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Pensamiento De Juan Bautista Alberdi


Enviado por   •  16 de Julio de 2013  •  4.764 Palabras (20 Páginas)  •  502 Visitas

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PENSAMIENTO DE JUAN BAUTISTA ALBERDI

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo se inscribe en el marco de las numerosas y variadas evocaciones que ha producido, hace dos años, la celebración del Bicentenario de la Revolución de Mayo, durante las cuales se ha apelado con mucha frecuencia a la necesidad de que los pueblos recuperen la memoria de sí mismos, como un ejercicio que permite, no sólo la reconstrucción del pasado, sino la lectura del presente y la proyección hacia el futuro.

Este ejercicio se vuelve más provechoso cuando se revisa la trayectoria de quienes han pensado al país desde los primeros momentos de su conformación. Uno de ellos es Juan Bautista Alberdi, cuya producción intelectual atraviesa casi cincuenta años del siglo XIX.

Uno de los episodios más significativos de ese siglo fue el de la gestión de Juan Manuel de Rosas. Su modo de construir poder y los principios que sustentaron los veintitrés años de su gravitación en el escenario político argentino lo convirtieron en un personaje tan polémico, que sus restos fueron devueltos de su exilio en Inglaterra más de un siglo después de su muerte. En este contexto histórico, da inicio la obra filosófica y política de Alberdi, que no se detendrá hasta su fallecimiento, en 1884.

Asociada a la llamada Generación del ’37, nos hemos acostumbrado a la versión de un Alberdi unitario y europeizante, cuyo mayor protagonismo fue ganado por haber sido uno de los inspiradores intelectuales de la Constitución Nacional sancionada en 1853.

Sin embargo, el pensamiento de Alberdi es más complejo y rico. Una lectura despojada de ideologismos permite descubrir a un intelectual reflexivo que, en consonancia con su afán de comprometerse activamente con la construcción de la nación, se posiciona a favor o en contra de la dirigencia política de turno, con espíritu crítico y, a la vez, con propuestas superadoras de situaciones concretas.

Es así, que se ha elaborado una hipótesis de lectura que busca explicar el derrotero del pensamiento alberdiano a través de algunas de sus producciones, tomando como punto de partida, su ubicación inicial a favor del rosismo, y su posterior enfrentamiento al régimen, a la vez que afirmamos que tal cambio fue debido a la profundización del carácter racionalista de su postura filosófica.

Entendemos que tal hipótesis nos permite relacionar los elementos del ideario de Alberdi con las cuestiones estructurales y coyunturales que caracterizaron los contextos históricos y políticos contemporáneos a su obra, a la vez que identificar los que se hacen presentes en los proyectos políticos que dieron lugar a la organización y consolidación del Estado argentino.

Para tal fin, se analizarán tanto las fuentes filosóficas en las que abrevó su pensamiento, y que lo llevaron a adherir o a alejarse de propuestas políticas, y a denunciar siempre, con gran determinación, cualquier práctica que atentara contra la posibilidad de alcanzar una genuina emancipación, según él la entendiera.

En cuanto al contexto, se ha focalizado la etapa rosista por entender que ésta es determinante en la evolución de las reflexiones de Alberdi. Las posteriores caracterizaciones que el pensador ha hecho de las sucesivas instancias políticas, creemos, han estado signadas por la experiencia de este período, lo cual no va en desmedro de toda otra vivencia o especulación sobre la realidad de su época.

La metodología de investigación es puramente documental. Han sido considerados: la obra escrita de Alberdi, los comentarios y críticas sobre la misma, algunos elementos biográficos, la literatura disponible sobre el marco histórico en que transcurrió su vida y el movimiento estético al que adscribió, todo en diversos formatos, tanto bibliográficos como informáticos.

Alberdi y el Historicismo Romántico (1830 – 1838)

“Cuando Rosas llega al poder no se ha identificado sin duda con los sectores más extremos del federalismo, que quieren hacer de la venganza su única política. Pero, al margen de las decisiones del gobernante, los cambios que el último año ha traído consigo, al alterar decisivamente el equilibrio político de la provincia, parecen empujarlo en esa dirección. Lo esencial de esos cambios es la politización de los rurales. [...] La dimensión de la campaña está definida ahora por la movilización popular de 1829, la única que hasta entonces ha conmovido al Buenos Aires rural y ha dado el golpe de gracia a la revolución militar de diciembre de 1828.”.

Al gobernador se le asigna el doble papel de apaciguador y de representante político de ese peligroso sector popular que los unitarios han cometido el error de ignorar. Las soluciones que Rosas acepta por buenas se acercan cada vez más a la de su séquito plebeyo: el de las relaciones entre Buenos Aires y el resto de las provincias. Desde el punto de vista de Rosas, sólo un triunfo pleno del federalismo puede asegurar al país la paz que ha perdido a lo largo de las aventuras políticas comenzadas en 1824. Cfr.

La paz es en verdad, el objetivo principal de la acción política de Rosas. Vista desde esta perspectiva final, esa política parece paradójica: en efecto, pocas veces una línea política ha logrado provocar tantos conflictos como la que Rosas adoptó. En parte las contradicciones de esa política eran las de la realidad misma con la cual tenía que componérselas. El Río de la Plata, advierte Rosas, “sólo puede gobernarse popularmente”; su herencia colonial excluye toda solución aristocrática, y por ello excluye también una organización política unitaria, impensable sin una aristocracia gobernante. La carta de triunfo del federalismo consistió en saber adecuarse a ese marco político imposible de superar: su victoria de 1829 – 1831 es sobre todo la de los pueblos en lucha contra el ejército profesional. Cfr.

“…Desde 1835, legitimado por la unánime voluntad popular, un hombre, Rosas, ha accedido al poder absoluto. (…) Y Alberdi intenta encontrar sus fundamentos. No habrá, sin embargo, de detenerse allí; su obra constituirá, en especial medida, un ofrecimiento o colaboración al gobierno nacional. La historia de este fracaso, de este desencuentro entre Alberdi y Rosas, es sin duda uno de los más trágicos de nuestra historia y será el hilo conductor de este estudio sobre el pensamiento de Juan Bautista Alberdi”.

En este contexto político, el joven Alberdi publicó en 1837, el Fragmento preliminar al estudio del derecho. Ya en él se expresaban los problemas

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