Lo más probable es que tales estudios sean complejos. Con mayor razón entonces también lo es el análisis de las motivaciones que hay tras todas ellas.

Movimiento estudiantil chileno:

¿Inestabilidad o Certeza?

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Alumno: Francisco Vergara Kram

Ingeniería en Gestión de Empresas, Jornada Vespertina

Docente: Lorena Rosas

(Periodista/ Mag. En Comunicación)

Introducción

Desde los albores de la humanidad, incluso antes como especie inmersa en el medio natural, el hombre se ha manifestado siempre. Este término es muy amplio si consideramos que las reacciones impulsadas por cualquier motivo van desde una necesidad orgánica hasta un simple deseo. Como se puede presumir, esta acción ha tenido diferentes causas, y ha sido quizás tema de análisis por muchos tratantes a largo del tiempo.

 Lo más probable es que tales estudios sean complejos. Con mayor razón entonces también lo es el análisis de las motivaciones que hay tras todas ellas.

 Las demandas sociales han sido puestas en el tapete de la discusión nacional desde hace un par de años. Y las manifestaciones que de ellas derivan son una mega manifestación de los impulsos que el consciente colectivo ejerce, motivados por convocatorias anónimas o gestadas desde personas con un discurso directo. Otros dirían que el impulso lo genera el éxtasis de lo grandioso, lo monumental, de la cruzada anti-sistema educativo que cruzó muchos estamentos sociales y cada día toma más protagonismo.

  A la luz de los hechos, y considerando el tiempo recorrido, éstas han tenido un golpe mediático poderoso a lo largo de ya casi una generación completa de estudiantes, y han dado paso a un debate permanente en el cotidiano vivir, que no puede obviarse pues muchos medios (sino casi todos) cubren en todo momento los procesos que se llevan adelante.  De esta manera, las marchas convocan y los medios la promueven.

 Este presente análisis buscará poder exponer antecedentes y puntos de vista que puedan aportar a uno de los tantos enfoques que esta interesante coyuntura genera.

Índice

Introducción        

Índice        

Marco Bibliográfico        

Marco Teórico        

Movimiento estudiantil: falencias en nuestra democracia y formas de participación ciudadana        

Contexto Histórico        

Desarrollo        

El movimiento estudiantil y la crisis social        

Estabilidad y “status quo” perverso        

Conclusión        

¿Inestabilidad o certeza?        

Marco Bibliográfico

• Elacqua, Gregory. Breve historia de las reformas educacionales en Chile (1813-presente): Cobertura, Condiciones, Calidad y Equidad. (http://bicentenario.camara.cl/seminario/pdf/mesa%204%20-%20Gregory%20Elacqua.pdf)
• Plataforma Colectiva (Anónimo). Historia del Movimiento Estudiantil Chileno Post-dictadura. (http://prezi.com/g7xa1hxolpgv/historia-del-movimiento-estudiantil-chileno-post-dictadura/)
• Falabella, Alejandra. “Democracia a la chilena”: Un análisis del movimiento estudiantil y su desenlace. (http://www.revistadocencia.cl/pdf/20100730181301.pdf)
• De la Cuadra, Fernando Marcelo. Movimiento estudiantil en Chile: Lucha, participación  y democracia. (http://www.luisemiliorecabarren.cl/files/sintesis2cuadra.pdf)
• Wikipedia (Anónimo). Movilización estudiantil en Chile de 2006. (https://es.wikipedia.org/wiki/Movilizaci%C3%B3n_estudiantil_en_Chile_de_2006)
• Wikipedia (Anónimo). Movilización estudiantil en Chile de 2011-2013. (https://es.wikipedia.org/wiki/Movilizaci%C3%B3n_estudiantil_en_Chile_de_2011)

Marco Teórico

Movimiento estudiantil: falencias en nuestra democracia y formas de participación ciudadana

 La Democracia es un concepto debatido que tiene diferentes significados. Como sistema político involucra múltiples elementos, tales como votaciones universales, instituciones políticas, igualdad de derechos, libertad de expresión y de asociación. Pero sobre todo conlleva principios, valores y prácticas sociales. En definitiva, una cultura política en que se crean posibilidades y se resuelven conflictos colectiva y cooperativamente.

 Esta definición más aproximada a una realidad ideal, es una crítica a la democracia de mercado que se satisface por medio de la acción individual y privada del sujeto en su libre elección y consumo. La Democracia implica crear un espacio público en que los ciudadanos interactúan por medio de la discusión participativa sobre aspectos políticos y temas de interés común, desafiando verdades impuestas, exponiendo injusticias sociales e intentando generar cambios. De esta forma, los paradigmas sociales anclados en el consciente colectivo por años, se derrumban.

 La Democracia se desarrolla en un campo de disputa entre muchos entes: grupos de poder de corte económico, el aparato institucional (Gobierno y sus organismos) y, finalmente, los grupos sociales que son mayoría.

 De esta manera, se genera una contradicción entre la democracia y el Estado. Mientras este último requiere legitimarse como “democrático” ante la ciudadanía, mantiene intereses económicos y políticos, y mecanismos burocráticos que no necesariamente coinciden con las opciones y preferencias de la sociedad civil. Este rol pasivo en el último tiempo ha sido el germen de los descontentos múltiples de los últimos años.

 El espacio público es donde se practica y cobra sentido la ciudadanía, se ejercen los derechos civiles y se construye identidad y conciencia social. Sin embargo, esta visión de democracia se ha debilitado, se nos ha olvidado que los representantes deben gobernar de acuerdo a las voces de la mayoría y que debe haber una sociedad civil que demande aquello. Por tanto, es necesario recuperar este sentido de la democracia.

 El conflicto político sobre el modelo educacional chileno y los diferentes hechos vinculados a ello a partir del 2006 reflejan aspectos claves de nuestra democracia. Ha emergido un espíritu participativo, con un alto compromiso político desde diferentes sectores de nuestra sociedad, no solo en el ámbito educacional, como también ha dado lugar a reacciones autoritarias, cerradas y elitistas.

Contexto Histórico

 Hasta antes de la década de 1980, el Estado había sido rector en la administración de la educación en todos sus niveles, salvo excepciones de colegios o escuelas particulares privadas, los que en su mayoría pertenecían a alguna entidad u orden religiosa.

 Sin embargo debemos diferenciar dos situaciones. La primera es el reconocimiento de derechos educativos que son inherentes a las personas y la otra es el compromiso que asumió el mismo estado para poder cumplir con esos derechos y dar garantías de que el servicio sea expedito.

 Por derechos educativos entendemos aquellas cualidades inherentes e irrenunciables que todo ciudadano tiene en el momento de la infancia – adolescencia y que dicen relación con su formación moral y cultural institucional en las aulas. Un primer paso lo fue la Ley de Instrucción Primaria Obligatoria bajo el gobierno de Juan Luis Sanfuentes. A esto se agrega la Reforma Educacional de Eduardo Frei Montalva de 1968, la que eliminó los recordados “cursos de humanidades” e implantó una Enseñanza Básica y una Enseñanza Media.

 Bajo el mandato de Ricardo Lagos se promovió la Instrucción obligatoria hasta el cuarto año de Enseñanza Media y, más recientemente, el presente gobierno de Sebastián Piñera pretende institucionalizar a la educación pre-básica también como obligatoria.

 Los principios del Estado como garante de la educación se iniciaron con Pedro Aguirre Cerda (profesor y abogado) y cuyo lema de campaña política resumiera este sentido: “Gobernar es educar”. Sus sucesores radicales (1941-1952) continuarían esta tendencia, donde la principal manifestación sería la inversión en infraestructura a lo largo del país. Es también en este período donde surgen institutos locales en algunas ciudades, las que a futuro se transformarán en las universidades regionales.

 El gobierno de Frei Montalva (1964-1970), a la par con la Reforma de 1968 de corte curricular, aportó a esta idea, creando liceos y escuelas mediante la Sociedad Constructora de Establecimientos Educacionales. Las fachadas de estos centros aún lucen sus fachadas intactas en algunas ciudades.

 Es aquí también donde el mundo universitario empieza a plasmarse de las tendencias y sucesos que ocurren en otras latitudes del mundo. Los ideales de un mundo prometedor para la juventud, donde serían ellos los catalizadores de los cambios, generan conciencia en los dirigentes nacionales y muy pronto, aparecen las primeras movilizaciones.

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