Platón y San Agustín

Platón y San Agustín presentan tanto diferencias como similitudes en sus doctrinas y pensamientos. San Agustín cristianizó la filosofía de Platón.

Para ir más allá de ello hay que hablar de la filosofía cristiana del Medioevo, el cristianismo tuvo su auge durante esta época comprendida entre los siglos V y XV, desde la desintegración del imperio romano de occidente, durante este periodo se evidencia un estancamiento cultural.

Podemos analizar a estos dos filósofos desde diversos ámbitos de su filosofía, tales como: la ética, el conocimiento que poseen, religión, sobre la naturaleza, entre otros.

Para lograr desarrollar una conclusión de estos filósofos debemos, primero que todo, conocer sobre su doctrina y principios.

Debemos tener en cuenta que Platón fue quien influyó en San Agustín, y así este último logró desarrollar su doctrina, sin embargo, San Agustín desarrolló su pensamiento en base a la divinidad, en torno a Dios.

Platón consideraba la existencia de dos mundos: el material (sensible), el cual es eterno, no tiene principio ni fin; y el inteligible (ideas).

El mundo inteligible está formado por ideas y una de aquellas es la idea del bien, la cual es la idea superior. Estas ideas no tienen materia, sin embargo son reales y eternas.

San Agustín toma la idea de Platón, sobre el bien pero identificándola con Dios, el cual era superior a todo y todos, porque ha sido capaz de crear todo y es un ser divino. También dice que para conocer a Dios debía existir fe; Dios es eterno, omnisciente y omnipotente. A diferencia de Platón, San Agustín considera que el mundo tiene un principio, el cual radica en la creación en siete días, y un fin que es producido por el apocalipsis.

El mundo sensible fue creado por Dios a partir de la nada, en consecuencia, el mundo material tiene una naturaleza buena y positiva.

En cuanto al ámbito del conocimiento, para San Agustín igual que para Platón el conocimiento es una visión.

San Agustín decía que el conocimiento del hombre se podía dividir en tres: el conocimiento a través de los sentidos, el conocimiento racional y el conocimiento contemplativo. Según San Agustín el conocimiento a través de los sentidos no era verdadero ya que éste era guiado por la apariencia; el conocimiento racional es una gran virtud del hombre; pero el conocimiento contemplativo es el único capaz de llevar a la sabiduría, ya que este conocimiento es objetivo y no necesita de sensibilidad o racionamiento. Ésta sabiduría llevaría a la felicidad, ya que para él la búsqueda de la felicidad se basaba en alcanzar la verdad.

Platón considera que lo verdadero y real son las ideas, ya que son inmutables y es algo que se debe conocer; que el conocimiento está en cada ser humano, pero ha sido olvidado porque nuestra alma ya ha pasado antes por el mundo de las ideas, por lo que debemos recordarlo, y en esto San Agustín concuerda en que el conocimiento es adquirido desde antes, ya que reconoce que el alma (teóricamente) existía antes que el cuerpo por lo que el alma conoce por iluminación divina, sin embargo, agrega que lo eterno es Dios y que para lograr recordar el conocimiento es necesario hacerlo mediante un proceso de interiorización, ya que la verdad la conocemos conociéndonos a nosotros mismos, y de esta manera también logramos conocer a Dios.

El término de “sustancia” según San Agustín consistía en que el alma es una sustancia espiritual, simple e indivisible, es inmortal pero no eterna que tiene como objeto la sabiduría. En cambio, el cuerpo es lo contrario al alma, es perverso, material y tiene deseos perjudiciales. En conclusión, el alma se encuentra dentro del cuerpo por lo que se podría decir que ésta sufre

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