¿Por qué según Ambrosini, la ética es el mecanismo compensatorio de la especie humana?
SweetnessResumen9 de Junio de 2017
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Ética profesional. La ética como mecanismo compensatorio
Cristina Ambrosini
¿Por qué según Ambrosini, la ética es el mecanismo compensatorio de la especie humana?
Dentro del marco de la globalización se puede considerar que hoy hace referencia una ideología que aclama por: menos Estado, menos política, menos ciudadanía y por más mercado.
Dentro de este mundo globalizado la incertidumbre es uno de los modos básicos de experimentar la vida; no sabemos cómo nos puede afectar lo que pasa en el resto del mundo. De esta manera la naturaleza se encuentra alterada por la incidencia del uso de la tecnología, lidiando con el aumento de riesgos que la amenazan.
A la incertidumbre se le agrega otro aspecto que también tiene lugar en la sociedad, la vulnerabilidad. El estado protector ha sido desmantelado y desarticulado, mientras que a su vez el número de personas que son consideradas excedente o “residuo humano” ha ido incrementando.
Todas estas cuestiones que se presentan en el mundo actual (globalizado) hacen que consideremos no solo nuestra propia subsistencia o la de nuestros seres queridos, sino la subsistencia de la propia raza humana, acá es donde se apela a la ética, para poder planificar y analizar nuestros cursos de acción. Ya que somos la única especie que es capaz de ponerse en peligro así mismo, y la ética es “otro invento” humano para protegernos de nosotros mismos, un método para poder preservar la vida.
La ética, no es solo un saber teórico sino práctico, una disciplina filosófica que apela y trata sobre la moralidad, distinción que a menudo suele ser confundido. La ética no únicamente trata en saber lo que es bueno o malo para uno o la comunidad, sino trata de reflexionar de como obrar bien, mediante la formación de un carácter que contribuya con la convivencia y sostenimiento del lazo comunitario.
Con el uso de la misma, podemos orientar las tomar de las decisiones, los cursos que toman nuestras acciones, el seguimiento de las normas de conducta inculcadas mediante la educación o hábitos de convivencia, todas estas acciones puede ser reflexionadas y justificadas, podemos argumentar sobre aquello que realizamos. Como disciplina práctica la ética tiene tres funciones:
a) Aclarar que es moral.
b) Fundamentar la moral.
c) Aplicar en la vida social los resultados de las dos primeras cuestiones.
Podemos decir que la ética profesional resultar ser la manera idónea para reflexionar sobre la toma de decisiones que nos involucran como personas, más allá de nuestro intereses personales, sino como responsables de una vida social. Es una de las partes de la ética aplicada orientada a tematizar el tipo de problemas que se presentan en el ejercicio de distintas actividades profesionales, cuestionando sus fundamentos y revisando las razones para la aplicación de normas morales en un campo profesional determinado. La ética profesional es una actividad ocupacional que presta un servicio específico a la sociedad, por parte de un conjunto de personas que se dedican a ella de manera estable; formando nuevos profesionales, accediendo a ellas mediante un proceso de capacitación teórico y práctico.
De esta manera la ética tiene como fin ser un mecanismo compensatorio ante los desequilibrios que presenta nuestra raza, dentro de este mundo globalizado.
Desequilibrios:
-Ecológicos
-Etológicos
En el mundo biológico se producen desequilibrios entre los desafíos del medio ambiente y la capacidad de asimilarlos hasta el punto de provocar la muerte de aquellos individuos que no pueden adaptarse hasta en algunos casos llegar a la extinción de la especie. Podemos definir como primer desequilibrio, al desequilibrio ecológico. Esta hace referencia a toda forma de adaptación del hombre a la realidad que lo rodea (medio natural, cultural, tecnológico, político, etc.) Respondemos a este desequilibrio desarrollando instrumentos tecnológicos que permitan nuestra subsistencia. Desarrollamos viviendas para protegernos de los animales y del clima, para poder desarrollarnos; armas para poder cazar, alimentarnos y confeccionar abrigos. De esta manera compensamos artificialmente las deficiencias biológicas que presenta nuestra especie, con el desarrollo de una conducta. Pero ese equilibrio trae consigo otro desequilibrio, el etológico, este término alude a la conducta humana resultante de la adaptación al medio. La dependencia con la técnica genera una nueva desadaptación, ahora etológica, puesto que afecta la conducta humana dentro de la comunidad.
El modo de lograr un equilibrio entre ambos recursos es mediante el uso de la moral; cual tiene como función compensar la falta de capacidades instintivas para descartar la capacidad ofensiva hacía nuestros pares.
Los dos inventos, el de la técnica y el de la moral, habría posibilitado la supervivencia de la especie ya que ambos son mecanismos compensatorios de distintos desequilibrios que necesitan compensarse entre sí. Pero la técnica posee un valor ambivalente, por un lado responde como un recurso para la supervivencia humana y por el otro lado amenaza esa misma supervivencia con e peligro de una destrucción planetaria. La lugar a la distinción entre lo natural y lo artificial, y puede ser buena o mala necesitando ser compensada desde otra instancia artificial como es la ética.
¿Qué es la neuroética? ¿A qué clase de pregunta busca dar respuesta?
El cerebro ético y la neuroética
¿Qué lugar ocupa la conducta ética en el funcionamiento cerebral? En los últimos años se utilizó el término neuroética para dar respuesta a esta pregunta. Junto con la evolución humana, se presume que el razonamiento ético, también fue desarrollándose biológicamente en el cerebro humano. Que se alberga allí algo que otorga a la especie un sentido moral innato, la capacidad de actuar éticamente. En otras palabras, busca a través de la ciencia que obremos de manera correcta. Puede también ser considerado un mecanismo compensatorio de aquello que no nos provee la naturaleza. Este principio, contradice o acaba con la formación de la moral como ejercicio, con la formación del carácter.
Los instintos tribales, aquellos que permitieron la supervivencia y mejoramiento cultural pueden ser un indicio de “avances éticos”, como también la prohibición del incesto, el cuidado de los hijos, la prohibición de matar a nuestros pares, que hoy son consagrados como normas universales. Pero no hay respuestas definitivas, constatamos que la conducta moral es un producto de un largo proceso de socialización, es histórico y formal parte de un complejo entramado entre mecanismos neuronales y exigencias adaptativas orientadas a la supervivencia.
La neuroética dice que el comportamiento ético se encuentra en nuestra constitución neuronal. Que gracias al desarrollo del cerebro humano podemos obrar de manera ética.
Nos ayuda a compensar las deficiencias ecológicas, inhibiendo las posibles acciones primitivas “alertando” de qué no debemos hacer, como por ejemplo no matar.
A este concepto, se plantean ciertas críticas como el de ser la incursión de la nueva versión de la falacia naturalista, que uno puede mediante las pastillas/medicinas/procedimientos, como la ética depende de un sistema neuronal, tocando ese sistema neuronal se puede lograr que una persona actúe de manera ética. Este procedimiento acaba directamente con la ética, ya que ella es un proceso de formación de carácter, todo un ejercicio.
Explique el modo en que la ética cordial viene a superar las limitaciones formales de la ética del discurso o la ética del diálogo.
Ética cordial
La ética es esencialmente un saber para actuar de manera racional, por ello la filósofa Adela Cortina propone tener en cuenta a la ética cordial, o “de corazón” en el marco de la ética cívica, como complemento de las éticas formalistas o de diálogo.
La ética cívica según la española Cortina, tiene surgimiento entre el siglo XVI y XVII mediante la convivencia entre ciudadanos que se reconocen recíprocamente como libre e iguales, capaces de interactuar pacíficamente más allá de sus creencias o intereses personales. Esto es denominado como una ética de mínimos, donde más allá de que sus miembros no compartan los mismos proyectos de felicidad, comparten algunos de los valores básicos de la existencia humana, donde entras los valores de la libertad, la igualdad y la solidaridad.
En cambio las concepciones religiosas, agnósticas o ateas que siguen un proyecto de felicidad, constituyen lo llamado ética de máximos (pluralismo moral)
La ética cívica necesita un tipo de organización política donde los individuos sean concebidos como ciudadanos y no como súbditos, como subordinados a un poder jerárquico que los reduzca a la condición de minoridad, donde para actuar se necesite la tutela de una autoridad jerárquica o patriarcal.
La tolerancia activa es la actitud que le corresponde a los ciudadanos, ya que no trata únicamente de no interferir en los proyectos de vida de los demás por simple comodidad o indiferencia (tolerancia pasiva) sino porque entendemos que los proyectos ajenos pueden tener algún valor que no compartamos pero podemos resolver mediante la ética discursiva o también llamada, ética del diálogo.
Este apartado postula condiciones ideales de comunicación entre partes opuestas donde el diálogo es posible de manera simétrica entre los afectados. Pero la realidad comunicacional, difiere de este ideal, porque los afectados puede estar bajo condiciones materiales y sociales diferentes (asimétricas) entre sí haciendo complicada la toma de decisiones justas para ambas partes.
Conseguir que los interlocutores reconozcan como mejor argumento que satisface los intereses universales, no depende sólo de la lógica del argumento, sino de que les interlocutores estén predispuestos a interpretar correctamente cuales son esos intereses.
La ética cordial posee una propuesta que también la posee la ética cívica, pero no de una manera procedimental, la autora admite que la ética cordial intenta superar las limitaciones de las éticas racionalistas o formales.
Es necesario un análisis que tome en cuenta no solamente las capacidades lógicas para argumentar sino también para sentir, valorar, apreciar el sentimiento de justicia, la capacidad de compadecer al otro reconociéndolo como autónomo pero como vulnerable, en otras palabras, reconocerlo como su par “carne de su propia carne, hueso de su propio hueso”. Sin esta capacidad de reconocer al otro como parte de uno mismo, difícilmente las partes puedan dialogar en serio.
Las éticas formalistas son frías, mecánicas, y la ética cordial viene a ponerle “corazón” pasión. Reconocer al otro como un ser autónomo pero también vulnerable, no únicamente como un ser racional. Un ser de carne y hueso, como uno.
La ética busca compensar el desequilibrio, déficit que pueden presentar las éticas formalistas o racionales.
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