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Crisis De Mexico 1970 1982

Cuau191 de Diciembre de 2013

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La Etapa de Crisis 1970- 1982

Introducción

En el análisis de cada problema económico, siempre se encuentran no una, si no varias causas que propician una crisis o en su defecto una inestabilidad económica, que da como resultado un desequilibrio que afecta tanto la Macroeconomía como la Microeconomía de una región o país. Haciendo una delimitación de tiempo y espacio, este trabajo se enfoca a analizar la economía de México como país, dentro de sus fronteras, a lo largo y ancho del territorio nacional en el periodo comprendido de 1970 a 1982. Se hará un análisis de las causas económicas, políticas, sociales, etc., que llevaron a este país a una crisis que marco la historia económica de México. Es evidente que se tiene que voltear hacia el pasado, para determinar los antecedentes que orillaron al país a esta crisis.

Antecedentes

Al terminar, en 1970, la época marcada por muchos economistas, el periodo del Desarrollo Estabilizador (periodo comprendido de 1954 a 1970), que fue sin duda la época dorada en el crecimiento y desarrollo para México, se tienen dos aristas una de ellas es el reflejo que tiene el país ante los ojos del mundo y era visto como un país con un crecimiento económico sostenible, donde los indicadores macroeconómicos daban el reflejo de un país cercano al desarrollo. Con casi dos décadas de inflación con menos de 3% anual, tipo de cambio estable, crecimiento del PIB arriba del 6%, una moneda solida. A raíz de esto le fueron otorgados los Juegos Olímpicos, primer país en vías de desarrollo que le daban esta concesión.

En este periodo disminuye de manera significativa la importancia relativa de las actividades primarias. La productividad por hombre ocupado, como resultado de los cambios en la estructura de la producción en una creciente industria, guiada en todo momento por un Estado Rector de la Economía. En términos generales México como país, al término de Desarrollo Estabilizador era visto como un país que pronto se incorporaría a niveles de primer mundo.

Sin embargo la otra arista y que estaba oculta, reflejaba una incongruencia muy marcada, por diversos factores y era que la producción de bienes y de servicios básicos, necesarios para la marcha de la economía, se estancaba o crecía a un ritmo cada vez menor. Los desempleados se acumulaban rápidamente y la satisfacción de las necesidades de servicios educativos, medios, sanitarios y de vivienda no satisfacían la demanda generada. El movimiento estudiantil de 1968 advertía la necesidad del cambio en el terreno político.

Por el lado de la industria mexicana le demando al gobierno el mantenimiento de aranceles proteccionistas y controles cuantitativos a la importación que además de excesivos prolongamientos motivaron que el empresario viera en la protección y el mercado cautivo, su función empresarial, independientemente del costo de calidad de los productos que proporcionaba al consumidor. La ISI desempeño de 1940 a 1970 gran desempeño en el país con un papel estratégico en el proceso de crecimiento económico, siendo este un factor dinámico de crecimiento industrial, pero el modelo en 1970 mostraba claros signos de debilitamiento por diversos factores, ya que dependía de las importaciones de materias primas y una evolución que nunca se dio, es decir de pasar a producir bienes de capital que es la tercera fase de este modelo económico. En materia política, estuvo durante muchos años orientada de modo artificial a reducir los riesgos y asegurar las tasas de ganancia y de esa expansión de vía estrecha. Sustentada en buena medida en la forzosa estabilidad tributaria y de los precios relativos clave, que resaltaba insostenible a largo plazo.

Esta parte de la arista nos deja ver varios factores como son los rezagos en la atención de los servicios sociales, el reclamo democrático, la concentración de la propiedad de los medios de producción, la penetración del capital extranjero, la insuficiente producción agropecuaria, la ineficiencia industrial, el desempleo y el subempleo, la represión, los problemas de la balanza de pagos y el debilitamiento fiscal de Estado.

Luis Echeverría Álvarez: 1970-1976.

Las necesidades del régimen priísta con Echeverría. Al tomar Luis Echeverría Álvarez posesión como presidente de la república, las debilidades y fallas del régimen ya eran manifiestas. En el ámbito político, con la crisis de 1968, el gobierno había perdido su base de legitimidad tanto al interior como al exterior, pues la estabilidad socio-política de la que México había gozado se desvanecía. En el aspecto económico, el modelo de desarrollo basado en el mercado interno mediante la sustitución de importaciones había llegado a su límite, y por el contrario, empezaba su declinación.

Este intento por reanimar a la Revolución Mexicana tuvo sus manifestaciones al interior a través de políticas populistas, y al exterior con un nuevo intento por diversificar los contactos al exterior e incrementar la presencia en foros multilaterales.

El ambiente político de inicios de la década de los setenta era tenso, y grupos que hasta ese entonces asentían junto con el gobierno dejaron de hacerlo, en específico el de los empresarios y los obreros encabezados por

Fidel Velázquez. La difícil situación económica del país produjo que las pequeñas y medianas empresas quebraran y que el mercado se concentrara aún más en manos de unos cuantos empresarios. Este grupo de empresarios, encabezado por el llamado Grupo Monterrey, logró cohesionarse e intentó ineficazmente presionar al gobierno para que limitara sus impulsos populistas, mismos que habían producido un déficit en la balanza de pagos por el excesivo gasto público en 1975, cuatro veces mayor que el de 1971

Ante la creciente inflación, no se hicieron esperar las manifestaciones obreras, que bajo el mando de Fidel Velázquez y la Confederación de

Trabajadores Mexicanos (CTM), amenazaron con una huelga nacional.

Empresarios y obreros se confrontan y éstos a su vez chocan con el gobierno.

Ambos grupos demandaban al gobierno beneficios propios y el gobierno ya no es capaz de cumplir con los dos. Desde el sexenio de Ruiz Cortines este tipo de manifestaciones se venían presentando, el gobierno no había aplicado políticas económicas adecuadas y se orillaba al país a hacer frente a una inaplazable y severa crisis económica con altos costos sociales. Crecimiento económico y condiciones sociales dignas se presentan como dos corrientes contrarias imposibles de conciliar para el estado mexicano.

En el exterior, el intento de Díaz Ordaz por concentrar las relaciones con los vecinos inmediatos al Norte y al Sur terminó siendo improductiva.

Económicamente el Sur no ofrecía mucho y el Norte mostraba poco interés por los problemas de sus vecinos. Con Centroamérica, las exportaciones se triplicaron y las importaciones se quintuplicaron, pero sólo representaron el 0.18% y el 0.11% respectivamente del total de México. Con EEUU, la creencia de que México gozaba de una relación especial era un espejismo. La intención mostrada por EEUU poniendo en marcha la Operación Interceptación en septiembre de 1969, y la sobre-tasa del 10% a las importaciones hechas a EEUU en 1971, manifiestan una vuelta del vecino del norte hacia políticas unilaterales.

Las cuestiones anteriores, conforme pasaba el tiempo, fueron obligando a que el diseño de la política exterior se adaptara a necesidades urgentes que propiciaron que la imagen de México hacia el exterior fuera ambigua.

Inicialmente el proyecto de Echeverría era el de promocionar el comercio exterior, en específico con los EEUU. El poco interés de Washington por México, y por toda América Latina en general, provocó que los objetivos en política exterior tuvieran que cambiar urgentemente con el fin de ampliar los horizontes comerciales de México y disminuir la dependencia a un solo país.

Con esto iniciaba la etapa de la política exterior de México que se caracterizará por la diversificación y el tercermundismo. Diversificación y tercermundismo.

El activismo echeverrista inició en 1972 cuando visitó Chile. Su viaje tenía dos propósitos: (1) entablar contacto con el gobierno de Salvador Allende y (2) participar en la III Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD). El deseo de acercamiento con el régimen de Allende cumplía con la necesidad del gobierno de México de legitimarse al interior demostrando su apoyo a los gobiernos latinoamericanos progresistas, de la misma manera que venía ocurriendo con Cuba desde 1959, y con la diferencia de que ahora no estaba dirigido únicamente hacia los grupos de izquierda, sino a un sector más amplio de la población que disentía con el gobierno por lo sucedido en 1968.

En relación a la participación de Echeverría en la UNCTAD, esto obedece a su intención de diversificar las relaciones comerciales con el exterior, acercándose a países que compartían la problemática de México relativa a su subdesarrollo. Dicho activismo mexicano llegaría a su culminación en 1974, cuando Echeverría propondría la Carta de Derechos y Deberes Económicos de los Estados (CDDEE) ante la Asamblea General de la ONU, misma que enmarcaría los propósitos y daría rumbo a la nueva política exterior de México.

La CDDEE buscaba reglamentar el Nuevo Orden Económico Internacional que los países del tercer mundo, después llamados Grupo de los 77, promovieron desde 1964 durante la Primera Reunión de la UNCTAD. Esta carta enfatizó la existencia de ciertas obligaciones y derechos de los estados,

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