Domiguez - Insurreción O Lealtad
laureano198830 de Septiembre de 2012
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Domínguez. Capítulo IX – La destrucción del orden político.
El 2 de Mayo de 1808 Carlos IV y Fernando abdico la Corona a favor de Napoleón. El pueblo de Madrid se levantó en armas contra las tropas francés. Empezó la guerra de Independencia contra los franceses.
Un Consejo de la Regencia fue reemplazado por la Junta Suprema Central en 1808. Un nuevo Consejo de Regencia establecido a comienzos de 1810 convocó a una reunión de las Cortes. Las Cortes se encargarían de la formulación y aprobación de la Constitución liberal de 1812. Las instituciones reconocieron a Fernando como rey legítimo de España, pero lo único que quedaba de España era lo que quedaba de América. Los franceses habían invadido virtualmente todo España, que gracias a su lealtad y sus recursos ésta pudo seguir luchando contra los franceses.
Se genera una crisis internacional e interna de primera magnitud: Sin embargo, todas las colonias juraron lealtad a los nuevos consejos provisionales o juntas de España.
Desde principios de Siglo XVIII, con la Guerra de Sucesión española, las colonias de América se habían vuelto más complejas e internamente diferenciadas. La conciencia de ciertos grupos de élite había aumentado como resultado de conflictos por el crecimiento económico y la modernización del gobierno. (Había llegado el momento de demostrar cuán poderosos eran estos grupos). Fácil era jurar lealtad al rey, más difícil era establecer quién o qué organismo gobernaría en nombre del rey. La competencia acomodable de élite se aprovechó del sistema, la movilidad étnica acomodable fue un cambio dentro del sistema: no del sistema, ni siquiera las protestas de resistencia al cambio implicaron uin desafío básico a la legitimidad política. La participación política perturbadora desafía la legitimidad del sistema, pero los participantes orientados hacia la tradición tratan de circunscribirla para el resto del orden político, social o económico quede congelado o cambie mínimamente. Las élites perturbadoras típicamente no prometen cmabios sociológicos más allá de la restauración de sus privilegios. Las élites perturbadoras que buscan la independencia promueven un cambio en la fuente de autoridad, de la metrópoli al estado de rciente independencia, pero la estructura de la autoridad política, social y económica del nuevo estado difiere poco de aquella de la colonia.
Las coaliciones de participantes políticos tradicionales permanecen mal integradas en sus metas, estructuras y medidas políticas. La perspectiva de los participantes no elitistas sigue siendo a corto plazo; una vez se aplca la rebelión, probablemente los participantes de clase baja se retiren de la política.
Innovación: existe una reclamación nueva, aunque sumamente limitada, que busca el reemplazo de cierto personal y ajustes muy limitados en la estructura de la autoridad, que pueden producir la independización formal de una potencia colonial.
Dos tipos de participación política perturbadora tradicional: La primera, resulta de la movilización política por un dirigente carismático que afirma ser el nuevo gobernante legítimo. La segunda, es la apropiación de la legitimidad sistemática por un solo grupo clave, que no había hecho antes tal afirmación. Si éstos fenómenos se difunden, el sistema político se desploma. La diferencia es que el grupo trata de apropiarse la legitimidad de manera nueva y distinta puede ser un antiguo y establecido grupo de élite que ha pasado por un cambio, o un grupo étnico que busca el poder, o un retoño de la élite que trata de establecerse como contraélite.
La toma del poder rompe la armonía del sistema político, porque pone de manifiesto la legitimidad especial de un componente político, en detrimiento de los demás.
La pretensión de las corporaciones controladas por los criollos habían planteado una pretensión especial de supremacía.. Las corporaciones controladas por españoles contraatacaron. La competencia entre criollos y españoles diempre había sido acomodable dentro del Imperio. La elite tradicional que luchaba por mejorar su posición era ya incontenible, y se volvió perturbadora.
Venezuela: El reto externamente originado tuvo consecuencias importantes que llevaron al sistema político a una perturbadora participación política. Lealtad y tradicionalismo dominaron las primeras respuestas de la élite a los desafíos externos. No toda participación fue leal. Los conspiradores buscaban la independencia, la remoción de las autoridades administrativas, judiciales, fiscales y militares, la abolición del monopolio del tabaco, la reducción o eliminación de una vasta gama de impuestos, un libre comercio exterior, igualdad civil para negros y del tributo indio, con compensasiones para los propietarios de escalvos. La base del gobierno legítimo había sido cuestionada. Criollos y españoles exigieron abiertamente legitimidad exclusiva para sí mismos.
La Junta Suprema de Caracas juró, una vez más, lealtad al rey Fernando VII, pero decidió gobernar la colonia por sí misma, mientras retornaba el rey.
El nuevo gobierno de Venezuela repudió explícitamente la autoridad del Consejo de Regencia en España, aunque juró su lealtad al rey Fernando VII. El gobierno venezolano apenas pudo aguardar para establecer el libre comercio, y lo hizo así por entusiasta recomendación del consulado.
Los criollos se adueñaron del poder en Venezuela a diferencia de Chile por diferentes razones. Tomaron en común la iniciativa de nacionalizar la toma de decisiones, pero hubo una base económica (dinamizados por el complejo escenario económico internacional que pluralizó el sistema político) mucho más sólida para esta decisión en Venezuela. Esto debilitó la autoridad central del gobierno haciendo surgir grupos nuevos con nuevas y autónomas bases de poder. El cabildo actuó como otra fuente autónoma de poder, coordinando los esfuerzos de la élite criolla y rechazando la legitimidad del Consejo de Regencia de España. Factores económicos tuvieron importancia en su decisión.
Las élites venezolanas actuaban a partir de sus fuentes pluralizadoras más modernas.
Chile: Las razones de la toma del poder de la élite criolla en Chile fueron casi exclusivamente políticas. El gobierno colonial chileno había respondido a su élite local. Esto se desplomó. En una reunión abierta del Cabildo de Santiago, el 18 de Septiembre de 1810, por no reconocer al nuevo gobernador, sino establecer una junta en Santiago, que gobernara Chile. Pero en 1810 no sólo se trataba de la deposición de un gobernador, sino también de la negativa a aceptar otro que había sido enviado de España.
El nuevo gobierno chileno, en contraste a Venezuela, dio su lealtad tanto al rey como al Consejo de Regencia durante su ausencia. No proclamó el libre comercio con los aliados de España y los neutrales para obtener ingresos sino hasta cinco meses después de establecida la junta.
Los criollos se adueñaron del poder por diferentes razones a la de Venezuela. Lo parecido con Venezuela es la iniciativa de nacionalizar la toma de decisiones, pero factores políticos fueron supremos en el primer y moderado rompimiento de Chile con la autoridad imperial. Su rompimiento con España fue tan limitado como era posible: trataban de asegurar que no se repitiera el episodio de García Carrasco y que participarían en la selección del gobernador. Aceptaron el Consejo de Regencia en España.
La élite chilena actuaba desde sus recursos tradicionales.
México: Dónde había prevalecido la centralización del gobierno, el Cabildo de México y otros órganos criollos compitieron por el poder dentro del sistema existente, pero se mostraton mucho menos dispuestos a romper con España que los grupos similares de las otras dos colonias. Las élites mexicanas en la capital de la Nueva España no actuaron en ausencia tanto de un poder tradicional como de uno moderno y disperso.
Los criollos eran distintos de los españoles porque habían nacido en América, y eran distintos de otros americanos porque jurídicamente eran blancos. Las medidas legales, políticas, sociales y económicas tendieron a convertir estratos de categorías en verdaderos grupos. Las guerras de independencia fueron acontecimiento específicos.
Hipótesis diversas, sobre cuestiones de presión:
Terriotio: Venezuela y Cuba
- Que en éstas zonas no hubo revuelta porque eran muy tradicionales y fueron relativamente poco afectadas por los cambios económicos o sociales.
- No se levantaron porque los criollos sentían un especial amor a España o a los españoles
- El asunto socioétnico no fue más destacado en estas zonas que en cualquiera otras.
Cuba: Cuba, como Venezuela y México, tenía un sistema étnico jerárquico que nunca había pasado por una confrontación racial. Pero sintió una guerra de razas en forma indirecta llevada por plantadores franceses inmigrantes llegados de Haití y alentada por un atemorizado grupos de plantadores de azúcar en Cuba. La élite criolla se aferró al statu quo: nada de élite dividida, nada de revuelta, nada de independencia. Los criollos cubanos no sólo tenían miedo a los negros, querían poco a los españoles. Muchos comerciantes españoles de Cuba se habían opuesto a las demandas de modernización de los plantadores. Cuando finalmente la modernización del comercio legó, por una vasta coalición de cubanos y españoles, plantadores y comerciantes, el conflicto entre cubanos y españoles simplemente se centró en otras cuestiones. Los criollos cubanos se opusieron sistemáticamente a los esfuerzos por modificar la estructura social
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