Pensamiento Critico

Actualmente se exige una sociedad de conocimiento donde la educación “garantice el conocimiento pertinente, desvelando el contexto, lo global, lo multidimensional y la interacción compleja, propiciando una inteligencia general apta para comprender el contexto, lo global, lo multidimensional y la interacción compleja de los elementos” (MORIN, 1999) a través de situaciones complejas que propicien incertidumbre a los estudiantes y así tomar decisiones sobre las medidas preventivas o de control que se deban aplicar para solucionar y enjuiciar de manera critica aquellos problemas económicos, sociales, educativos y políticos que se presenten en su vida cotidiana privada y social. Para lograr este cambio en la sociedad, la Educación Básica (preescolar, primaria y secundaria) ha renovado el pacto entre el estudiante, el docente, la familia y la escuela promoviendo competencias para el manejo de situaciones, para la convivencia, para la vida en sociedad, para el manejo de la información y para el aprendizaje, y así movilizar y dirigir aquellos conocimientos, habilidades, actitudes y valores que los alumnos deben adquirir no sólo al término de los niveles, sino a lo largo de toda su vida.

Con el propósito de consolidar una ruta propia y pertinente para reformar la Educación Básica en nuestro país, se han implementado nuevas estrategias que desarrollen competencias propias para que el alumno sea crítico, reflexivo, autónomo y con la capacidad de tomar decisiones que permitan un desarrollo político, económico, social y cultural. En este sentido, se debe entender que las sociedades actuales requieren de docentes comprometidos a fortalecer los procesos de construcción, validación y movilización de saberes, así como de alumnos curiosos y creativos que incidan en su propio método de enseñanza – aprendizaje, donde fuera de ser simplemente receptores sean emisores que participen en la búsqueda de soluciones a los problemas que aquejan a la sociedad. De esta manera la escuela a dejado de ser una simple emisora de conocimientos, para convertirse en una escuela que forma para la vida; es decir, desarrolla competencias que cualquier persona pueda necesitar para dar respuesta los problemas a los que se enfrentará a lo largo de la vida a través del análisis que le permita elegir esquemas de actuación oportunos y adecuados para resolverlos, aplicándolos de manera estratégica o adaptándolos frente a diversas situaciones.

educar representa un desafío, que si bien para algunos es sencillo, para otros tantos es complicado, pues no hay un camino exacto que lleve al éxito, o bien, si lo hay ninguno que sea para toda la vida, ya que las generaciones van cambiando.

Elevar la calidad de la educación implica cambiar o modificar parcialmente o en su totalidad las estrategias que ayuden al estudiante a pensar y no sólo memorizar, pero ¿Cómo hacer que el alumno piense y no sólo memorice?

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