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Pena de muerte


Enviado por   •  25 de Agosto de 2014  •  658 Palabras (3 Páginas)  •  283 Visitas

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Me desperté sabiendo perfectamente en qué día y en dónde me encontraba: 16 de julio del 2008 y estaba en la cárcel. Me pongo a hacer memoria y recuerdo, como si hubiese sido ayer, el día que decidí terminar así.

Fue un 15 de mayo de 2006 que me desperté mas cansado de lo normal, además del frío que el cartón en el piso del callejón en donde dormía no pudo frenar, estaba nervioso. Sabía que era un día peligroso, tenía muchos planes que venía preparando hace ya mucho tiempo... Ese 15 de Mayo iba a cometer uno de los delitos mas trascendentes de mis 36 años y mi vida dependía de lo que podría llegar a ocurrir ese día.

La pena de muerte estaba instalada en mi país desde hacía varios años y por eso había dejado de delinquir, acá era muy difícil evitar a la ley cuando eras una persona de color como lo soy yo. Desde hace tiempo que había abandonado todo tipo de negocios turbios, no robaba, no mataba, no andaba con drogas pero eso ya era parate del pasado. Una parte de mi mente sentía que ese era el día para dar el golpe. Si tan solo no hubiese escuchado esas voces que me decían que tenía que afrontar ese desafío, que iba a poder burlarme de la justicia de mi país y le hubiera hecho caso a esas que me frenaban, que estaban seguras que iba a salir todo mal, no estaría acá. Ese 15 de Mayo salí del callejón sin importarme si iba a volver o no, no me importaba morir ya que creía que no iba a pasarme nada e iba a poder salirme con la mía. Caminé hasta encontrar mi víctima: uno de los senadores de los Estados Unidos, seguí cada uno de sus pasos, espié cada movimiento que hacía, no me perdí ni un instante de su rutina. Esperé, esperé y esperé hasta que se quedara solo, cuando éste momento se me presentó, salí corriendo detrás de la pared en la que me encontraba escondido y con un solo movimiento lo agarré por el cuello, recuerdo que lo único que le decía era que me diera todo su dinero, no me importaba si tenía que matarlo, quería toda su plata. Él comenzó a resistirse, mientras que gritaba y llamaba la atención de las personas que nos miraban aterrorizados. Fue un instante en el que pensé que iba a acuchillarlo pero no logré hacerlo porque ya estaba rodeado de cinco policías que me apuntaban y me gritaban que soltara el cuchillo. No me resistí, sabía que era en vano, ya no valía la pena, me había ganado la ley, no pude cumplir con lo que mi mente me había pedido...

Acto seguido me subieron al patrullero y me llevaron hasta la comisaría. Estuve 3 días detenido hasta que me elevaron a juicio en dónde las escasas excusas que mi abogado intentó decir para defenderme, obviamente no sirvieron. La sentencia fue directamente la pena de muerte, esa que estoy esperando hace exactamente dos años y que creo que esa espera hoy llegó a su fin.

Y si preguntan, sí. Me arrepiento muchísimo de no haber podido disfrutar mi vida, estoy seguro de que realmente no fue

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