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LA ETICA EN EL PUEBLO AZTECA


Enviado por   •  1 de Diciembre de 2013  •  1.026 Palabras (5 Páginas)  •  465 Visitas

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ETICA EN LA FILOSOFIA DEL PUEBLO AZTECA

La seguridad básica

Sabían los padres que para forjar una personalidad, la de un hijo, éste necesitaba tener seguridad y certidumbre. Por medio de la protección y del cariño, satisfechas las necesidades afectivas, el niño adquiría seguridad. Y por medio del pensamiento claro de sus padres, de las ideas precisa y de comprobar que cuando las ponían en práctica eran verdaderas y funcionaban, los niños adquirían la certidumbre. Por lo tanto, carecían de dudas y la angustia consecuente con éstas.

Código de conducta

Los valores eran clasificados, ordenados, y se creaban una serie de leyes para que estos puedan cotidianamente ponerse en práctica. Se tenía un sistema de conocimiento y un código preciso a fin de lograr una completa ausencia de contradicciones.

A este código los niños tenían acceso desde muy pequeños, y conforme lo iban entendiendo se les exigía cumplir con él con todo rigor. La introducción de hábitos abarcaba tanto el control del hambre, la sed, el calor, el frío, el dolor, como el cumplimiento de normas de urbanidad, las cuales tenían como resultado la formación de su propia personalidad y carácter y la aceptación de los valores sociales.

Sahagún relata cómo los educaban:

Lo primero: es que seas muy cuidadoso de despertar y velar y no duermas toda la noche, porque no se diga de ti que eres dormilón perezoso y somnoliento.

Lo segundo: tendrás cuidado de cuando fueres por la calle o por el camino que vayas sosegadamente, ni con mucha prisa ni con mucho espacio, sino con honestidad y madurez

Lo tercero: es cerca de tu hablar. Conviene que hables con mocho sosiego; ni hables apresuradamente, ni con desasosiego, ni alces la voz, ni bajo ni alto en el hablar y sea suave y blanda tu palabra.

Lo cuarto: es que en las cosas que oyeras y vieras en especial si son malas, lo disimules y calles, como si no los oyeres y no mires curiosamente a alguno en la cara, ni mires con curiosidad especialmente de las mujeres casadas, porque dice el refrán que el que curiosamente mira a la mujer, adultera con la vista y algunos fueran punidos con pena de muerte por esta causa.

Lo quinto: es que guardes de oír las cosas que dicen que no te incumben, especialmente vidas ajenas y nuevas. Cuando algunos hablan de vidas ajenas y dicen algunos pecados que son dignos de castigo, y tú llegas a oírlos, a ti te será achacado y atribuido lo que se dice a ti te lo pondrán a cuestas y serás peso y aún castigado por ello; y según dice el refrán; pagarán justos por pecadores.

Lo sexto: es que no esperes a que dos veces te llamen; a la primera responde luego y levántate luego y ve a quien te llama y si alguno te enviara a alguna parte ve corriendo.

Lo séptimo: es que en tus atavíos seas templado y honesto; no seas curioso en tu vestir, no busques mantas curiosas ni muy labradas, ni tampoco atavíos rotos y viles.

Lo octavo: es la manera que has de tener en comer y en beber; seas avisado, hijo, que no comas demasiado a la mañana y a la noche; se templado en la comida y en la cena y si trabajadores conviene que almuerces antes que comiences el trabajo

Entre

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