Reglas Para La Vida Practica
krlex12 de Septiembre de 2013
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“REGLAS POR PARACELSO PARA LA VIDA PRÁCTICA”
Si por espacio de algunos meses se observan rigurosamente las prescripciones que a continuación se dan, vera operar en su vida un Cambio tan favorable, que jamás las abandonara. Mas amado lector, para que obtengas el éxito deseado, precisa, eso si, que adaptes tu vida a la estricta observancia de estas reglas. Son sencillas y fáciles de seguir, pero hay que observarlas con perseverancia bien sostenida. No crees ¿que la dicha bien vale algún esfuerzo?
Si no eres capaz de seguir estas reglas tan fáciles, ¿con que derecho podrás quejarte de tus fracasos? ¿Qué costaría hacer una Prueba? Son reglas sencillas enseñadas por la más antigua Sabiduría y hay en ellas más trascendencia de lo que su sencillez te lleva a suponer.
1.- Lo primero es mejorar la salud. Para ello hay que respirar con la mayor frecuencia posible, honda y rítmica, llenando bien los pulmones, al aire libre o asomado a una ventana.
Beber diariamente en pequeños sorbos, dos litros de agua,
Comer muchas frutas,
Masticar los alimentos del modo más perfecto posible,
Evitar el alcohol, y las medicinas, a menos que estuvieras por alguna causa grave sometido a un tratamiento.
Bañarte diariamente, es un habito que debes a tu propia dignidad.
2.- Desterrar absolutamente de tu ánimo, por más motivos que existan, toda idea de pesimismo, rencor, odio, tedio, tristeza, venganza y pobreza. Huir como de la peste de toda ocasión de tratar a personas maldicientes, viciosas, ruines, murmuradoras, indolentes, chismosas, vanidosas o vulgares e inferiores por natural bajeza de entendimiento o por tópicos sensualistas que forman la base de sus discursos u ocupaciones. La observancia de esta regla es de importancia decisiva: se trata de cambiar la espiritual contextura de tu alma. Es el único medio de cambiar tu destino, pues este depende de nuestros actos y pensamientos. EL AZAR NO EXISTE.
3.- Haz todo el bien posible. Auxilia a todo desgraciado siempre que puedas, pero jamás tengas debilidades por ninguna persona. Debes cuidar tus propias energías y huir de todo sentimentalismo.
4.- Hay que olvidar toda ofensa, más aun: esfuérzate por pensar bien del mayor enemigo. Tu alma es un templo que no debe ser jamás profanado por el odio.
5.- Debes recogerte todos los días en donde nadie pueda turbarte, siquiera por media hora, sentarte lo más cómodamente posible con los ojos medio entornados y no pensar en nada. Esto fortifica enérgicamente el cerebro y el Espíritu y te pondrá en contacto con las buenas influencias. En este estado de recogimiento y silencio, suelen ocurrírsenos a veces luminosas ideas, susceptibles de cambiar toda una existencia. Con el tiempo todos los problemas que se presentan serán resueltos victoriosamente por una voz interior que te guiará en tales instantes de silencio, a solas con tu conciencia. Ese es el Divino Daimón del que habla Sócrates. Todos los grandes seres se han dejado guiar por esa suave voz interior, pero no te hablara así de pronto, tienes que prepararte por un tiempo; destruir las superpuestas capas de viejos hábitos, pensamientos y errores que pesan sobre tu espíritu, que es Divino y perfecto en sí, pero impotente por lo imperfecto del vehículo que le ofreces hoy para manifestarse; la carne es flaca.
6.- Debes guardar absoluto silencio de todos tus asuntos personales. Abstenerse, como si hubieras hecho juramento solemne, de referir a los demás, aún de tus más íntimos, todo cuanto pienses, oigas, sepas, aprendas, sospeches o descubras. Por un largo tiempo al menos debes ser como casa tapiada o jardín sellado. Es regla de suma importancia.
7.- Jamás temas a los hombres ni te inspire sobresalto el día de mañana. Ten tu alma fuerte y limpia y todo te saldrá bien. Jamás te
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