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Utopia De Tom,as Moro

Marky10 de Diciembre de 2013

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FILOSOFIA DEL DERECHO

Introducción

Podemos apreciar que desde muy niño Tomas Moro aspiraba la grandeza en lo que a humanidad se refiere; esta influencia fue adquirida por el trato que tuvo con el conaller John Morton, (Padre) el cual dejo marcado con una profunda y definitiva influencia para toda su vida; pero aquí hemos hablado únicamente de cuando Tomas contaba con tan solo ocho años; es ahí donde inicia todo…

Bibliografía

Utopía, Tomas Moro, Editorial Porrúa México

Índice

Pág. 2----- Libro Primero

Pág. 19---- Libro Segundo

Pág. 21---- De las ciudades especialmente de Amaurota

Pág. 25---- De los Oficios

Pág. 28---- De las mutuas relaciones

Pág. 30---- De los viajes de los utópicos

Pág. 34---- De los esclavos

Pág. 37---- Del arte de guerrear

Pág. 41---- Las religiones de los utópicos

Pág. 48---- Conclusión

DISCURSO DEL VARON EXCELSO RAFAEL HITLODEO, RESPECTO A LA MEJOR DE LAS REPUBLICAS POR EL MUY ILUSTRE TOMAS MORO, CIUDADANO Y VICE-SHERIFF DE LA RENOMBRADA CIUDAD DE LONDRES EN LA GRAN BRETAÑA.

LIBRO PRIMERO

Podemos apreciar que desde muy niño Tomas aspiraba la grandeza en lo que a humanidad se refiere; esta influencia fue adquirida por el trato que tuvo con el conaller John Morton, el (Padre) cual dejo marcado con una profunda y definitiva influencia para toda su vida; pero aquí hemos hablado únicamente de cuando Tomas contaba con tan solo ocho años.

Hacia 1492 cuando Colon abre el camino de América el mozo Tomas va con sus quince años a estudiar a Oxford, ahí empieza realmente su vida intelectual y su contacto con el movimiento que habría de transformar a la Inglaterra medieval, en la del Renacimiento y la Reforma; es muy importante mencionar el florecimiento de los estudios del Griego y del latin, lengua que dominaba a la perfección Tomas al salir de Oxford.

A ellas y al mundo de la cultura clásica que abren, se sumará el estudio de la tecnología y la constante lectura de la biblia; tres pilares sobre los que se apoya la salida y bien equilibrada mente de Moro. El cuarto será el Derecho.

No eran las humanidades clásicas lo que John Moro pensaba para su hijo; sino el Derecho. Por ende lo envía primero a Neww Inn y luego a Lincoln´s Inn desde 1500 se graduó de abogado, pero, no eran las leyes la pasión de Tomas, sino el humanismo.

Para este fue capital su amistad con Erasmo, bien sabido es que la obra que ha hecho famoso a Erasmo hasta nuestros días es : El Elogio de la Locura o de la estulticia, esta dedicada a Moro y que fue ideada pensando en él. Aparejada con su actividad de Abogado, Moro ejerce la docencia en Furmual´s Inn donde una serie de conferencias sobre la ciudad de Dios de San Agustín.

A sus 26 años en 1504, se le encuentra en el parlamento donde con vigor ataca la rapacidad de Enrique VII. Tal acto le acarrea una multa de 100 libras y la prisión en la torre de Londres hasta que pagara su multa.

También lo lleva a encerrarse en su casa cerca de la cartuja y a pensar enserio meterse cartujo;(orden religiosa). Por fortuna conto con amigos que lo disuaden y lo llevan a un solido ideal de la religión y de sus deberes pero fuera del claustro, a la par que hacen nacer en él la pasión por las humanidades.

Entre los amigos antes mencionados se enlistan: su antiguo maestro en Oxford, el humanista Thomas Linacre, Willam Grocyn y el erasmista John Colet.

Durante este periodo de su vida, la influencia decisiva es la de este último, lo es tan decisiva que por el consejo del propio Colet de la mano definitivamente a sus propósitos monásticos y se encamina al matrimonio.

En 1505 se casa con Jane, con ella vivirá seis felices años en los cuales Jane dio cuatro hijos.

Precisamente a Erasmo, debemos la visión del hogar de Tomas Moro cuando lo visito en 1505 y 1510, pero su hogar se deshace a los seis años de casado por la muerte de su mujer; pero sin que ello implique olvido de su Amada Jane, al mes de haber enviudado, contrae matrimonio con Alicia Middlenton, una viuda de 7 años mayor que él.

Son años en los que dedica viajes a Paris y Lovaina, a sus estudios de Jurisprudencia y a varias traducciones: las obras de Paco de la Mirandola y la de los Decalogos de Luciano de Samosata.

Al accedor Enrique VIII al trono en 1509, Moro vuelve a la vida pública, de la que lo había desterrado el difunto padre del nuevo Monarca. Se le nombra “Bencher” de su colegio y luego “Under Sheriff” o alguacil de Londres.

En este tiempo Londres y Amberes sufrieron un desalabro económico, para lo cual Enrique VIII envía una embajada a Flandes. Los mercaderes Londinenses piden estar representados en ella por Tomas Moro. Así va este a su primer Embajada.

Tal fue el éxito de su Embajada que tanto el Rey como su conaller, piden a Moro que deje el ejercicio de su profesión para dedicarse de lleno a las cosas del Estado y de la política, Moro rehúsa y expondrá por boca de Hittodeo en el libro primero de su Utopía, las causas de su rechazo. Pero este no durara largo tiempo.

La Paradoja quiso que la corona se apoderase de un barco del Papa Surto en Southampton y que el legado papal escogiese precisamente a Moro como abogado. Su defensa fue tan efectiva que Enrique VIII lo pidió traer a su lado en la política. Y empieza así su ascendente carrera pública. Primero será Master of the requests en 1518 después miembro del ¨ Privy Counail¨. En 1521 accede a la baja nobleza o “gentry”, por lo que desde esa fecha hasta su muerte, se le llamará Sir Thomas, para cambiar siglos después en el Beato Tomas (1886) y finalmente, al ser canonizado por Pio XI en 1935 en Sant Thomas.

Pero bajémoslo de los altares de los que aun están lejos en 1521 para seguir su carrera en la tierra. En 1515 se le nombra Canaller del Ducado Laneaster. Años son esos de intimidad con el Rey con quien discurre de Astronomía, Geometría y Teología.

Siempre en ascenso su carrera, remplaza al cardenal Wolsey en el primerísimo puesto de Canciller del reino en 1529 fue el primer laico en llegar a tal cargo que antes de él había siempre estado en manos de eclesiásticos. En ese puesto se desempeño de tal forma que un buen día llego a no haber ningún asunto pendiente en la corte. Y Sir Thomas hizo constar en acta tan insólito caso.

En 1532 presento al rey su renuncia con pretexto de mala salud, la cual le fue aceptada y esta marcara el principio del ocaso de su carrera política.

Volvió a su vida encerrada como en los años de enemistad con Enrique VII. Rehusó asistir a la boda de Enrique VIII con Ana Bolena, con lo que se ha hecho encima la venganza real.

Hábilmente escapo a las acusaciones que el Rey le hizo.

Se le pregunto después, porque no apoyaba la postura del rey de la Santa sede. Contesto repitiendo las conversaciones que con Enrique VIII había tenido al respecto. Esto acelero su desgracia.

Esta se agrava al negarse Sir Thomas a prestar juramento al acta de sucesión, lo que implicaría abjurar la autoridad del Papa en materia Eclesiástica. Así el 17 de Abril de 1534 se le encierra por segunda vez en la torre de Londres, su ingenio y su donar no se marchitan entre los muros de la cárcel, en ella escribe algunas de sus mejores páginas.

Con el pretexto de que la prisión departía con su compañero de infortunio el cardenal John Fisher, se le pone en riguroso aislamiento y aun se le niega papel, pluma y tinta con que escribir.

El primero de Julio de 1535 empieza su proceso. En el latín del acta, larga y farragosa, brilla esmero el ingenio, la precisión y entereza de espíritu del futuro de Saint Thomas.

Una vez en el juicio y lleno de compasión por todos los componentes del tribunal, sonriente, con la misma sonrisa con que solía acompañar a la puerta a sus invitados hasta la puerta de su casa y aplacar las mas tormentosas disputas Filosóficas les dice: “Es mi esperanza y mi mas ferviente plegaria que vuestras señorías que han de esta manera concurrido a mi sentencia en la tierra me vuelvan a encontrar en el ciclo donde juntos estaremos alegres para siempre”.

A la semana casi de encobado el proceso, el día 6 se le condena a ser ahorcado, despanzurrado y descuartizado. Condena que el Rey conmuta para que sea simplemente decapitado. Al llegarle la noticia de la conmutación, Moro comenta con irónica sonrisa: “Dios guarde a mis amigos el perdón del Rey”.

El ingenio, buen humor y entereza, no lo abandonaban ni a las puertas mismas de la muerte.

Su cabeza fue luego expuesta en el puente de Londres, sus parvos bienes confiscados, su viuda desahuciada de su casa de Chelsea y despojada de lo que Moro le había legado.

Por toda su vida y la forma como encaro la muerte, Moro igualó muerte y vida con su pensamiento, tal como le exprese en la Utopía, cuyos habitantes reconocían un poder superior al del Estado, a saber el del hombre: “que aquel que no tenga otro temor más grande que el de la ley, que no pueda ser ciudadano de Utopía”.

Desde la república de Platón y más especialmente desde sus leyes el hombre frente a la realidad social, política y económica que los rodea busca otra ideal más justa, más humana, más vividera.

El libro primero, escrito en Londres es una crítica muy fuerte de la Inglaterra de su época en especial y de los demás países y sistemas políticos europeos en general. Moro no deja títere con cabeza. Su pluma ataca uno tras otro el despotismo de las monarquías, el servilismo de los cortesanos, la venalidad de los cargos públicos, la obsesión de las conquistas, el lujo y las injusticias

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