Pobreza Y Educación
Gretelgreen18 de Noviembre de 2013
4.545 Palabras (19 Páginas)487 Visitas
Pobreza & Educación
La pobreza se encuentra directamente relacionada con la capacidad para generar fuentes de empleo, y el potencial de desarrollo basado en educación, profesionales, técnicos e investigación que dotan a una región de medios para la creación de productos y servicios comercializables e infraestructura que permita a la región relacionarse económica y laboralmente con otros sectores.
La Constitución Política Mexicana garantiza los derechos sociales elementales a los que la población tiene acceso y que el Estado está obligado a proporciona. Un gobierno que genera pobreza es un traidor a la patria.
La pobreza frecuentemente se define o reconoce en base a consideraciones de carácter económico, según diferentes enfoques y planteamientos. El método más usado, aunque también más criticado es la definición de los pobres a partir de la construcción de una “línea de pobreza” en base a encuestas de hogares, requerimientos mínimos de nutrición, construcción de “canastas” alimentarias básicas y valoración de las mismas, factores de desarrollo humano tales como escolarización, acceso a la cultura y alfabetismo. Quienes no posean los mínimos establecidos en esa “línea” se le considera “pobre”.
Lo más acercado a una teoría educativa de la pobreza es la teoría, entendida a modo de guía de la acción, relacionada con la noción de “calidad educativa” la cual se pregunta acerca de si la acción educativa “entrega” los elementos necesarios para conseguir la promesa, primero de “educarse” y luego la “vida mejor” imaginada como resultado de ese “educarse”.
Ante este escenario surge la cuestión ¿hemos de ubicar la carencia de educación como una consecuencia de ser pobre? ¿O como una causa: el no educado será pobre mientras no se eduque? ¿O es posible que no exista relación entre educación y pobreza?
Por otro lado, desde el punto de vista teórico hay ciertas teorías disponibles. Son teorías "producto", es decir son marcos conceptuales que interpretan el papel de la educación en su relación con la pobreza, la desigualdad, la equidad y la marginalidad, indistintamente. Son usadas desde el Estado para legitimar, significar y organizar la política educativa y sus estrategias. Analizaremos cuatro posiciones teóricas:
1. La teoría del capital humano.
Esta teoría muy divulgada y usada para organizar y evaluar la educación en México; tiene su matriz en la filosofía liberal. Los educadores y políticos liberales sostienen que los sistemas educativos tienen tres funciones: primeramente la socialización, en segundo lugar, la adquisición de habilidades, destrezas y entrenamiento, y por último la certificación. Tales funciones contribuyen a la asignación racional de recursos según las necesidades sociales y generan movilidad social. De este supuesto deriva la teoría del capital humano: mayor educación proporciona más “capital humano” (socialización, conocimientos y certificados) a los miembros de la sociedad para competir por los puestos y los ingresos. Mayor educación genera mayor productividad potencial de la fuerza de trabajo y, por consecuencia, mayores ingresos potenciales para los trabajadores.
Esta teoría dicho de modo simple, considera la pobreza como un fenómeno que ocurre porque las personas no han adquirido las habilidades cognitivas básicas para ser exitosas en el mundo. Por tanto, basta educarlas, darles acceso a la escuela o proporcionarles compensaciones educacionales, y así se disminuyen al mínimo las probabilidades de no “recaer” en la pobreza.
La crítica principal a esta teoría consiste en que, aunque no se quiere, de hecho las prácticas docentes y los contenidos curriculares son diferentes según la clase social de los alumnos, lo cual reproduce la desigualdad y más aun, la legitima. La teoría hace de la igualdad de oportunidades el centro de la política educativa para superar la pobreza, y curiosamente, a la misma teoría le cuesta explicar el porqué de la existencia de la desigualdad: ¿Por qué si la política educativa trata de ofrecer “educación para todos” persiste la desigualdad de oportunidades?
El punto central que explica esa persistencia está en la imposibilidad de ofrecer a desiguales sociales (minorías, indígenas, pueblos marginados) una oportunidad igual a la de otros grupos cuyo “capital cultural” es de entrada diferente, y con perspectivas de futuro diferente, quizá poco compatible con la idea de entrar en un mercado de trabajo estratificado, productivo y competido. Aun bajo el supuesto de educación igual, a la salida, los grupos con menos capital cultural enfrentan mayores dificultades para ingresar en el mercado de trabajo. De estas críticas surgen otras teorías.
Entre quienes utilizan este enfoque en México están los investigadores asociados a la óptica gubernamental, pues la teoría del capital humano es la que se aduce en dichos círculos para implementar la política pública educativa. Se puede decir, de manera general, que la mayor parte de la Investigación Educativa relacionada con la Relación entre Educación y Pobreza está vinculada a esta teoría del capital humano, ya sea porque se acepta en cuanto tal o porque la IE se dirige a detallar la REP empíricamente, revisar factores, condiciones y variables relativas tanto a la educación en cuanto tal (maestros, alumnos, gestores, financiamiento, etc.) como
relativas a las políticas educativas publicas que determinan líneas de acción para “combatir la pobreza” con la educación.
Bien sabemos que la realidad educativa de México en la actualidad, es que los pobres reciben educación de menos calidad, maestros menos preparados y sufren cierta discriminación en los insumos necesarios. Diferentes investigadores lo han mostrado en sus estudios (Muñoz Izquierdo, Aguado López, Bracho, Vielle, Schmelkes). Por otra parte, evidencian la importancia de la escolaridad para conseguir una mejor posición en el mercado de trabajo, al menos en cierta edad (jóvenes), en ciertos trabajos, ciertas regiones y en ciertas condiciones del contexto (CEE, Muñoz, Escobar, Muñoz I, Suárez). No se pueden hacer afirmaciones generales para todo el país.
Nadie puede quedar satisfecho con una teoría que confía en la escolarización para “una mejor vida” si en los hechos ni siquiera es posible ofrecer la misma oportunidad a todos y tampoco queda claro que es la escolarización el modo para que la sociedad, no sólo los sujetos, se desarrollen y puedan “brincar” los obstáculos que representa la clase social y los modos estratificados y diferenciados de tener acceso a las oportunidades.
2. Teoría de la elección racional.
Esta teoría se basa en la crítica del “estado de bienestar” proveedor de educación para todos; no modifica los supuestos liberales acerca de la educación como mecanismo de superación de la pobreza pero traslada el peso de la acción al individuo y plantea un giro en la política educativa.
El centro es ahora que los ciudadanos elijan cómo gastar sus impuestos en educación. La argumentación la podemos visualizar así: La pobreza es una cuestión individual, el estado no tiene porque tratar de solucionar las carencias individuales, especialmente en materia educativa que supone la acción y el deseo individual; póngase, entonces, a disposición de los individuos el ingreso necesario para que elijan dónde y cómo usarlo para educarse. Inevitablemente, los fundamentos anteriores llevan a proponer que la educación sea dejada al libre juego del mercado, privatizada para desplazar el costo hacia los usuarios directamente.
La clave está, según esta teoría, en tener tantas oportunidades de financiamiento de la educación como demandantes individuales haya de la misma. Los usuarios deciden qué educación “compran”, la supervisan pues pagan por ella y la adecuan a las necesidades del mercado del trabajo y de la productividad, pues nadie se interesará en educación irrelevante o ineficaz.
La teoría de la elección racional no abdica de la idea de resolver la pobreza sustancialmente con la educación, pero ahora es la educación que los individuos estén dispuestos a adquirir, en vista de su competencia en un mercado que discrimina “hacia arriba” a los talentosos. Esta teoría en pocas palabras defiende la expresión “No más la educación pública de poca calidad, costosa e ineficiente”.
3. Teoría social - demócrata.
Este enfoque, es en realidad una versión modificada de la teoría del capital humano; privilegia la acción gubernamental para proporcionar educación al mismo tiempo que la acción ciudadana para vigilar la eficiencia y la igualdad de oportunidades. El centro de esta propuesta, siempre en el supuesto de que educar contribuye a eliminar la pobreza, es vincular la libertad de elegir cómo, dónde y cuándo de la educación, con la obligación del estado de ofrecer educación pública suficiente para que nadie quede sin oportunidad.
En estos planteamientos se ubica la superación de la pobreza desde una nueva organización social cuya posibilidad implica “educar para poder” y no sólo “educar para saber”, lo cual implica una elección del individuo y un financiamiento no estatal, aunque se excluye la privatización y el adecuarse ciegamente al mercado.
4. Teoría marxista.
Aunque el marxismo fue inspirado, sobre todo en los años posteriores a 1968. Es interesante conocer la consideración sobre la educación, entendiéndola
...