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ENSAYO DEL LIBRO PETROLEO COLOMBIANO GANANCIA GRINGA


Enviado por   •  29 de Marzo de 2013  •  2.658 Palabras (11 Páginas)  •  7.779 Visitas

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INTRODUCCION

Después de haber el leído el libro “Petróleo Colombiano Ganancia Gringa”, se ha despertado el interés por investigar los temas relacionados con la idea que desarrolla el autor Jorge Villegas y que desde el año 1971 se vienen tratando como reflexión literaria para estudiantes Universitarios en especial; con el propósito de que desde la misma lectura se forje un nacionalismo de cambio social y que marque el nacimiento de una consciencia con valores y principios hacia el bien común.

EL PODER DE LO PÚBLICO COMO BENEFICIO PARTICULAR

La expresión popular que uno de los países más ricos del mundo es Colombia, es muy cierta y valedera; pero de otro lado se escucha Colombia que país tan maravilloso, lastima sus gobernantes (su gente). Entonces, cuando se revisa el contexto debemos revisarnos directamente a nosotros mismos partiendo desde el ser humano. Lo que llama la atención es poder revisar la historia y lo imaginable es vuelve realidad. Quejas u opiniones dejadas en el Colombiano mes de agosto de 2011.

“Y tanto petróleo de que nos sirve si tenemos la gasolina más cara del mundo y todos los días sube más... Al menos sirve para mantener y financiar la corrupción... Que tristeza... De esas noticias pocos Colombianos se alegran...”

“Una política petrolera que se jacta de grandes inversiones, incalculable infraestructura y jugosas ganancias adolece de los más mínimos principios de verdadera responsabilidad social, como si fuera hecha a las espaldas del pueblo, “ignorando” su influencia directa en el componente del transporte de la canasta familiar, impactando directamente el bolsillo del ciudadano, tenga o no tenga vehículo propio. Además de “democratizar” sus acciones en condiciones difíciles de participar para el ciudadano del común, de un patrimonio público trabajado y sudado históricamente por todas nuestras generaciones, sometiéndolo sin ninguna prevención al agiotista mundo de las bolsas de valores, entregando una empresa del estado y todos sus beneficios anteriores al accionista, en condiciones que ninguna petrolera ofrece en el mercado. Cuando me arrimo a una gasolinera, vienen a mi memoria los planteamientos del libro “Petróleo colombiano, ganancia gringa” de Jorge Villegas… ¿Mejoramos o empeoramos?”

He investigado más afondo sobre los nuevos términos de la política petrolera y me encuentro el siguiente relato que conseguí en internet

“Colombia: Petróleo, guerra y paz

Una política petrolera nacional y redistributiva debe ser el resultado de un gran acuerdo político y social de los colombianos en el marco de un sólido proceso de paz

CÉSAR JEREZ

La posesión de hidrocarburos tiene un carácter estratégico en la geopolítica mundial actual. El petróleo se está agotando y el cambio tecnológico con energías alternativas está lejos todavía. El motor del imperio necesita petróleo. La tendencia es la de controlar las fuentes de recursos carboníferos, gasíferos y petrolíferos por parte de los grandes consumidores y las multinacionales del negocio energético, aplicando una perversa combinación de presiones económicas, políticas y militares, además de las conocidas maniobras del saqueo de los recursos a través de la clientelización y corrupción de las oligarquías locales en los países clientes como Colombia.

La antipolítica colombiana

En Colombia la renta petrolera ha servido como un especie de caja mayor de la dictadura presidencial (un pequeño grupo de tecnócratas bajo la férula del presidente deciden como feriar nuestro recurso), que periódicamente libera de los aprietos fiscales al régimen, a tal punto que, sin ser un país petrolero, el 35 % de las exportaciones pertenecen a este rubro y las transferencias anuales de Ecopetrol a la nación superan los 5 billones de pesos. No obstante, los designios del Consenso de Washington, aplicados en Colombia a través de las imposiciones del Banco Mundial y del FMI exigen la privatización de la renta petrolera y energética.

De tal forma hemos asistido a un proceso de liberalización camuflada a través de la privatización de las rentas energéticas. Se modificaron los contratos de asociación para beneficiar a las multinacionales mediante resoluciones de la junta directiva de Ecopetrol, se privatizó la distribución minorista de refinados y parte del sector del gas natural y se reformó la ley de regalías perjudicando a las regiones, concentrando mucho más el manejo de la renta petrolera, otra vez a favor de las multinacionales.

Lo anterior quiere decir que en un contrato de asociación, según los términos actuales, para un proyecto como el de Cusiana, con la participación de tan solo el 30% para Ecopetrol, el país pierde utilidades por US$ 1.570 millones. Para el mismo ejemplo, con la reforma de regalías las regiones pierden US$ 110 millones durante todo el tiempo de vida del contrato. Esto quiere decir menos distribución de nuestra riqueza, más expoliación y más pobreza.

Uribe destruye Ecopetrol

Con la llegada de AUV al poder se concretan las aspiraciones del capital multinacional energético en Colombia. Mediante el decreto 1760 del 2003 se empieza a "reestructurar" a Ecopetrol con el fin de acabarla, se le quitan actividades que definen la política petrolera y por lo tanto ingresos para el país, se le descapitaliza, pues se le despoja de sus activos más valiosos incluyendo el inventario de información geológica. Ecopetrol deja ser una empresa industrial y comercial del Estado y pasa a ser una sociedad de acciones, lo que en la práctica es el abrebocas para su privatización.

A la nueva Ecopetrol S.A. le quedan los viejos yacimientos, con altos costos de producción, refinerías en muy mal estado y la imposibilidad de explorar por falta de presupuesto. El manejo de la empresa seguirá en las manos de la presidencia y del ministerio de Minas. El ministerio de Hacienda continuará tapando el hueco fiscal estructural con las utilidades de la empresa sin invertir en su modernización. Será difícil que logre competir con las multinacionales, no habrá nuevas reservas, habrá exceso de costos y sin nuevos ingresos la estatal petrolera finalmente será vendida con coima de por medio, como vendieron lo que le quedaba a Colombia de la mina del Cerrejón, por 380 millones de dólares, cuando esa participación vale actualmente más de US$ 1.500 millones.

La recién creada Agencia Nacional

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