Reseña De El Elogio De La Dificultad

DE ESTANISLAO ZULETA

El tema central del ensayo alude al temor que el ser humano siente al verse agobiado en los problemas, en los obstáculos o las dificultades. Es así como el autor Estanislao Zuleta inicia definiendo a la imaginación como mecanismo de salida a su imperfecta e insatisfactoria vida, pues como el autor menciona, preferimos: “Una vida sin riesgos, sin lucha, sin búsqueda de superación y sin muerte” (p.1). Todos soñamos con un mundo perfecto, una vida perfecta, una relación humana amorosa y sin errores y no aquella en que se estimule algún tipo de esfuerzo (físico o mental), como bien lo menciona Zuleta: “Una relación humana inquietante, compleja y perdible, que estimule nuestra capacidad de luchar y nos obligue a cambiar” (p.2). Sería un mundo sin la constante búsqueda de metas, de sueños y de formación humana. “Adán y sobre todo Eva, tienen el mérito original de habernos liberado del paraíso, nuestro pecado es que anhelamos regresar a él” (p.2), debemos darles las gracias por el contrario porque de un modo u otro nos permitió desarrollar a través de un proceso evolutivo tener las capacidades y habilidades para luchar y enfrentar todo aquello que se presenta en el camino.

El respeto está perdiendo su importante valor en la vida y se está dejando de lado con el fin de obtener lo que se desea sin ningún impedimento. El autor propone que para recuperarlo, se debe estar en un mundo donde el amor ya no sea determinante en las relaciones humanas: “porque el respeto y las normas solo adquieren vigencia allí, donde el amor, el entusiasmo, la entrega total a la gran misión ya no puedan aspirar a determinar las relaciones humanas” (p.4). Convirtiéndose así en una condición para el regreso del respeto.

El autor sostiene la importancia del respeto y la diferencia dentro de una sociedad “Lo difícil, pero también lo esencial es valorar positivamente el respeto y la diferencia, no como un mal menor y un hecho inevitable, sino como lo que enriquece la vida e impulsa la creación y el pensamiento” (p.6). Para mejorar se debe aceptar la diferencia no como algo malo de la sociedad, sino como un aspecto que nos hace únicos y nos hace reconocernos como personas individuales sin echar al olvido que estamos en constante interacción con los otros. Aceptar sus pensamientos, posiciones, metas e intereses no significa que éstas sean equivalentes unas con otras sino que implica como afirma Zuleta “confianza en la superioridad de la causa que defendemos, como para estar seguros de que no necesita, ni le conviene esa doble falsificación con la cual, en verdad, podría defenderse cualquier cosa”(p.7).

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