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Trabajo De Ecuasiones


Enviado por   •  8 de Agosto de 2014  •  956 Palabras (4 Páginas)  •  230 Visitas

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hay un dolor humano que no sea mi dolor;

ya ningunos ojos lloran, ya ningún alma se angustia

sin que yo me angustie y llore;

ya mi corazón es lámpara fiel de todas las vigilias,

¡oh Cristo!

»En vano busco en los hondos escondrijos de mí ser

para encontrar algún odio: nadie puede herirme ya

sino de piedad y amor. Todos son yo, yo soy todos,

¡oh Cristo!

» ¡Qué importan males o bienes! Para mí todos son bienes.

El rosal no tiene espinas: para mí sólo da rosas.

¿Rosas de Pasión? ¡Qué importa! Rosas de celeste esencia,

purpúreas como la sangre que vertiste por nosotros,

¡oh Cristo!»

No lo sé

Crepitan ya las velas en la ría;

Tú, ¿por qué no te embarcas, alma mía?

—Porque Dios no lo quiere todavía.

—Mira: piadosamente las estrellas

Nos envían sus trémulas centellas...

— ¡Bien quisiera vestirme toda de ellas!

—Tú amiga, la más tierna, ya se fue.

Los que te aman se van tras ella; ¿qué

Vas a hacer tú tan sola?

—No lo sé.

Perlas negras VI

Rindió me al fin el batallar continuo

De la vida social; en la contienda,

Envidiaba la dicha del beduino

Que mora en libertad bajo su tienda.

Huí del mundo a mi dolor extraño,

Llevaba el corazón triste y enfermo,

Y busqué, como Pablo el Ermitaño,

La inalterable soledad del yermo. Allí moro, allí canto, de la vista

Del hombre huyendo, para el goce muerto,

Y bien puedo decir, como el Bautista:

¡Soy la voz del que clama en el desierto!

Pero te amo

Yo no sé nada de la vida,

Yo no sé nada del destino,

Yo no sé nada de la muerte;

¡Pero te amo!

Según la buena lógica, tú eres luz extinguida;

Mi devoción es loca, mi culto, desatino,

Y hay una insensatez infinita en quererte;

¡Pero te amo!

COBARDIA

Pasó con su madre. ¡Qué rara belleza!

¡Qué rubios cabellos de trigo garzul!

¡Qué ritmo en el paso! ¡Qué innata realeza

de porte! ¡Qué formas bajo el fino tul...!

Pasó con su madre. Volvió la cabeza:

¡me clavó muy hondo su mirada azul!

Quedé como en éxtasis... Con febril premura,

« ¡Síguela!», gritaron cuerpo y alma al par.

...Pero tuve miedo de amar con locura,

de abrir mis heridas, que suelen sangrar,

¡y no obstante toda mi sed de ternura,

cerrando los ojos, la dejé pasar!

DEIDAD

Como duerme la chispa en el guijarro

y la estatua en el barro,

en ti duerme la divinidad.

Tan sólo en un dolor constante y fuerte

al choque, brota de la piedra inerte

el relámpago de la deidad.

No te quejes, por tanto, del destino,

pues lo que en tu interior hay de divino

sólo surge merced a él.

Soporta, si es posible, sonriendo,

la vida que el artista va esculpiendo,

el duro choque del cincel.

¿Qué importan para ti las horas malas,

si cada hora en tus nacientes alas

pone una pluma bella más?

Ya verás al cóndor en plena

...

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