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El resurgimiento del populismo y su crisis 1970-1982


Enviado por   •  4 de Noviembre de 2022  •  Apuntes  •  2.151 Palabras (9 Páginas)  •  1.407 Visitas

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El resurgimiento del populismo y su crisis 1970-1982

El fin del desarrollo estabilizador                                                                                                                                 Los años sesenta fueron testigos del llamado “milagro mexicano”, el cual significó el crecimiento y estabilidad económica. Dicha situación promovió el incremento de una clase media y alta integrada por ciertos sectores profesionales y burócratas, comerciantes industriales, empresarios, políticos y políticos-empresarios. A partir de entonces fueron estos sectores los que enmarcaron el México moderno: urbano, progresista e industrial que gozaba las ventajas de la expansión de las comunicaciones y de los servicios educativos. Fueron estos grupos quienes gozaron de la posibilidad de adquirir casa propia, coches entre otras cosas, era un hecho que al menos para las clases medias el país había alcanzado un grado de modernidad.                                                                                                                         Hacia finales de la década de los sesenta, el sistema capitalista internacional comenzó a mostrar síntomas claros de una crisis económica profunda. El desempleo crecía cada vez más y la solución de las demandas de servicios educativos, médicos, sanitarios y de vivienda tenía un retraso de muchos años. Además el desarrollo de las carreteras era insuficiente para incorporar a la vida productiva del país a vastas zonas rurales, y el marasmo de los ferrocarriles obstaculizaba el tráfico rápido y eficiente entre las células económicas ya establecidas. Ya en los últimos años de los sesenta, pero de manera muy evidente en 1970, se llegó a la conclusión de que el modelo de desarrollo no daría los resultados esperados, particularmente en lo que se refiere a la calidad de vida de las mayorías populares. Al mismo tiempo la desigual concentración del ingreso ponía en riesgo el éxito obtenido al lograr un crecimiento económico rápido y sostenido.

Los años que corrieron de 1970 a 1976 estuvieron bajo el mandato de Luis Echeverría Álvarez, quien deseaba hacer grandes cambios estructurales, se interesó por la justicia social y también prometió el retorno de la Revolución mexicana y del cardenismo para erradicar los defectos políticos y económicos del modelo de desarrollo estabilizador. El gobierno de Echeverría Álvarez en el año de 1970 se encontró en medio de una crisis política. Una de las primeras acciones que demostraron la incapacidad del gobierno para negociar con la disidencia fue un suceso conocido como “el halconazo,” pues el 10 de julio de 1971, una manifestación estudiantil fue reprimida.

Echeverría anunció un proyecto económico reformista que pretendía corregir los defectos del modelo de desarrollo estabilizador, el cual según decía, no solo había sido capaz de lograr justicia social, sino que, por el contrario, había creado una aguda concentración del ingreso en altas capas de la sociedad, acentuado con ellos las desigualdades, el cual debía estar concentrado por tres elementos: a) el estado; b) los empresarios nacionalistas; y c) los sectores populares. Se aceptaba el capital foráneo a condición de que fuera complementario a la parte del capital mexicano que debía ser la mayoritaria y fundamental. Para lograr una estabilidad política sin echar mano del autoritarismo, en junio de 1971 Echeverría creó la Comisión Nacional Tripartita en la que en la que se encontraban representados empresarios, dirigentes obreros y miembros del gobierno. El organismo estaba dedicado a institucionalizar el pacto social y conciliar los intereses de industriales y obreros de acuerdo con los proyectos gubernamentales.

Mientras que el desarrollo estabilizador se apoyaba en una estrecha alianza entre el estado y el sector privado, la política económica del gobierno de Luis Echeverría Álvarez (1970-1976) denominada desarrollo Compartido, necesitó de una coalición populista de obreros y campesinos, bajo la tutela de un Estado poderoso. Cuya esencia era demostrar las políticas económicas del cardenismo, es decir, la mayor intervención posible del estado en todas las ramas de la economía.

Al comenzar 1972, el gobierno decidió poner fin a la recesión aumentando el gasto público para que, al incrementar la demanda, se reactivara la producción y se generara una mayor oferta de empleo, como resultado la actividad económica se reanimó notablemente. Así, el comportamiento de la política económica en los dos primeros años ilustra lo que llegaría a ser una característica del sexenio echeverrista: la política de freno y arranque que habría de perjudicar la evolución de la economía mexicana, con una inflación creciente al tiempo que disminuía el poder adquisitivo del peso mexicano (Delgado, 2008, p. 466). Ante lo limitado del modelo de Desarrollo Estabilizador y de política de sustitución de importaciones, evidenciado en el desequilibrio de la balanza de importaciones y exportaciones y en el hecho de que los productos importados eran más baratos que los nacionales el gobierno de Echeverría intentó promover las exportaciones. Otras acciones para fomentar el crecimiento compartido fueron la aprobación de las leyes para reglamentar las actividades de las empresas extranjeras, el aumento del gasto público para la construcción de viviendas, escuelas y hospitales y el incremento del gasto dedicado a la educación y al crédito agrícola. Dentro de la política del desarrollo compartido estaban presentes las contradicciones que determinaron su fracaso. Así, mientras que el Banco de México restringió la emisión de la moneda y el crédito a fin de evitar el incremento de la inflación, la secretaría de Hacienda impulsó la expansión del gasto público, con el propósito de cumplir las metas del Estado benefactor.

A mediados de los años setenta el desarrollo estabilizador había llegado a su límite. La economía mostró signos de estancamiento. El desempleo aumentaba y los salarios bajaban junto con el poder adquisitivo. La agricultura estaba descapitalizada. Sobreprotegida y con una eficiencia limitada, la industria importaba materias primas y bienes de capital, afectando la balanza de pagos. Las ciudades no cesaban de crecer debido a una constante emigración rural y demandaban más infraestructura y servicios.

Auge petrolero y crisis

Para cuando el presidente Echeverría dejó el poder el desarrollo estabilizador se consideraba un modelo del pasado. El crecimiento económico se detuvo y concluyeron los milagros económicos. El Fondo Monetario Internacional (fmi) impuso condiciones al manejo de la economía mexicana, especialmente en lo concerniente al endeudamiento externo, para así poder dar su aval a los nuevos préstamos que México solicitaba. El endeudamiento que comenzó en los años setenta se convirtió en una sombra que acompañaría, en adelante a la economía mexicana. En 1977, con la confirmación de que el país poseía amplias reservas petroleras, regresó el optimismo para la economía mexicana: el petróleo se convirtió entonces en el eje de nuevos y ambiciosos planes de desarrollo industrial y agrícola. Durante la administración de José López Portillo (1976-1982) se generó un aumento sin precedente en los precios mundiales del petróleo así que el Gobierno aumentó la capacidad productora de pemex incrementando considerablemente la exportación de barriles, y vendiendo el petróleo para consumo interno, muy por debajo de los precios prevalecientes en el mercado mundial. A pesar del optimismo que generó el llamado Boom petrolero, la realidad era que México seguía siendo un país exportador de productos primarios y la industria mexicana era incapaz de competir en los mercados internacionales de manufactura. Se descubrieron nuevos yacimientos de petróleo en la zona del Golfo de México, solo faltaba convencer a la escéptica opinión pública internacional acerca de la dimensión real de esas reservas, lo cual se resolvió al demostrarse la capacidad potencial de México para la producción masiva. En poco tiempo, México se convirtió en un importante productor de hidrocarburos y logró que el valor de las exportaciones petroleras aumentara notablemente y con esto se diera un aumento de los ingresos, el cual permitió estabilizar la situación política interna e iniciar un ambicioso plan de desarrollo económico.

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