Tesis De Foylán

PROBLEMAS MORALES ESPECÍFICOS

Los soñadores, los poetas, los ilusos, los utopistas tan despreciados de las personas serias", tan perseguidos por el "paternalismo" de los Gobiernos: ahorcados aquí, fusilados allá; quemados, atormentados, aprisionados, descuartizados en todas las épocas y en todos los países, han sido, no obstante, los propulsores de todo movimiento de avance, los videntes que han señalado a las masas ciegas derroteros luminosos que conducen a cimas gloriosas.

Habría que renunciar a todo progreso; seria mejor renunciar a toda esperanza de justicia y de grandeza en la humanidad si siquiera en el espacio de un siglo dejase de contar la familia humana entre sus miembros con algunos ilusos, utopistas y soñadores.

Que recorran esas personas "serias" la lista de los hombres muertos que admiran. ¿Qué fueron si no soñadores? ¿Por qué se les admira, si no porque fueron ilusos? ¿Qué es lo que rodea de gloria, si no su carácter de utopista?

De esa especie tan despreciada de seres humanos surgió Sócrates, despreciado por las personas "serias" y "sensatas" de su época y admirado por los, mismos que entonces le habían abierto la boca para hacerle tragar ellos mismos la cicuta. ¿Cristo? Si hubieran vivido en aquella época los señores "sensatos" y "serios" de hoy, ellos habrían juzgado, sentenciado y aun clavado en el madero infamante al gran utopista, ante cuya imagen se persignan y humillan.

No ha habido revolucionario, en el sentido social de la palabra; no ha habido reformador que no haya sido atacado por las clases dirigentes de su época como utopista, soñador e iluso.

En medió de la trivialidad ambiente, el utopista sueña con una humanidad más justa, sana, más bella, más sabia, más feliz, y mientras exterioriza sus sueños: la envidia palidece, el puñal busca su espalda, el esbirro espía, el carcelero coge las llaves y el tirano firma la sentencia de muerte. De ese modo la humanidad ha mutilado, en todos los tiempos, sus mejores miembros.

PROBLEMAS MORALES Y EL MUNDO EN QUE VIVIMOS

Para situar algunos de los problemas morales específicos y relevantes de la sociedad actual es necesario comprender el mundo en que vivimos. Desde un punto de vista totalizador, crítico, racional, abriendo las cuestiones de la verdad y la justicia, la libertad y la igualdad, apuntando a la solución de las cuestiones sociales y la perspectiva de los oprimidos, cabe preguntarse: ¿en qué mundo vivimos?

CAPITALISMO BUROCRATICO

1) Un mundo regido por poderes, opresiones, jerarquías en las relaciones entre dirigentes y ejecutantes, con un modo de explotación característico de una sociedad capitalista: -donde los trabajadores que producen la riqueza material son explotados (obreros, campesinos): el excedente que producen (todo aquello que va más allá de lo necesario para sobrevivir) es apropiado y privatizado por los que detentan el poder; -donde el poder se centraliza en unos cuantos (empresarios, burócratas, políticos, gobernantes), los cuales concentran las riquezas, deciden y diponen de la vida económica, política y cultural; -donde se instauran y mantienen desigualdades de manera estruc¬tural: toda sociedad de este tipo se encuentra dividida y polarizada internamente en dos grupos sociales, con intereses contrapuestos: por un lado, concentrando el poder y las rique¬zas, el grupo dirigente formado por los grandes empresarios y comerciantes, la burocracia dominante y los banqueros; por el otro, los ejecutantes explotados y enajenados: los campesinos, obreros y trabajadores subalternos; a nivel internacional, la división social se manifiesta en las relaciones de subordinación y dominio que existen entre los países semicolonizados, depen¬dientes y pobres, por un lado, y por el otro, los países ricos, expoliadores e imperialistas.

EL MITO DEL DESARROLLO

2) Un mundo que busca el crecimiento ilimitado de la producción, la producción por la producción, en el que al mismo tiempo que se acumulan riquezas y poder se expande la producción sin importar la degradación del hombre o de la Naturaleza; un mundo uniformado y regido por una falaz y deshumanizadora “racionalidad económica”, que ha convertido a la Razón en un instrumento para dominar y someter a la Naturaleza, que matematiza (convierte en números) productos, costos, seres humanos buscando la optimiza¬ción de resultados (los mayores beneficios económicos para los grupos dominantes), sin considerar a los hombres (como producto¬res enajenados o manipulados consumidores de chatarras), sin tomar en cuenta los valores de uso (armas, productos inservibles y no duraderos, etc.), o los efectos contaminantes, etc. Una realidad social que sacrifica vidas humanas y recursos naturales a su dios sanguinario, a su Mito bárbaro: el Desarrollo y el Progreso económico.

INSTITUCIONES HETERONOMAS Y BUROCRATICAS

3) Un mundo de instituciones heterónomas, burocráticas y ajenas que manipulan y controlan la satisfacción de necesidades (ali¬mentación, educación, salud, transporte, etc.), promoviendo la dependencia de sociedades y ciudadanos -atentando contra la autosuficiencia material y espiritual, es decir, la capacidad autónoma de proveerse de alimentos, energía, educación, ideas, etc. Donde se establecen jerarquías que implican relaciones de dominio, opresión, discriminación y de irracional e impuesto autoritarismo -desde la familia, hasta el gobierno, desde la escuela hasta el trabajo.

POLITICA Y DEMOCRACIA ENAJENADA

4) Un mundo donde lo político se ha convertido en una institución heterónoma y enajenada: el aparato estatal, ajeno al control social, que produce y reproduce desigualdades, relaciones de explotación y de opresión; un mundo que ha reducido la democracia al hecho de votar (cada determinado número de años) por represen¬tantes que se apropian de las iniciativas y de las decisiones colectivas, que convierten los asuntos públicos en cuestiones de beneficio privado o que manipulan la opinión pública para mante¬nerse en el poder -a una democracia que no cuestiona las des¬igualdades y los privilegios porque en los hechos está supeditada a las oligarquías económicas (4).

LOS SISTEMAS URBANOS-INDUSTRIALES

5) Un mundo que ha desarrollado sistemas urbano-industriales que explotan el sector rural y degradan sin consideración alguna a la Naturaleza, condenando a las mayorías a vivir en macrópolis contaminadas, cada vez más riesgosas y con mayores carencias. “Uno de los efectos perversos de las urbanizaciones demasiado rápidas es que una sola ciudad, la capital, domina a todo un país, drenando todo el comercio interior y exterior.” Manila (macrópolis capital de Filipinas) concentra el 60% de las indus¬trias, pero también el mayor número de subempleados y desem¬pleados; la ciudad de México es un cáncer del país ya que concentra el 52% de la producción industrial y el 54% de los servicios (lo que equivale al 44% del PNB nacional).

VIDAS ENAJENADAS

6) Un mundo de ciudadanos pasivos y sujetos a relaciones jerár¬quicas, explotados en sus trabajos heterónomos y manipulados por publicistas o propagandistas, consumistas de chatarras y depen¬dientes de instituciones burocráticas (tanto para alimentarse, como para educarse, divertirse, etc.), con vidas privatizadas y enajenadas, es decir, dedicadas a comer-trabajar-descansar y ver TV-comer-trabajar, etc. -vidas ajenas a lo público, al saber y la cultura, al pensamiento y a la vida autónomas (6).

CONSECUENCIAS

¿Cuáles han sido los efectos de un mundo organizado de esa manera? Al parecer, el modelo de realidad social que padecemos a escala mundial está topando con sus límites al ampliar y profun¬dizar las crisis fundamentales del mundo moderno:

1) La crisis de la condición humana, y 2) la crisis ecológica.

CRISIS ECOLOGICA

La crisis ecológica, a diferencia de la crisis de la condi¬ción humana que sólo afecta a ciertos sectores sociales, afecta a todo el planeta y a los seres que lo habitan. De hecho, la con¬tradicción entre la Naturaleza y una sociedad dominada por un capitalismo burocrático, industrial y urbano, desarrollista y consumista, se ha convertido en una amenaza real sobre todos los miembros de la especie humana. De seguir los ritmos de producción y consumo actuales se aproxima -ya está sobre noso¬tros- una gran catástrofe, que puede empezar por una crisis de energéticos, de recursos alimenticios o por la contaminación del medio ambiente (calentamiento global del mundo, desechos radioac¬tivos, etc.). Los recursos del planeta no son suficientes para que todos consuman como el 20% de norteamericanos y europeos privilegiados. Es posible que el petróleo se termine el próximo siglo, siendo patrimonio de la humanidad, aunque esté en manos de los monopolios de los ricos y poderosos que no piensan más allá de las ganancias inmediatas. El agujero en la capa de ozono ya tiene consecuencias, que pueden agravarse todavía más, en el aumento significativo del cáncer en algunos países. La contaminación atmosférica no podrá ser detenida mien¬tras no se cierren las industrias contaminantes o se les impongan costosas medidas anticontaminantes (que para los empresarios son irracionales e inconvenientes) y no se modifique radicalmente el sistema de transporte privilegiando lo colectivo sobre el auto particular, ya que todas las medidas parciales resultan contra¬producentes y agravan el problema (se

...