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Porque ocurrió, para que no vuelva a ocurrir

BenjajInforme21 de Septiembre de 2022

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Porque ocurrió, para que no vuelva a ocurrir

Nombre: Benjamín Rivera V. Asignatura: Historia y Geografía. Fecha de entrega: 29-03-2021 Puntaje:

Introducción

Objetivos: -Describir e investigar las violaciones a los derechos humanos perpetradas en tiempos de dictadura.

-Explicar objetivamente las diferentes posturas en torno al golpe de estado de la junta militar en 1973.

-Comprender [sin justificar] el actuar repulsivo de los organismos estatales

-Estudiar y analizar la Declaración de Principios de la Junta Militar de Gobierno en 1974.

-Reflexionar y entender las violaciones a los derechos humanos.

Chile había sufrido en las últimas dos décadas una polarización que aumentaba con cada nuevo gobierno que asumía el poder. La derecha representada en Alessandri, que, si bien era independiente, era también afín a las ideas del Partido Liberal y el Partido conservador, no logró cumplir con las altas exigencias de la ciudadanía, el centro de Frei tampoco lo hizo, y al asumir Allende el ambiente estaba en un punto tan tenso entre la gente, los políticos y la sociedad en sí, que era solo falta de tiempo para que explotara en un disgusto y molestia esperable, el golpe de estado del 11 de septiembre de 1973.

En este momento, el escenario político cambia completamente. Afuera hay un caos y la gente está descontrolada. ¿Qué es lo que quiere? O aún más importante, ¿Qué es lo que necesita el país? En estos momentos, frente al desorden era necesario orden, y la seguridad frente a la inseguridad que carcomía la nación. Ese era el ideal que dio a la junta militar una razón de ser, mantener a un país descontrolado en el orden que solo los uniformados conocen y pueden entregar, y frente a una amenaza tan grande como el marxismo, hacía falta un héroe liberal (o un grupo de ellos) que mantuviera a salvo a la dulce e ingenua nación, que, como una niña, nunca sabe que es lo que realmente quiere.

Bajo esta premisa, no se nos hace raro notar el afín de la junta a un extremo conservadurismo, el sistema que “funcionaba”, en ideas como la inmutabilidad social, y por lo tanto, inmutabilidad de la ley, que logran verse en las primeras líneas del quinto punto en el segundo capítulo de la declaración de la junta al referirse a la majestuosidad de la ley, como introducción al tema de lleno referente al trato de los derechos humanos en el régimen.

Sin embargo, se transforma en algo curioso ver el enfoque como se toma el punto de los derechos humanos, que bien aún podemos ver hoy en polos totalmente opuestos al de ese entonces. ¿En quién confiar? ¡En quien directamente nos

plantea su desacuerdo o quien finge excesivamente concordar con nuestro punto de vista por más que tengamos claro que no es el caso? Sin procurar el desvío del tema, pero llevándonos a entender este curioso efecto en las personas, tenemos el cercano caso del cineasta Javier López, que previo a que su caso, hace varios años ya, saliera a la luz, salió en defensa de los derechos femeninos y una lucha justa, cuando lo que ocurría tras bastidores era totalmente contrario a su prédica, y considerando esto, no es de extrañar que lo primero que la junta hiciera, fuera saltar a la defensiva.

Pero no podemos ser del todo injustos pues nunca nos engañaron realmente. Karl Popper, filósofo y profesor austriaco, expuso un tema relacionado a “la paradoja de la intolerancia” en su libro de “la sociedad abierta y sus enemigos” en el año 1945, y John Rawls lo haría también en “la teoría de la justicia”, que podría ser entendido como ¿Hasta qué punto la tolerancia es tolerable? ¿tolerar a los intolerantes no nos hace cómplices de la intolerancia? ¿no tolerar la intolerancia no nos haría intolerantes también? Probablemente en su falta de conocimiento, el gobierno militar actuó conforme a este principio, para una sociedad sana y tolerante, es necesario ser intolerantes a la intolerancia que promovía el marxismo, de esa manera siendo guiados por una línea moral maquiavélica de que, al fin y al cabo, el fin si justificaría los medios

Por esta razón, la junta planteaba que lo más importante y el motor que guiaría al país, sería la familia, la ciudadanía y el respeto a los derechos humanos, pero sin embargo para cumplir con esto, veían necesario ser tajantes y no tolerar la intolerancia por más que los hiciera ver como intolerantes, justificándose en ese fin al momento de cometer tan aberrantes actos como los que serán expuestos.

Ahora, ¿es realmente el pensamiento maquiavélico justificativo para actuar de la forma en que actuó la junta militar? El filósofo Nicolás Maquiavelo en el libro “El príncipe”, de culto para quienes profesan esta corriente filosófica, propone (Capítulo 18), que “hay dos maneras de combatir: una, con las leyes; otra, con la fuerza. La primera es distintiva del hombre; la segunda, de la bestia”, sin embargo, explica luego que rara vez la primera si logra funcionar, lamentablemente nunca sabremos si realmente en nuestro país la primera opción -no necesariamente con leyes sino por medio de la razón y no la fuerza-, hubiera funcionado, reduciendo a la población contraria a los valores conservadores en su mentalidad, convenciéndolos por medio de la argumentación, y no correteándolos como en una quema de brujas.

La junta encontró para sí mismos el medio de intolerancia: El marxismo, y refugiándose en el tratado, hallaban, como fue mencionado, un justificativo al que apelar en caso de ser cuestionados, sin embargo no fueron capaces, quizás en su orgullo, en su ignorancia o en su soberbia, no comprendieron que en dignidad todo hombre es igual, así como lo es en su maldad, y que en base a esa justicia ningún hombre es digno de juzgar arbitrariamente a otro, pensamiento que logra

deducirse del libro más referenciado de la derecha y el conservadurismo occidental, la misma biblia, principio que llevó a la abolición de la esclavitud y la creación de derechos humanos, y si no comprendieron algo tan básico como lo conceptual, no debieron haber gobernado, y aún menos extender su gobierno durante tantos años, viéndose a si mismos como incompetentes de guiar a la nación a un verdadero rumbo, saludable para ellos.

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Exposición

Últimamente se ha popularizado, sobre todo en las filas de los más jóvenes y adolescentes, figuras retorcidas que revindican la figura de Augusto Pinochet y la junta militar, tratando de negar lo innegable como una horda de fanáticos buscando defender aquello que es imposible de defender. La vulneración de los derechos humanos es algo innegable, ya no entran posturas, partidos políticos o miradas subjetivas, son hechos.

Estas figuras bajo la premisa de que, al sacar del poder a Allende el 11 de septiembre de 1973, el ejército impidió que Chile se deslizara hacia una guerra civil y salvó al país de convertirse en "otra Cuba", un Estado comunista, afirman tener a Augusto Pinochet por héroe inmaculado, el salvador del demonio marxista que pudo consumir a la nación.

"Las Fuerzas Armadas me salvaron", dijo a la televisión el diputado derechista Iván Moreira. "Ellos me salvaron de vivir bajo un régimen, una dictadura marxista. Pinochet salvó la vida de toda una generación". "¿Hasta cuándo vamos a seguir aceptando que la historia de Chile ha sido escrita por la pluma de la izquierda?", preguntó en una ocasión. Así como él, muchos miran el periodo militar como la salvación del pueblo chileno, otros lo ven como algo totalmente malvado sin un solo aporte, y los más objetivos afirman que era un fin que se esperaba y veía venir, pero no por eso correcto.

¿Pueden separarse los actos de terrorismo de los actos sociales que, en dictadura si favorecieron a la ciudadanía, o están irremediablemente unidos? ¿Puede un bien justificar todo el mal, o puede el mal contaminar aquel bien? Si lo que hacían era lo correcto, ¿Era necesario justificarse bajo una declaración de principios? El ladrón sabe que su actuar es incorrecto, pero para salvar su conciencia se justifica en sus necesidades. No necesitaríamos leyes de no ser porque el criminal buscaría, de no haber, justificar sus actos por más irracional que estos fuesen.

Se define como violación a los derechos humanos cuando el Estado, a través de alguno de sus agentes, incumple sus obligaciones en derechos humanos, eso se considera una violación de derechos humanos y ahí el responsable es el Estado. En este período serían aquellos crímenes contra la humanidad que tuvieron lugar durante la dictadura militar liderada por el General Augusto Pinochet.

la Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación, y la Comisión Nacional sobre Política y Tortura Revisada, hablan de un total de 3227 víctimas: 2804 casos de víctimas de violaciones a los derechos humanos, y 423 casos de víctimas de violencia política. De estos, 2125 casos son de víctimas muertas, y 1102 casos de víctimas desaparecidas.

Las comisiones oficiales encargadas de reunir y registrar los datos son cinco: El informe Retting, habiendo actuado bajo el gobierno de Patricio Aylwin, con el

propósito de esclarecer el número de víctimas mortales en el periodo, y dar un paradero, en el mejor de los casos, de los detenidos desaparecidos, precedida por Raúl Retting, militante del Partido Radical, el informe Retting II, ya con las cifras revisadas y corregidas, el informe CNRR surgiendo en base a la ley n°19123 tratando de llegar donde no pudieron las dos anteriores, y finalmente la Comisión Valech l y la comisión Valech II, nos han llevado al conocimiento histórico actual de la cantidad de gente que fue víctima de este gobierno., sin embargo aún queda mucho que descubrir, pues tantas victimas aún no han sido halladas.

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