el mundo de las ideas del mundo de los sentidos; el mundo inteligible es el que capta la mente (cosmos noetos), y el mundo sensible es el mundo de lo concreto, de lo que se ve, de lo que se mueve.

El sistema de las Ideas

El mundo ideal alberga ideas de los seres físicos y de los ideales morales y políticos. Las ideas no son un aglomerado inconexo de esencias, sino que constituyen un sistema en el que todas se ensamblan y coordinan, en una gradación jerarquizada, cuya cúspide ocupa la idea de BIEN. El Bien como idea primera, como principio supremo, es expresión del orden, del sentido y de la inteligibilidad de lo real. En el Bien se sostienen todas las ideas, es el ser por excelencia. Platón la compara con el SOL. Con el Bien todo se hace visible y comprensible (cumbre de la pirámide).

Así, no todas las ideas tienen el mismo valor, unas están subordinadas a otras. Las ideas superiores son el Bien, luego la Belleza, la Justicia, la Verdad y el Ser. En la posesión de ellas reside la sabiduría. Más abajo estarían los elementos polares (Igualdad-Desigualdad, Movimiento-Reposo, etc.). Posteriormente los Números (relaciones numéricas). Y finalmente las ideas de las cosas sensibles (ejemplo: Hombre, Perro, Flor, etc.). Las ideas son inmateriales, eternas, inmutables, universales, absolutas...

CONOCIMIENTO

La concepción platónica de la realidad es DUALISTA: de una parte, las ideas son la auténtica realidad (inmutables y eternas), y de otra, los seres físicos, cambiantes y corruptibles. A estos dos niveles de realidad le corresponden dos niveles de conocimiento, divididos en fases.

Saber y opinión

Platón distingue entre dos formas de conocimiento: saber (episteme) y opinión (doxa). Se trata de una distinción fundamental que Platón utiliza en el estudio del conocimiento y otros temas, como la política. Estas dos formas de conocimiento poseen características distintas:

- la opinión puede ser errónea, mientras que el saber excluye la posibilidad de error. Es posible opinar y equivocarse, pero no es posible saber algo y estar equivocado.

- Las opiniones son inestables y el saber es estable y firme.

- El saber se basa en razones y las simples opiniones carecen de fundamento sólido.

Saber y opinión son dos formas de conocimiento distintas que reflejan objetos distintos. El saber tiene como objeto las estructuras inteligibles (las ideas) y la opinión tiene como objeto el mundo físico, sensible. El conocimiento de las ideas y sus relaciones constituye el auténtico SABER. Los pasos que han de seguirse para alcanzarlo son:

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