LA Venta De La Bandera
hernanorejuela14 de Julio de 2014
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TRABAJO DE INVESTIGACIÓN
LA VENTA DE LA BANDERA 1894
LA VENTA DE LA BANDERA Y SUS CONSECUENCIAS
«Presidente, ¿qué has hecho con la Bandera?»
“Fue el grito airado de las multitudes ecuatorianas cuando en noviembre de 1894 se reveló que el gobierno de Luis Cordero, El Grande, acababa de convertir el tricolor nacional –aquel de la gloriosa Batalla de Pichincha- en un trapo cualquiera, tirado a la basura de la política oficial.” (Jaime Galarza Zavala)
1) ANTECEDENTES INTERNOS
Tras el derrocamiento del Presidente Veintimilla en 1883 se establecieron tres gobiernos seccionales Eloy Alfaro en Manabí y Esmeraldas, Pedro Carbo en Guayaquil y el Pentavirato en Quito; el 10 de agosto de ese año se llamó a elecciones para la Asamblea Nacional Constituyente. La Nueva Carta Magna proponía un Ecuador unitario y centralista en estas condiciones empezó a gobernar al Ecuador a los 46 años de edad, desde 1884 hasta 1888 José María Plácido Caamaño, quien dejó y entregó el poder a Antonio Flores Jijón de 50 años de edad que gobernó desde 1888 hasta 1892, Antonio Flores entregó el poder a Luis Cordero Crespo de 59 años de edad, gobernando al Ecuador desde 1892 hasta 1895, en su gobierno se dio el escándalo llamado la “Venta de la Bandera”,
Este hecho, cuyos únicos responsables fueron el entonces Gobernador de Guayaquil y ex-Presidente de la República, Dr. José María Plácido Caamaño, y el Cónsul del Ecuador en Valparaíso, Sr. Luis Noguera, puso fin al gobierno del Dr. Cordero y al período del Progresismo instaurado en el año 1884.
2) ANTECEDENTES INTERNACIONALES
La Primera Guerra Sino-Japonesa (1 agosto 1894 - 17 abril 1895) se libró entre la Dinastía Qing de China y el naciente Imperio del Japón, principalmente por el control de Corea. Después de más de seis meses de victorias ininterrumpidas del Ejército imperial y la Marina japonesa, así como de la toma del puerto chino de Weihai, China solicitó la paz en febrero de 1895.
La guerra fue un claro indicio del fracaso del intento de la dinastía Qing de modernizar sus fuerzas armadas y defenderse de las amenazas a su soberanía, sobre todo en comparación con el éxito de Japón posterior a la Restauración Meiji. Por primera vez, el dominio regional en el este de Asia pasó de China a Japón, y el prestigio de la dinastía Qing, junto con la tradición clásica en China, sufrieron un duro golpe. La humillante pérdida de Corea como Estado vasallo de la Dinastía Qing provocó una protesta pública sin precedentes. En China, la derrota fue un catalizador para una serie de revoluciones y cambios políticos dirigidos por Sun Yat-Sen y Youwei Kang. Estas tendencias se manifestarían más tarde en la Revolución de 1911que acabó con la monarquía.
Mientras esto sucedía en el Lejano Pacífico, acá, en América, la República de Chile estaba obligada a permanecer neutral frente a ese conflicto, en virtud de tratados internacionales suscritos por ella, pero el Japón le propuso secretamente que el gobierno chileno le vendiera el barco de guerra Esmeralda, del que era dueño. Dado el impedimento de la neutralidad, la solución que hallaron los negociadores fue que Chile realizase una venta ficticia a un tercero, probablemente un país centroamericano que no tuviera ese impedimento, para que éste, a su turno, le traspasara a Japón.
Ningún país centroamericano se prestó a la jugarreta, pero para algo existía la República del Ecuador.
3) LA VENTA DE LA BANDERA
Los historiadores califican este episodio como uno de los más lamentables de nuestra vida política y diplomática. Y también como una de las gotas que colmó el vaso del llamado período Progresista (una suerte de conservadurismo liviano, post García Moreno 1875-1895). El escándalo de la venta de la Bandera, de finales de 1894, dio el empujón final para que la Revolución Liberal de Eloy Alfaro tomara forma y se instituyera en el Ecuador para los próximos 17 años.
Los sucesos se iniciaron en noviembre de 1894 cuando China y Japón se encontraban envueltos en guerra, y este último país necesitaba con urgencia adquirir armas para su defensa, los grandes monopolios internacionales para dar superioridad al Japón, habían dado el apoyo financiero necesario, para la compra de armas y equipos bélicos, y como la adquisición de buques de guerra ofrecía ciertas dificultades, pues su construcción tardaba 3 ó 4 años, los financieros del trust Morgan y Japón optaron por comprarlos, acudiendo inmediatamente a Chile, país que deseaba vender al Japón el crucero de guerra “Esmeralda”, pero como Chile había adoptado la neutralidad y, en consecuencia, de acuerdo con las normas de derecho internacional estaba impedido de vender armas a los países en conflicto, entonces había que buscar un país que facilite la aplicación de una negociación al parecer inocente y sencilla: la falsa y doble transferencia del buque “Esmeralda”, el trabajo sucio lo haría el Ecuador, país que no se declaró ni neutral ni beligerante en el conflicto bélico, mientras la banca norteamericana a través de la célebre Casa Morgan le facilitaba el dinero para la transacción, figurando como que el Ecuador lo compraba a Chile en la suma de 220 mil libras esterlinas y lo vendía luego al Japón en 300 mil.
Historiadores como Enrique Ayala Mora y Gonzalo Ortiz Crespo cuentan que las negociaciones se hicieron por medio de un gran amigo de Chile, el entonces gobernador del Guayas, José María Plácido Caamaño (quien fuera también años atrás Presidente de la República), quien mantenía espléndidas relaciones con el Cónsul del Ecuador en Valparaíso, Sr. Luis Noguera. Fue este personaje quien hizo la doble transferencia del buque "Esmeral¬da", figurando como que el Ecuador lo com¬praba a Chile y lo vendía luego al Japón.
Para guardar las apariencias, los japoneses hicieron a Chile la propuesta oficial por la compra del crucero, Pero Chile, aduciendo su neutralidad y su preocupación por no violar las leyes internacionales, adujo no poder venderlo directamente al Japón.
Fue así como el cónsul ecuatoriano en Valparaíso y el gobernador del Guayas, empeñados en salvar esa dificultad se comprometieron, a espaldas del Gobierno del doctor Cordero, en ceder la bandera del Ecuador para que el buque cruzara el océano sin ningún riesgo de las acciones bélicas. Entonces Ecuador aparecía haciendo un favor a Chile, y supuestamente éste le compensaría con su ayuda en caso que Ecuador tuviera conflicto con Perú. Y, naturalmente, el trust Morgan tuvo el camino expedito para intervenir en la negociación entre los dos países.
Estudiosos de este episodio, como Jaime Galarza Zavala, argumentan que el negociado le permitió a los intermediarios ecuatorianos y al banco estadounidense tener una ganancia de 80 000 libras esterlinas.
El paso en falso que cometieron Caamaño y Noguera fue permitir que luego de la venta a Ecuador del Esmeralda y de la inmediata reventa de este al Japón la embarcación zarpara de Valparaíso en Chile, izando la bandera ecuatoriana cuando lo correcto era que lleve la japonesa, y en esa forma cruzó el Pacífico con destino a Yokohama.
4) CONSECUENCIAS
El escándalo se desato en enero de 1895, cuando don Juan Murillo Miró, ecuatoriano director del clausurado diario El Telégrafo, quien se hallaba exiliado en Chile, intervino por encargo de sus coidearios liberales investigó y encontró la documentación de la triangulación, que permitió hacer conocer el negociado a la prensa guayaquileña, enviando la copia del supuesto contrato de compraventa, fechado 30 de noviembre de 1894, y que no era otra cosa que una “propuesta” de venta hecha por el gobierno de Chile al Ecuador, con relación al buque de guerra Esmeralda.
Debido a este hecho, en enero de 1895, se hizo una denuncia a las autoridades ecuatorianas por el supuesto contrato de compraventa, la denuncia fue presentada por los enemigos del gobierno, quienes manipularon toda la información e hicieron creer que Cordero hizo todo esto por dinero, cuando desconocía en realidad este asunto; nunca aclararon que fue Chile quien ocultó la intención de utilizar nuestro emblema durante el viaje del buque. Se acusó inmediatamente al presidente Cordero de haber traicionado la soberanía de la patria, de haber cometido el delito de peculado, de contrabando, de antipatriotismo y mil absurdos más, urdidos según la calidad de los opositores.
No sirvió de nada que Caamaño confiese su abuso de confianza y se declare como único culpable de no conocer las intenciones chilenas con respecto al uso de nuestra bandera, pues la oposición no podía desaprovechar esta oportunidad para desacreditar al gobierno. José María Plácido Caamaño fue obligado a renunciar a su cargo de Gobernador del Guayas, huyendo a España para sortear las críticas y la vergüenza. Mientras que desde Panamá, donde permanecía exiliado antes de su entrada triunfante en Guayaquil (junio de 1895), el general Eloy Alfaro rechazaba este supuesto negociado.
Al conocer de este asunto, el Gobierno del Ecuador envió un telegrama circular a sus cónsules en diferentes lugares del mundo, en el que decía:
Señor Cónsul del Ecuador en.....
Haga saber a ése Gobierno que el Ecuador no ha comprado el crucero “Esmeralda” a Chile. Bandera ecuatoriana indebidamente puesta en Valparaíso.
Ministro de Relaciones Exteriores
Pero ya el escándalo se había derramado por todo el país convirtiéndose, por intermedio de la prensa y los partidos políticos, en un torrente
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