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Pena De Muerte


Enviado por   •  17 de Septiembre de 2014  •  4.603 Palabras (19 Páginas)  •  213 Visitas

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Una de las promesas electorales de Alan García es la instauración de la pena de muerte para violadores de menores de edad. El reciente crimen de La Oroya, donde una menor de apenas dos años de edad fue violada y asesinada, ha vuelto a poner el tema sobre el tapete. En el Congreso, la Comisión de Constitución se encargará de debatir el tema. Su presidente, Aurelio Pastor, ya se ha pronunciado a favor de la pena de muerte. En este artículo, exploraremos brevemente los argumentos a favor y en contra.

Al castigar a alguien que es considerado culpable, perseguimos sobre todo tres objetivos: (1) Retribuir el daño que el culpable ha infligido a otras personas. (2) Lograr que el culpable aprenda de sus errores y, de esta manera, logre su reinserción a la sociedad. (3) Intimidar a potenciales delincuentes futuros.

La argumentación a favor de la pena de muerte se basa en el primer y el tercer objetivo: Se considera que el daño hecho es tan grande que la única retribución justa consiste en terminar con la vida del delincuente. Además, se argumenta que la pena capital ahuyentará a otras personas con las mismas intenciones.

El primer argumento es problemático, pues se basa en el principio del ojo por ojo, diente por diente, es decir, en retribuir el daño causado con ese mismo daño: El niño que recibe un puñetazo devuelve otro puñetazo. Según esta lógica, un asesinato ha de ser retribuido con la ejecución y un violador debería ser violado.

Lo cual nos conduce al absurdo, pues la justicia se vería obligada a cometer los delitos que ella misma prohíbe por inhumanos. El castigo justo no implica hacer lo mismo, más bien se trata de castigar recortando la libertad del delincuente con mesura, respetando ciertos parámetros básicos que demuestran que la justicia no se rebaja al mismo nivel de la fechoría.

De este modo, el castigo justo respeta el derecho a la vida y la integridad física y moral del delincuente. En las cárceles, el condenado no puede ser torturado ni aislado eternamente de otras personas, por más atroz que haya sido su delito. Por supuesto, estas condiciones no están dadas en las cárceles superpobladas del Perú donde los delincuentes más poderosos deciden sobre las vidas del resto.

En el Perú, es poco probable que un delincuente que haya cumplido su pena esté en capacidad de reinsertarse a la sociedad. Resulta, pues, por lo menos igual de importante hablar sobre las necesarias reformas en el sistema penitenciario, tema obviado por completo en el discurso inaugural de García.

El segundo argumento (la pena de muerte ahuyentará a posibles futuros delincuentes) es endeble en tanto no existe estudio que demuestre que, en países con pena de muerte, el índice de asesinatos sea menor (fuente: Amnistía Internacional).

Otro argumento importante en contra de la pena de muerte es la imperfección humana. Todos los seres humanos, incluyendo a la prensa, los jueces y testigos, están sujetos a cometer errores. Por lo tanto, siempre existe la posibilidad de que una persona inocente sea condenada a muerte, lo cual es un hecho irreversible. Aunque sólo haya un inocente entre cien culpables: Esa muerte no se podría justificar. En vista de esta posibilidad, la pena privativa de libertad resulta preferible, pues ésta no es irreversible.

Tal como señala el jurista Franciso Eguiguren (fuente: diario La República), castigar a los violadores de menores a cadena perpetua sin beneficio penitenciario sería una posible alternativa a la pena de muerte. Vale la pena pensarlo.

Capítulo 1:

Introducción al trabajo sobre pena de muerte

En todas las sociedades que han existido y existen los crímenes o atentados contra la persona humana es común, lógicamente se debe buscar la forma más adecuada de revertir esta situación o al menos mitigarla. La forma de llegar a esta solución genera debates, y aún más cuando para llegar a dicha solución está la vida de las personas de por medio, nos referimos a la pena de muerte o pena capital.

Al principio de la historia la pena fue el impulso de la defensa o de la venganza, la consecuencia de un ataque injusto, posteriormente al formarse sociedades políticas la ejecución de criminales y disidentes políticos ha sido empleada y se sigue empleado por casi todas las sociedades en un momento u otro de su historia, tanto para castigar el crimen como para suprimir la disensión política.

El tema de la pena de muerte es muy controvertido. Los que están a favor de esta pena argumentan que su aplicación reduce el delito, previene su repetición y es una forma de castigo adecuada para el asesinato. Mientras detractores argumentan que no reduce el crimen en mayor medida que la cadena perpetua, tampoco previne los delitos, ni es una pena que este a la altura de la racionalidad humana, ya que resulta una violación de los derechos humanos y conduce a ejecuciones de algunos inocentes que supone una discriminación de hecho contra las minorías y los pobres que puedan no tener recursos suficientes en el sistema legal.

Según el informe anual de ejecuciones judiciales de Amnistía Internacional, en el año 2003 fueron ejecutadas al menos 1.146 personas en 28 países. El 84% de las muertes documentadas ocurrieron en cuatro países: la República Popular China llevó a cabo 726 ejecuciones, Irán mató a 108 personas, Estados Unidos a 65 y Vietnam a 64. La última nación en abolir la pena de muerte para todos los crímenes ha sido Albania, a principios del 2007.

A pesar de lo anterior se puede notar que por lo menos desde la Segunda Guerra Mundial existe una tendencia clara a nivel mundial hacia la abolición de la pena de muerte.

En el caso peruano la pena de muerte tiene restricciones y limitaciones con respecto a su ampliación y ejecución, debido a los tratados de carácter internacional, en los que el Perú se encuentra inscrito como son la Convención Americana sobre Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Asimismo, el Perú aplica en su legislación la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Los cuales llevan al Perú en una posición abolicionista, cuyo objetivo es suprimirla.

Pese a las restricciones, en el 2006 se dieron varios proyectos de ley, para la reforma constitucional del artículo 140, con el fin de ampliar la pena de muerte para los delitos de violación de menores seguidos de asesinato, secuestro organizado y, también, corrupción. Estos proyectos de ley, propuestos por diversos congresistas e, incluso, el mismo presiente Alan García.

La pena capital, por tanto, puede generar errores irremediables, provocar inestabilidad en las leyes, crear conflictos al Perú a nivel internacional y, sobre todo, ser injusta.

En este trabajo,

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