Liberalismo
Brendis.Mtz11 de Mayo de 2015
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l liberalismo es una doctrina que asume la defensa y la realización de la libertad en el campo político. Su antigüedad comienza en la llamada “Edad Moderna”, a fines del siglo XVII, todo el siglo XVIII llamado por los filósofos Siglo de las Luces, de la Ilustración o tal vez del Iluminismo”, extendiéndose su vigencia a todo el siglo XIX y aún a las primeras décadas del XX. (1)
Los filósofos de la Ilustración quisieron la libertad humana a ultranza, sin límites, su crítica de todos los temas es total, ni siquiera los han detenido las tesis cartesianas que vedan esta crítica a los campos de la religión, de la política y la moral. La Ilustración no acepta estas renuncias y lleva su crítica racional, a todo, endiosando la Razón Humana.
Al deísmo inglés se lo considera como la primera manifestación de la Ilustración consistente en cuestionar la validez de la Religión. (2)
A continuación los filósofos ingleses iniciaron la crítica política, seguidos por los franceses y los escritores de la Revolución de 1789. (3)
Los principios filosóficos de la Ilustración van, por tanto, contra el Orden establecido por el cristianismo en Europa desde la evangelización de los siglos V, VI y VII, pasando por la Edad Media y el Renacimiento, hasta antes del establecimiento del Protestantismo en el siglo XVI, cuando la religión católica era la norma de la vida en la sociedad entera. El régimen civil marchaba de acuerdo con el régimen religioso; la Monarquía con la Iglesia Católica.
También, junto a la Ilustración apareció el llamado Enciclopedismo como consecuencia de la especulación filosófica y crítica de todo lo creado que propone aquella. Pero el Enciclopedismo se concentra en el estudio de las ciencias y las artes, dando una especial importancia a la dialéctica. Todo esto como contraposición al esquema enciclopédico que Aristóteles propone; las ciencias teóricas: filosofía, física y matemática y las ciencias prácticas: la ética, la política y las artes. Santo Tomás tomó el concepto aristotélico subordinándolo a la Teología, por tanto, la Ilustración y el Enciclopedismo se van a organizar como una corriente de pensamiento en oposición a la Cristiandad, atacando la religión católica, y el sistema monárquico y económico sobre el cual descansaba la sociedad. Esto es, a cuestionar la Tradición cristiana occidental, con bien estructuradas filosofías salidas de los pensadores protestantes: ingleses, franceses y alemanes principalmente (4)
Mientras, los enciclopedistas franceses cuyo espíritu “ilustrado” los llevó a adoptar un método sintético para llegar al saber positivo, fueron quienes mayormente influyeron en los filósofos, científicos y estadistas de las generaciones inmediatas y posteriores a la Revolución de 1789.
No debemos olvidar, por otra parte, que la mayoría de los historiadores que tratan de esa época, soslayan las actividades de las sociedades discretas y secretas que siempre han existido a lo largo de la Historia, y cuyos miembros no aparecen como tales en los acontecimientos más relevantes. Ignorar a estas sociedades y a estos individuos es quedarse en la superficie del quehacer humano sin entender ni dar a entender a los lectores, el hilo conductor de lo que se relata. Entre las numerosas sociedades secretas estuvieron las logias masónicas como las más influyentes, a través de sus miembros enquistados alrededor de los gobernantes europeos. (5))
A partir del año 1717, tras la reunión de las cuatro principales logias europeas en la ciudad de Londres, se puede hablar ya, de una sola organización MASÓNICA con diversos ritos u obediencias que hizo suyos todos los principios filosóficos del Liberalismo, es decir; la Ilustración y el Enciclopedismo, para llevar a cabo la destrucción de la Tradición del Orden Católico; El Papado, el sistema Monárquico y la Milicia. (5.A)
El Liberalismo se define así mismo, como “una doctrina filosófica, política y económica que practica la tolerancia en todos los órdenes”. Sin embargo, tiene que ser intolerante, con el llamado por el mismo Liberalismo como: Absolutismo. (6)
El Liberalismo parte del concepto según el cual “el conocimiento de la razón humana y, el derecho inalienable a la acción y realización propia, libre y sin límites es el mejor sistema para satisfacer los deseos de la humanidad”. (7)
Exige la Libertad de pensamiento, la libertad política y económica partiendo de la libre concurrencia (competencia) y es contrario a las actuaciones estatales y religiosas. El Liberalismo es por tanto, partidario de las libertades individuales y de los pueblos.
Como doctrina política, el Liberalismo y su soporte la Masonería se concretaron en la Revolución angloamericana de 1776 y como consecuencia de ésta, en la Revolución francesa de 1789. Pocos años después; a principio del siglo XIX, influyeron en las guerras de independencia de los países de Hispanoamérica. Y para completar el cuadro de los enemigos de la Cristiandad durante el “Siglo de las Luces”, se sumaron a este empeño los judíos talmúdicos. (8)
En el año de 1801 se fundó en la ciudad puerto de Charleston, Carolina del sur en los Estados Unidos de Norteamérica, la Logia de 6 judíos, cuyo presidente Esteban Morin era banquero de origen francés partidario y sostenedor de Napoleón Bonaparte, con el fin aparente, de organizar desde ese lugar norteamericano, las logias afines a los intereses de la Francia revolucionaria sin tener que tropezar con las monarquías europeas. (9)
En cuanto al Imperio Español, por su estructura católica, monárquica y aristocrática, era el fiel representante del “absolutismo” enemigo de las nuevas ideas, del Liberalismo y de los revolucionarios de toda laya.
Entonces, los revolucionarios franceses y su Jefe máximo Napoleón eran los indicados para deshacer en todas sus partes al viejo coloso; el Imperio Español. Por dentro, con los llamados “afrancesados” y por fuera atrayendo a sus hijos hispanoamericanos a logias obedientes al nuevo “Supremo Consejo de Charleston”. (10)
Serían los Estados Unidos de América la potencia beneficiada del trabajo del futuro emperador de los franceses. ¿No acaso la Revolución francesa era hija de la norteamericana? ¿No el hermano Lafayette, después de su actuación en la guerra de independencia americana, había regresado a la Francia con la escarapela tricolor de los yanquis en el sombrero, y la cabeza llena de ideas de Libertad, Igualdad y Fraternidad? (11)
Pero nada es casual en el mundo, hay un Plan Metafísico que dirige los acontecimientos humanos, aunque sean los seres humanos los ejecutores de ese Plan, para lo cual, el Creador les dio el Libre Albedrío; la libre voluntad con la cual pueden acertar o errar su camino. En el caso de los Estados Unidos, esta república fue planeada, proyectada, para servir a los intereses religiosos, políticos y económicos de los financieros judíos desde el siglo XVI, concretamente los de Amsterdam en Holanda, bajo la monarquía de Guillermo de Orange.
La razón de extenderme en detallar ciertos acontecimientos históricos que podrían interpretarse como superfluos, es porque la mayoría de los tratados de Historia de México no se refieren a los orígenes y causas de la formación del Partido Liberal de Nueva España, haciendo creer a los lectores que las ideas de la Independencia han salido de los propios novohispanos como Hidalgo, Morelos, Allende, etc. o de los sudamericanos Miranda, Bolívar, San Martín o Sucre. Cuando en realidad ni los franceses ni los españoles afiliados a la Masonería tuvieron la iniciativa de la libertad y progreso de los pueblos hispanoamericanos. Todas esas ideas románticamente falsas, las propiciaron Inglaterra y los norteamericanos para aprovecharse de las actividades de los criollos hispanoamericanos, quedándose a fin de cuentas, con sus tierras y riquezas dejando a los pueblos indígenas más pobres y desamparados.
Desde 1783 cuando los Estados Unidos de América fueron reconocidos como una nación independiente y amiga, por las potencias de entonces: España, Francia e Inglaterra, en la “Paz de Versalles”, esta nación recién nacida, no cesó de crecer abriendo sus puertos a todos los que quisieran establecerse dentro de sus nuevas fronteras entre el litoral atlántico y la orilla derecha del río Mississippi proclamando la Libertad de creencias y trabajo; la Igualdad bajo sus leyes y la Fraternidad de todos los perseguidos por “absolutismo” europeo, vendiendo las antiguas tierras realengas y de los indios a todo el que quisiera cultivarlas.
Uno de los cuatro firmantes del Tratado de Versalles, don Pedro Pablo Abarca, Conde de Aranda embajador de España en París, escribió al rey Carlos III algo parecido a una profecía: “Con vuestra real autorización acabo de firmar algo que me inquieta: Hemos reconocido a una potencia que ha nacido pigmea pero que con el tiempo será un gigante que se olvidará de nuestra ayuda y nos sacará del continente comenzando por la rica y hermosa Nueva España que no podremos defenderla por su lejanía a más de ser limítrofe de ella…..” (12)
Por su parte, Benjamín Franklin primer embajador de los Estados Unidos ante la Corte del rey Luis XVI de Francia, aparte de ser científico, era filósofo, gran Maestre de la Masonería, había elaborado una doctrina y un plan para engrandecer a su nación basándose en los principios revolucionarios de su religión calvinista presbiteriana y del liberalismo imperante en el siglo XVIII.
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