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Cuatro Pensadores Liberales Latinoamericanos

alderrasta19 de Enero de 2013

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Cuatro pensadores liberales latinoamericanos

Publicado por Letras en jun 19, 2012 en Articulos | 1 comentario

Por Rodrigo Quesada, historiador, catedrático jubilado de la Universidad Nacional de Costa Rica.

En una de las obras decisivas de los últimos cincuenta años en Alemania, el reconocido crítico literario Marcel Reich-Ranicki (Sieben Wegbereiter. Schriftsteller des zwansigsten Jahrhunderts (Stuttgart: Deutsche Verlags-Anstalt, 2003) hacía un recuento elegante, fluido y sumamente aleccionador sobre los que él llamaba “precursores” de la modernidad literaria en Occidente. En su libro denso y erudito Ranicki recoge ensayos sobre la obra y vida de siete grandes maestros de las letras alemanas, tales como Arthur Schnitzler, Thomas Mann, Alfred Döblin, Robert Musil, Franz Kafka, Kurt Tucholsky y Bertolt Brecht. Aparte de las extraordinarias enseñanzas que dejan en la consciencia del lector las obras de Ranicki, entre las que destacan su conocida y célebre autobiografía, el libro que mencionamos provoca toda clase de reflexiones, porque está investigado, reflexionado y escrito para pensar sobre el problema de la identidad nacional alemana, antes del ascenso de los nazis, y después de su derrota. Y sobre cómo se expresa todo ello en la creación artística e intelectual de esa nación.

Sin embargo, lo más llamativo del texto de Ranicki es la sutileza y respeto con que son abordados los autores que estudia. Para esta clase de crítica literaria, que recuerda los grandes trabajos de Edmund Wilson, Cowper Powys, Ciril Connolly, Lionel Trilling, Northrop Frye y T. S. Eliot, los paradigmas teóricos y estéticos con que están realizadas las obras analizadas son evaluados y pensados, si cabe el término, contra el telón de fondo, de la existencia misma de los autores, dejando por fuera, a cierta distancia, los prejuicios políticos, ideológicos, religiosos y culturales que hayan decantado su cotidianidad.

Por alguna extraña razón, tal vez de génesis histórica o cultural, entendido este concepto según su acepción antropológica más clásica, en América Latina, nos cuesta mucho hacer esta clase de reflexión literaria. Alguna gente ha hecho el peregrino esfuerzo por acostumbrarnos a mirar a los grandes escritores, artistas y pensadores latinoamericanos, según que el termómetro político suba o baje, de acuerdo con la intensidad de la temperatura que manifieste el esquema ideológico con el que se estudien sus obras. De esta forma encontramos, desde la izquierda, evaluaciones y estudios sobre la obra de Jorge Luis Borges y Octavio Paz, repletas de consignas y de centones sin pies ni cabeza. El liberalismo latinoamericano tiene una particularidad que no tiene el liberalismo radical europeo, y es su creencia en que la democracia es posible en el sistema capitalista. Esto caracteriza al liberalismo de hombres como Vargas Llosa, para quien una sociedad totalmente libre en América Latina, es inimaginable, pues, según él, nosotros somos incapaces de gobernarnos a nosotros mismos. Afirmaciones como éstas, deben pasar por el tamiz del análisis y la reflexión, como hace Ranicki en su libro, arriba mencionado.

A pesar de estas discretas discrepancias, el liberalismo latinoamericano ha hecho, en los últimos años, contribuciones importantes al pensamiento, al arte y a la reflexión sobre nuestras sociedades, que van más allá de las manidas y rituales recuperaciones documentales de algunos aspectos y héroes de nuestra historia. Tales recuperaciones no remontan su insulso universo litúrgico, porque se transfieren casi de inmediato al mundo de la política, y nos dejan con la sensación agridulce de que quienes escriben sobre la historia literaria latinoamericana, a veces se preocupan más por demostrar sus certezas ideológicas que sus verdaderos intereses académicos por el desarrollo cultural de nuestras naciones.

En un país pequeño como Costa Rica, donde la frivolidad, el jolgorio y la sinrazón, son los puntales sobre los que se sostienen algunas capillas literarias, más proclives a los comentarios de solapa, que a la lectura seria, disciplinada y sostenida, ciertos libros llegan, pasan y se van sin generar ni siquiera un triste y resignado adiós. Ni siquiera digamos el comentario más o menos provocativo de su lectura. Porque muchos en nuestro país, leen de oídas, es decir, leen y comentan el comentario del comentario del comentario….porque, o los libros son muy caros, eso se nos dice, o porque no llegan al país, lo cual es solo parcialmente cierto.

Por estos días han llegado a Costa Rica, a la Librería Internacional y a otras buenas librerías josefinas, propiedad de libreros extranjeros con una efectiva mentalidad empresarial, cuatro obras escritas por distinguidos pensadores latinoamericanos, sobre los cuales no se dice gran cosa, porque, o no se leen; me tienen sin cuidado; o las cosas que dicen me incomodan tanto que no me atrevo a opinar; o están escritas por escritores de derecha, proimperialistas, arrogantes y presumidos, que tienen muy poco que decirme: ¡a mí, que ya lo he leído todo y lo sé todo! Hay tan poca generosidad en esta clase de acercamiento a los autores latinoamericanos, que no debería sorprendernos la gran cantidad de basura europea y norteamericana que nos invade relativa a la cocina, el deporte, la tecnología, el sexo y otras materias que llenan la vacía cotidianidad de nuestros pobres ricos costarricenses.

Hoy quisiera invitar al lector nacional, cuidadoso, inquisitivo, aquel que toma notas, realiza apuntes, diseña esquemas, estudia, lee y relee sus libros para que se tome la molestia de conseguir a cuatro autores latinoamericanos, pensadores liberales, con muchas ideas, inquietudes y sugerencias, sobre las distintas y diversas formas de tratar con el problema literario en nuestra querida América Latina. Si de algo no se les puede acusar a ninguno de los cuatro es de frivolidad o superficialidad al momento de tratar los asuntos que les interesan. Veamos.

Carlos Granés: El puño invisible. Arte, revolución y un siglo de cambios culturales (Madrid: Taurus, 2011) 492 páginas.

El autor, colombiano, nacido en 1975, y ganador del III Premio Internacional de ensayo Isabel Polanco, nos ha regalado un texto de extraordinaria y excepcional importancia, porque se trata de un recorrido erudito, sumamente detallado y profundo del desarrollo de las ideas vinculadas con la revolución y las vanguardias a todo lo largo del siglo XX. Si alguien quiere conocer a fondo la evolución e impacto de las vanguardias revolucionarias, políticas y artísticas occidentales en un siglo repleto de rebeliones, dictadores, guerras, y violencia generalizada, este es el libro indicado. La forma en que Granés reconstruye esa trayectoria desde la perspectiva de la historia de las ideas y de la historia del arte, está llena de pistas, sugerencias y trucos metodológicos sumamente útiles. La relación entre utopías formuladas y utopías frustradas, tanto en la política como en el arte, abre un surco temático para continuar con la investigación que dará muy buenos resultados, estamos seguros.

Enrique Krauze: Redentores. Ideas y poder en América Latina (México: Debate, 2011), 583 páginas.

El conocido y respetado historiador mexicano, nacido en 1947, Enrique Krauze, ha hecho con este libro, una de las más destacadas contribuciones de los últimos veinte años a una mejor comprensión de nuestra parte, sobre el papel jugado por los “grandes hombres” en el desarrollo de la cultura y la civilización en América Latina. Se trata de un hermoso catálogo de redentores, profetas y revolucionarios latinoamericanos, cuyas ideas, acciones, sueños y esperanzas llenaron a generaciones de hombres y mujeres, en nuestros países, con la aspiración fallida a veces, y a medias cumplida, de que era posible un mundo mejor, en medio de una asfixiante y abrumadora pobreza, ignorancia y opresión.

Krauze, como buen liberal radical, teme que las utopías puedan ser, a la larga, motivo de frustraciones, amargura y violencia, para pueblos acostumbrados a ver en las dictaduras el punto de referencia ineludible de su cotidianidad. Pero aún así, Krauze propone un acercamiento a doce figuras de las artes, la literatura, la política y el gobierno para comprender un poco mejor, lo que está sucediendo hoy día en América Latina, en lo que compete a temas y problemas tan diversos como la educación, la creación artística, las promesas hechas a nuestros pueblos y las distintas formas y estilos de gobernar.

Acostumbrados a los eruditos y profundos estudios hechos por Krauze en otros momentos, sobre la historia de México, este libro presenta además un enjundioso, variado y polémico tratamiento de ideas y quehaceres, sin olvidar que se trata del punto de vista liberal, desde el cual, al menos en América Latina, las distintas expresiones y ejercicio de la democracia, tienen la prioridad en el análisis del autor. Sin jugar con el fácil cuestionamiento de profecías, liderazgos y realizaciones, Krauze nos propone un enfoque, discutible o no, pero válido por la seriedad de sus argumentos, de lo que ha sido hasta ahora la historia de América Latina, llena de avances y retrocesos, en la que los personalismos han jugado un papel vertebral.

Mario Vargas Llosa: La civilización del espectáculo (Madrid: Alfaguara. 2012), 226 páginas.

Rara vez Mario Vargas Llosa publica un texto ensayístico suyo sin que venga cargado de polémica, argumentos radicales y dogmáticos, que muchas veces lo hacen pensar a uno, si el humor cínico con el cual fueron originalmente concebidos, es de procedencia cierta o, como dice él mismo, nos estará tomando el pelo. Porque este nuevo libro, un listado resabido y resobado de temas y problemas más que manidos, tiene

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