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Ética De Nietzsche


Enviado por   •  16 de Abril de 2015  •  1.585 Palabras (7 Páginas)  •  153 Visitas

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La visión ética de Federico Nietzsche reside en la muerte de Dios, el nihilismo, el superhombre, el retorno eterno y la voluntad de poder.

La propuesta de Nietzsche tiene su inicio en la destrucción de la moral y de su crítica a la religión, que afirma rotundamente la muerte de Dios.

Nietzsche ve a la muerte de Dios como una gran posibilidad. Ahora el hombre puede crear libremente sus valores y proporcionarle sentido al mundo, sin necesidad de hacerlo de un modo encubierto y pretender que esos valores que él crea posee un tipo de apoyo y protección divina o trascendente.

El mundo y la vida carecen de sentido y la única verdad es el eterno retorno donde todo se repite un número infinito de veces. El mundo carece de sentido y no existe un ideal al cual aspirar. La vida no puede enfocarse como progreso sino como un eterno presente que acontece y se repite. La vida es alegría, dolor, risa, llanto, fragilidad, fortaleza.

Superado el nihilismo, el hombre puede llegar a ser superhombre, convirtiéndose en un ser libre, al margen de las cadenas de la moral y la religión. Nietzsche, ataca duramente al cristianismo al que identifica como la moral de los débiles porque predica la dulzura, la misericordia y la caridad.

El mandato ético de Nietzsche sería: “Créate a ti mismo”, a partir del flujo de fuerzas, del caos e impulsos propios.

El superhombre inventa nuevos sentidos para las cosas, decide lo que quiere ser y lo que quiere que el mundo sea. Vive a la intemperie y no está sujeto a nada. El superhombre siente con intensidad, pero sus pasiones están frenadas y reprimidas por la razón.

Una sociedad nihilista es una sociedad que se caracteriza por el escepticismo y la incredulidad frente a todas las cosas. Los valores son rechazados y todo lo preestablecido toma un carácter de dogma. Todo es refutable, todo es relativo y todo es discutible.

Nos afecta actualmente porque se deja de creer en menos cosas, se ha perdido las tradiciones, costumbres y ritos.

Las religiones van perdiendo su función para convertirse en disciplinas fuertemente cuestionadas, y en muchos casos, cumpliendo un rol muy parecido al de una gran empresa , lejos de significar algo más moralizante que aquello.

Se muestra la decadencia de las tradicionales religiones y la pérdida de los valores que hasta ahora siempre se habían sostenido. No se cree en nada, no se valora nada y los hombres viven desorientados.

La gente ha perdido la fe en todas las cosas, no simplemente en un ser superior o Dios. No confían en sus familias, amigos, en nadie. Las personas se sienten solas y desorientadas. Antes se apoyaban en la religiosidad, pero ahora no, cada uno hace lo que quiere sin importar el bienestar de los demás.

Lugar en la teoría ética contemporánea[editar]

Nietzsche aborda la ética desde diferentes perspectivas. En términos de hoy en día, podemos decir que sus obras tocan los ámbitos de la metaética, la ética normativa, y laética descriptiva.

En lo referente a la metaética, Nietzsche puede ser clasificado quizá como un escéptico moral. Esto es en la medida en que afirma que todas las sentencias éticas son falsas, porque cualquier tipo de correspondencia entre sentencias morales y hechos es ilusoria y mendaz. Esta afirmación forma parte de aquella otra más general según la cual no existe una verdad universal, pues ninguna corresponde a la realidad más que de una forma aparente. En realidad, las afirmaciones éticas, como todas las afirmaciones, son meras interpretaciones como mínimo siempre parciales sobrepuestas a la realidad, fundamentalmente ininterpretable.

A veces, Nietzsche puede parecer tener opiniones muy definidas en lo que es moral e inmoral. Hay que notar, no obstante, que las opiniones morales de Nietzsche se pueden explicar sin atribuirle la afirmación de que son ciertas. Según Nietzsche, no necesitamos descartar una afirmación simplemente porque sea falsa. Al contrario, a menudo afirma que la falsedad es esencial para la vida. Curiosamente, en sus discusiones figuradas con Wagner en El caso Wagner menciona la mentira deshonesta, como opuesta a lamentira honesta. Posteriormente menciona a Platón como referente sobre ésta última. Esto debería dar una idea de los múltiples niveles interpretativos de su obra, a menudo aparentemente paradójicos si no se toman las debidas cautelas hermenéuticas.

En la disyuntiva entre ética normativa y ética descriptiva distingue entre la moral de señor y la moral de esclavo. Aunque reconoce que es muy difícil encontrar un ejemplo real de alguien que mantenga una u otra moral pura sin algún tipo de yuxtaposición (de hecho era consciente de estar haciendo historia al vislumbrar «genealógicamente» esta distinción), las presenta, a lo largo de la historia y actualmente en tanto que pulsiones humanas atemporales, una en contraste de la otra. Algunos de estos contrastes de una moral frente a la otra son:

• Interpretación

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