Violencia En El Noviazgo

Violencia en los noviazgos

Facultad de Estudios Superiores Acatlán

Psicología del Adolescente

Profa: Estela Uribe Franco

Alumno: Braulio Reynoso Javier

Grupo 1301

Durante las relaciones entre pares que llamamos “noviazgos” es posible la existencia, por diversas razones, de variadas formas de violencia. Numerosos estudios de corte sociológico (v.gr: Vázquez García y Castro; Maldonado) han mostrado la incidencia de este fenómeno entre los adolescentes, y es muy notorio que algunas de las razones por las cuales se dan estas conductas son causadas precisamente por las características psicológicas de este grupo de edad.

Verónica Vázquez García y Roberto Castro caracterizan tres tipos de violencia, de las cuales suelen estar presente al menos dos en cada acto de violencia: psicológica (agresiones contra la dignidad de la pareja, tales como insultos, humillaciones y burlas), física (atentados, o aún intentos de atentados, contra el cuerpo de la pareja) y sexual (cualquier coacción orientada a obligar a la pareja, especialmente a la mujer, a tener relaciones sexuales). Bajo otro criterio, referido no a la forma de violencia sino a quien es objeto de ella, los autores mencionados se refieren particularmente a la violencia de género, que es aquélla que se ejerce contra las mujeres por el mero hecho de ser mujeres. Lamentablemente, éste es el tipo de violencia más extendido, acaso por las características culturales de nuestro entorno, que muestran una mayor tolerancia ante las actitudes violentas del hombre que ante las de la mujer.

Evidentemente, las formas de violencia ejercidas contra la mujer en particular, y contra la pareja en general (pues si bien en las sociedades occidentales la mujer es más fácilmente objeto de maltrato que el hombre, no debe descartarse la posibilidad de casos inversos) son causados en gran medida por características psicológicas del agresor, y son perpetuados por características psicológicas de la víctima. Tales rasgos en uno y otro actor tienen un carácter ciertamente patológico.

Uno de los ejemplos de violencia psicológica es la prohibición que un sujeto le plantea a su pareja de tener contacto humano con cualquier otra persona, incluyendo amigos y familiares. Un deseo de exclusividad provoca esta forma de violencia, por lo que podemos verla como un subproducto de la inseguridad y la falta de autoestima, al igual que las agresiones físicas, con las cuales el agresor busca demostrar su poder y dominio sobre el otro.

Por parte de la víctima, por otro lado, se ha observado de manera muy recurrente que las ésta, por ser objeto de coerciones sociales muy fuertes, así como de limitaciones psicológicas personales igualmente definitorias, no denuncian a sus parejas cuando éstas obran violencia en su contra. En los casos de violencia de género ésto es muy marcado, pues se le hace creer a la mujer que ella debe tolerar las conductas criminales de su pareja. Por otro lado, como el estudio de Vázquez García y Castro muestra, algunas veces la indulgencia de la víctima agredida se debe a que ésta adolece de graves carencias emocionales, de tal suerte que siente que vale la pena perdonar a su pareja y permanecer con ella a pesar de las agresiones que ello implique para su persona.

Ahora bien, la sociedad misma también establece condiciones psicológicas favorables para la violencia de género, y para todo tipo de violencia en los noviazgos. Algunos caracteres culturales de la sociedad machista, por ejemplo, establecen un código doble de moral sexual, código que por su naturaleza ambivalente resulta defectuoso de origen, y provoca sufrimiento psicológico y violencia. Se trata del criterio según el cual los deseos sexuales del varón son más legítimos que los de la mujer, así que

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