Religiones Andinas

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                   De Religiones Andinas y Cómo Apreciarlas

Introducción

Desde sus inicios, la humanidad se ha intrigado y fascinado por cuestiones de orden y poderes superiores a ella. Cuando logramos ponernos de pie y ya erguidos miramos al cielo, descubrimos un panorama lleno de misterios y atrayentes verdades, dimos pie a plantearnos cuan pequeños somos en comparación a todo el resto de los objetos que nos rodeaban y a pensar en que hubo antes y que habrá después de este momento, que hay arriba y que hay abajo y demás cuestiones de ese carácter.  Así fue como de a poco fuimos ideándonos preguntas sobre nuestro entorno, sobre quien crea las cosas materiales y la vida, comprendimos cada vez más profundamente la muerte y cuestionamos qué habría después de ella y llegamos a un aspecto singular de nuestra especie, uno tan trascendental y transversal a cada era, tal que incluso hoy tiene gran importancia dentro de nuestras vidas e historia: la religión.  

        Cuando se habla de religiones, se entiende a estas como un conjunto de creencias que forman un sistema cultural, el cual determina comportamientos y prácticas en sus adeptos, los cuales confían en que su religión es portadora de las verdades de su mundo. De este modo, aspectos como la cosmovisión y la ética, pasan a formar parte de estas Suele existir una o más deidades ligadas a sus creencias y se representan por medio de símbolos o diferentes iconografías, escritura o por tradición oral.

En este caso en particular, hablaremos de Andino América: el gran territorio de América del Sur, que se extiende bordeando la costa del Pacífico incorporando tanto zonas selváticas como desérticas y con planicies que van de los 0 msnm hasta alturas que llegan a los 7000 msnm. Entre los países actuales que formarían parte de ella van desde Venezuela hasta Chile, incluyendo por tanto a Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Argentina y cuenta con una cantidad innumerable de riquezas culturales, muy valiosas para estudiosos de estos temas. Sin duda alguna, Andino América se muestra ante el mundo como la gran columna vertebral de nuestro continente. Es aquí donde tuvieron lugar grandes culturas de Suramérica, como la Inka y la Tiwanaku, cuya importancia e influencia sobre otros grupos culturales es notable tanto en los registros materiales como en las tradiciones. El objetivo principal en las páginas siguientes es el de definir diferentes creencias y aspectos de las religiones que habitaron la zona y relacionar estas a sus representaciones iconográficas en la materialidad.

Religiosidad y como se representa

No se precisa de un globo terráqueo o de un mapamundi para comprender la forma de Andino América. Esta se presentaba como un extenso territorio que, a pesar de que contenía diversas culturas y grupos humanos, muchas de sus características eran compartidas entre ellos. En el caso de la religión, se pueden destacar muchas similitudes, desde mitos de creación, hasta figuras importantes que representasen sus creencias. Dentro de estas semejanzas, aparecen aspectos como la dualidad y la creencia de diferentes niveles de la vida, entendiéndose a estos como 3 mundos diferentes entre sí, los cuales representaban el plano de los muertos y las raíces (Uku Pacha), simbolizados con la figura de las serpientes y el agua que da la vida, el mundo de en medio (Kay Pacha), donde habitan las personas y los animales, y el mundo superior (Hanan Pacha), el lugar donde habitan los dioses. Esta creencia se puede apreciar en diferentes grabados y en la construcción misma de la arquitectura, tal y como es el caso de Tiwanaku, donde, en palabras de Berenguer:

La urbe está plagada de escalinatas que ascienden a las plataformas o descienden a los patios, como si para experimentar lo sagrado fuera necesario pasar alternativamente del plano terrestre, donde vivían los hombres, al plano celeste, donde residían las divinidades o al plano subterráneo, donde moraban las semillas y los muertos. (Berenguer, 2000, p. 27).

La dualidad y el importante papel de la tierra y la naturaleza (representada para algunas culturas como Pachamama) también son aspectos que se repiten con frecuencia. El primero en el sentido de que se pensaba que el mundo estaba hecho en pares de iguales, construyendo así tanto esculturas, monumentos y grabados bajo este concepto. Tiwanaku, por ejemplo, tiene la Puerta del Sol y la Puerta de La Luna, ambas portadas realizas con una idea de ritualidad y adoración a ambos astros del cielo, como también se han encontrado tallados que por un lado exhiben una figura y por su contra cara muestran su opuesto o su parte posterior. Esta concepción del mundo también podemos encontrarla presente en la creación de figuras de pares de sexo opuesto a lo largo de todo el mundo andino. Por su parte, la cultura Moche llevó este sentido de dualidad incluso a sus ritos funerarios. Se halló en las tumbas reales de Sipán, ofrendas funerarias de oro y plata con formas casi idénticas, colocadas a los costados del difunto (derecho e izquierdo respectivamente) y en la Huaca de La Luna, se encontraron objetos cerámicos representativos de la dualidad Moche. la figura de un ser con aspecto de esqueleto, pero con rasgos de primate, el tuerto y el “medio muerto” son ejemplos de estas. (Bourguet, 2007)

El segundo aspecto podemos notarlo en la gran importancia en el cuidado de la tierra que las culturas andinas mantenían de sus pisos ecológicos y los recursos obtenidos de ella, pues la tierra era para ellos la fuente creadora y habitad de la vida. Relacionado a lo anterior, se puede notar la predominancia de figuras basadas en la naturaleza, a modo de imágenes que mezclan rasgos de animales (en su mayoría felinos) con rasgos humanos dando como resultados figuras antropomorfas de personas con afilados colmillos, que generalmente se asocian a chamanes y sacrificadores, los cuales ocupaban rangos muy importantes en la sociedad al ser intermediarios entre los dioses y su gente, siendo generalmente representados como el Ser de los Dos Cetros, como también se han visto figuras de felinos alados, anfibios con rasgos felinos y la recurrente figura de la serpiente, asociada por algunas sociedades a Wiracocha. En la cultura Chavín, se han hallado sitios donde se cree que pudieron haberse realizado banquetes y fiestas con fines de relaciones de poder, en ostentosas plazas y recintos, los cuales se encuentran adornados con paredes que contienen motivos zoomorfos y antropomorfos que representan la cosmovisión y la religiosidad de los Chavín, como también restos materiales para la manipulación de sustancias psicoactivas con motivo de uso religioso (Mesía, 2014) mientras que dentro la cultura Moche, se han encontrado centros funerarios, como el de Sipán, el cual cuenta con gran cantidad de representaciones iconográficas de sacrificios con finalidad ritual. (Chapdelaine, 2010). Estos figuras zoomorfas y antropomorfas también son visibles en culturas como Parakas, Wari, Pukara y en la Tiwanaku.

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